12 de enero de 2006

LECTOR LUDI-18

El genoma: Bartleby + Barnabooth = Bartlebooth


* Tres personajes distintos y un caso excepcional de genética literaria
* La oportunidad para desenmarañar un mejor código, el del genoma literario

Por Iván Rodrigo García Palacios

Existe una genética literaria, quizás más compleja que la de la misma biología, que permite establecer la herencia y la evolución de las obras de la literatura y del arte en general. Un caso excepcional de tal ingeniería genética literaria es el de la novela, La vida instrucciones de uso, de Georges Perec. Por supuesto, no es el único ni el último, pero si es uno de los casos más deliberados y asombrosos de la historia de la literatura universal.

GENOMAS LITERARIOS
Cuando James Joyce dijo que a los críticos literarios les iba a tomar más de trescientos años desentrañar la madeja de referencias de su Ulises, posiblemente estaba desafiando a las modas de la crítica literaria de la época, más interesadas en descubrir los antecedentes y las influencias del autor que por investigar y analizar los elementos constitutivos que fundamentan la evolución y desarrollo en las obras de arte, más allá de las mismas teorías estéticas.
Por supuesto, para esa misma época, ya se estaba avanzado en las ciencias del lenguaje que tanta influencia tendrían en el desarrollo de todas las áreas del conocimiento y, especialmente, sobre la naturaleza de la comunicación oral y escrita, hasta el punto de alcanzar un punto de similitud y de contacto entre genética biológica y genética literaria, en la búsqueda de relaciones que aún se trata de descubrir en los secretos de la mente, el pensamiento, el uso de la razón y de la palabra. Pero ese es otro asunto.
Regresando a la literatura, es novedoso, pero no extraño, que recientemente, Guillermo Sánchez Trujillo, un profesional de la estadística y profesor universitario, que dedicó veinte años a "tratar de averiguar de dónde sacaba Kafka sus historias" (1), utilizara el término "genoma dostokafkiano" y construyera un cuadro similar al que se utiliza para mostrar el genoma humano con el fin de mostrar gráficamente las íntimas relaciones que El proceso, otros escritos, personajes y el mismo Kafka, tenían con Crimen y castigo y otras obras de Fedor M. Dostoievski. Ejemplo de una investigación genética literaria en la que el uso de la terminología de la genética biológica se hace común, y no sólo por casualidad o novelería, sino por necesidad metodológica e histórica, tal y como lo obliga el hecho de que "Kafka había reconocido como sus "hermanos de sangre" a Flaubert, Dostoievski, Kleist y Grillparzer" (2), o como cuando titula su primer libro sobre el asunto: Crimen y Castigo de Franz Kafka, anatomía de El proceso (3), para sólo citar dos ejemplos.

UN CASO EXTRAORDINARIO
En fin, el LECTOR LUDI podrá encontrar muchos otros casos y ejemplos en la moderna crítica literaria y en las ciencias del lenguaje que lo ilustrarán y asombrarán, pero, lo que en realidad deseo con estas notas, es llamar la atención sobre un caso realmente extraordinario de génesis o genética literaria en toda la extensión de la palabra, y en el cual, un personaje de una importante novela del siglo XX, es, como bien lo reconoce su autor, el descendiente directo de otros dos, y que, como en la genética, no es propiamente una suma matemática de ellos, sino un nuevo personaje que posee la herencia genética de ambos, siendo como es un personaje único, diferente y con su particular personalidad, heredada y transformada.
Se trata de Bartlebooth, el protagonista de La vida instrucciones de uso, del francés Georges Perec, que es el descendiente directo de Bartleby + Barnabooth, los fascinantes personajes de Bartleby, de Herman Melville y de Barnabooth, de Valery Larbaud, y que, como en la genética biológica, es el resultado, transformado y original, de herencias e influencias, que en este caso particular, han sido sometidas a los principios del Ouvroir de Littérature Potentielle (OULIPO, Taller de Literatura Potencial), de los cuales, la novela, es reconocida como una de sus obras emblemáticas.
Para los LECTORES LUDI, sugiero la lectura y análisis de esas tres novelas y de algunos estudios críticos sobre el tema. Para los restantes, a continuación ofrezco los autorretratos de los tres personajes, a manera de divertimento y aperitivo para una lectura lúdica:

BARTLEBOOTH
En el último capítulo, XCIX, de los cien, pues realmente son noventa y nueve, que conforman La vida instrucciones de uso, la gran novela del OULIPO, escrita por el francés Georges Perec (1938-1982), el lector sólo se encuentra con Bartlebooth de cuerpo presente, por primera y última vez, en la última página y momento de su muerte.
Bartlebooth es el excéntrico y multimillonarios protagonista que dedica su fortuna y los últimos años de su vida a realizar una de las hazañas más extrañas de la literatura universal: armar un puzzle o rompecabezas de su propia invención.
Este es el tercer personaje del trío que fascinará a los lectores por sus naturalezas extraordinariamente literarias:
"Bartlebooth está sentado frente a su puzzle. Es un anciano flaco, casi descarnado, de cráneo clavo, tez cerosa, mirar apagado; viste bata de lana de un azul desvaído ceñida en el talle por un cordón gris. Sus pies, calzados con chinelas de cabritilla, se apoyan en una alfombra de seda de bordes desflecados; con la cabeza ligeramente echada hacia atrás y la boca entreabierta, agarra con la mano derecha el brazo de la butaca mientras la izquierda, apoyada sobre la mesa en una postura poco natural, casi al límite de la contorsión, mantiene entre el pulgar y el índice la última pieza del puzzle". (4).
Y un poco más adelante:
"Es el veintitrés de junio de mil novecientos setenta y cinco y van a dar las ocho de la tarde. Sentado delante de su puzzle, Bartlebooth acaba de morir. Sobre el paño negro de la mesa, en algún punto del cielo crepuscular del puzzle cuatrocientos treinta y nueve, el hueco negro de la única pieza no colocada aún dibuja la figura casi perfecta de una X. Pero la pieza que tiene el muerto entre los dedos tiene la forma, previsible desde hacía tiempo en su ironía misma, de una W". (5) (¿Será esta W un gen del propio Perec? Porque W es también el título de una de las obras autobiográficas de Georges Perec: W o el recuerdo de la infancia, la que, como podrá comprobar el LECTOR LUDI, se integra íntimamente al proceso creativo de La vida instrucciones de uso).

RIQUEZA Y ABSURDO
Para finalizar el autorretrato y presentar el proyecto de Bartlebooth, cito lo que dice el editorial de uno de los dos números que la revista Anthropos dedicara al estudio y análisis de la vida y la obra de Georges Perec:
"¡Que maravillosa invención es el hombre!"
"Bartlebooth traza su proyecto y su empeño; se configura lúcidamente en la acción, en el hacerse del mismo".
Y a continuación, lo que se dice de él en la novela:
"Imaginemos aun hombre cuya riqueza sólo se pueda comparar con su indiferencia por todo lo que la riqueza suele permitir de ordinario y cuyo deseo, mucho más orgulloso, estriba en querer abarcar, describir, agotar, no la totalidad del mundo -proyecto que se destruye con sólo enunciarse-, sino un fragmento constituido del mismo: frente a la inextricable incoherencia del mundo, se tratará entonces de llevar a cabo un programa en su totalidad, sin duda limitado, pero entero, intacto, irreductible".
"En otros términos, Bartlebooth decidió un día que toda su existencia quedara organizada en torno a un proyecto cuya necesidad arbitraria tuviera en sí misma su propia finalidad".
"Se le ocurrió esta idea cuando tenía veinte años. Fue primero una idea vaga, una pregunta que se hacía a sí mismo -¿qué hacer?-, una respuesta que se iba esbozando: nada. No le interesaban el dinero, el poder, el arte ni las mujeres. Tampoco la ciencia, ti tan siquiera el juego. A lo sumo las corbatas y los caballos o, si se prefiere, imprecisa pero palpitante tras estas fútiles ilustraciones (aunque millares de personas orientan eficazmente su vida alrededor de sus caballos del domingo), cierta idea de la perfección". (6) En las dos páginas siguientes de la novela continúa la presentación y fundamentación del proyecto de Bartlebooth.

BARTLEBY
El primer miembro del trío, por razones de precedencia cronológica, es Bartleby, El Escribiente, personaje de la novela corta del estadounidense, Herman Melville (1819-1891) del mismo título, y cuyo "genio y figura" son el motivo y la trama de sus breves páginas. Esta es la presentación que de él hace el narrador:
"Como respuesta al aviso que puse, un joven inmóvil apareció una mañana en la puerta de mi oficina que estaba abierta, pues era verano. ¡Puedo ver esa figura aún hoy: pálidamente limpia, lastimosamente respetable e incurablemente desolada! Era Bartleby".
"Después de algunas palabras sobre sus aptitudes, lo contraté, contento de tener entre mi cuerpo de copistas a un hombre de aspecto tan singularmente tranquilo, que podría, opinaba yo, producir efectos benéficos sobre el temperamento volátil de Pavo y el modo de ser ardiente de Pinzas" (7).
Y, un poco más adelante, en el momento que Bartleby dice por primera vez las únicas palabras que repite a lo largo de la narración: "Preferiría no hacerlo", se agrega esta descripción:
"Lo miré fijamente. Su rostro era fino y tranquilo; el ojo gris, débilmente sereno. Ninguna señal de agitación lo surcaba. Si hubiera habido la más mínima inquietud, ira, impaciencia o impertinencia en su actitud; en otras palabras, si hubiese habido algo ordinariamente humano en él, sin duda que lo habría despedido con violencia de mi establecimiento" (8).

BARNABOOTH
El segundo y último personaje del trío es Archibaldo Olson Barnabooth, el personaje que escribe el Diario íntimo del que es autor el francés Valery Larbaud (1881-1957), ambos tan importantes como olvidados para la historia de la literatura del siglo XX, pues el primero, a pesar de ser un personaje de ficción, fue precursor de nuevas formas de expresión literaria y poética, y el segundo fue, en su momento, uno de los grandes promotores, divulgadores y traductores, de las obras de escritores desconocidos que gracias a él alcanzaron el reconocimiento que merecían, así como de literaturas inéditas en Europa que gracias a su labor obtuvieron fueron divulgadas y ejercieron su influencia en la historia literaria universal. La cultura latinoamericana tiene una impagable deuda con él.
"Barnabooth pertenece a esa especie de hombres para quienes las cosas que contribuyen a la civilización significan en principio placer, juego "gratuidad", divertimiento del espíritu, vale decir, que son "inútiles" según el juicio de la mayoría" (9). Pero, es el mismo Valery Larbaud quien presenta a Barnabooth en la primera entrada de su Diario íntimo, al referirse a una nota periodística que Barnabooth lee en una publicación ilustrada de Viena, durante un viaje en tren:
"Mr. A. Olson Barnabooth. ¡10'450.000 libras esterlinas de renta!"
"Unas páginas más adelante, una nota informa al lector que yo soy "probablemente uno de los hombres más ricos de este planeta", y con toda seguridad "el más joven de los grandes multimillonarios". El cronista, que me envejece en un año, me felicita por haber fundado hospitales y asilos en América del Sur, pero agrega: "La manera de vivir del joven multimillonario no difiere de la de la mayoría de los ociosos de su mundo"
"Al principio eché pestes muy contra el muy impertinente. Incluso por un instante sentí verdadera lástima, solo como estaba en mi coche-salón; ¿había en el mundo un hombre más injustamente tratado que yo?, ¿un carácter más desconocido que el mío? ¡Significaba tan poco, mis sueños, mis aspiraciones, mi fisiología y mis arrebatos de entusiasmo eran tan "ajenos" a ese joven multimillonario fundador de hospitales!"
"¡Y "ocioso", yo, que consumo mi vida tras la búsqueda de lo absoluto! Tu eres el ocioso, periodistiquilla encorvado toda la noche sobre una mesa" (10).
Pero también existe una primera presentación de Archibaldo Olson Barnabooth, la del supuesto biógrafo X. M. Tournier de Zamble que antecede la edición de Las obras francesas de A. O. Barnabooth, publicadas por el propio Valery Larbaud en 1908, y que dan pie a la publicación definitiva, ampliamente modificada, de las Obras completas..., en 1913. Dice el supuesto biógrafo, que no es otro que el mismo Valery Larbaud:
“Barnabooth, un encantador joven de veinticuatro años recién cumplidos, no muy alto, vestido siempre con sencillez, bastante endeble, de pelo tirando a bermejo, ojos azules, tez muy blanca, sin barba ni bigote" (11). A lo que, Adolfo García Ortega, resumiendo, agrega: "Y explicita que nació en 1883 en Campamento, provincia de Arequipa, hoy Chile, justo cuando una guerra se disputaba entre Perú, Chile y Bolivia por ese territorio. Debido a eso Barnabooth se considera "sin patria". Tras ser mayor de edad se naturaliza ciudadano de Nueva York, de donde es su familia. Celebra las fiestas nacionales del 4 y del 28 de julio, que son las de los Estados Unidos y Perú, respectivamente. Bolívar es a quien más admira junto a Federico II de Prusia" (12).
La biografía de X. M. Tournier de Zamble, que ya no aparece en la edición de las Obras completas..., de 1913, son utilizadas y convertidas por Valery Larbaud en la escritura del Diario íntimo de A. O. Barnabooth, pues, como él lo reconoce, resultaría redundante.

DESEMARAÑANDO EL CÓDIGO
Como en el Ulises, de James Joyce, en La vida instrucciones de uso, de Georges Perec, las referencias de todo tipo son una parte sustancial y fundamental de la novela, y son parte de un juego que el lector quizás quiera disfrutar desenmarañándolo, para así lograr amplificar, casi al infinito, los potenciales significados que ellas agregan al texto, pero sin que ello sea condición necesaria para disfrutar la lectura corriente de ambas novelas, que sin bien ofrecen serias resistencias y dificultades, el LECTOR LUDI sabrá apreciarlas.
Por otra parte, a diferencia de Joyce, Perec ha agregado a su novela un anexo que incluye: índice de nombres, algunas referencias cronológicas, el índice de algunas de las historias contadas en el libro y un post scríptum, con el fin de facilitarles el juego a los lectores.
Feliz lectura.

NOTAS
(1) Guillermo Sánchez Trujillo, El proceso, edición crítica, publicado por la Universidad Autónoma Latinoamericana, Medellín, 2005 (359 p.), p. 15
(2) El proceso, edición crítica, p. 15
(3) Guillermo Sánchez Trujillo, Crimen y Castigo de Franz Kafka, anatomía de El proceso, Universidad Autónoma Latinoamericana, Medellín, 2002 (246 p.)
(4) Georges Perec, La vida instrucciones de uso, Anagrama, Barcelona, 1997 (638 p.), p. 570
(5) La vida instrucciones de uso, p. 572
(6) La vida instrucciones de uso, p. 147.
(7) Herman Melville, Bartleby, Grupo Editorial Norma, Colección Cara y Cruz, Bogotá, 1990 (115 p.), p. 18
(8) Bartleby, p.21
(9) Alexandre Vialatte, El elefante es irrefutable, citado por Héctor Bianciotti, en el prefacio a: Valery Larbaud, Obra completa de A. O. Barnabooth, (313 p.), p. 10
(10) Obra completa de A. O. Barnabooth, El pobre camisero, poesía, diario íntimo, Ediciones Igitur, Tarragona, 2005 (313 p.), ps. 83 y 84
(11) X. M. Tournier de Zamble, citado por Adolfo García Ortega en el posfacio, Obra completa de A. O. Barnabooth, p. 306
(12) Posfacio, Obra completa de A. O. Barnabooth, p. 306

1 comentario:

A.Z. VIllanueva dijo...

Interesante. Sólo aclarar que AREQUIPA nunca ha estado bajo soberanía de Chile, siempre ha sido y será PERUANA. Adolfo García Ortega necesita lecciones urgentes de historia y geografía.

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