Iván
Rodrigo García Palacios
Giordano
Bruno y el Arte de la Memoria
Mnemósine, por Dante
Gabriel Rossetti.
Contenido
De la magia bruniana
"Memoria
artificial", la internet y las neurociencias
Hombre nuevo, el poder de
la imaginación y Arte de la Memoria
"El heroico furor"
El Mago y la Magia
Mago
es quien conoce y trasforma el mundo
La
mente es la memoria sensorial del cuerpo, el escenario de la
imaginación, donde se despliegan las emociones y los sentimientos,
actúa el pensamiento y juegan los recuerdos y los sueños
Giordano Bruno y el Arte
de la Memoria
Los primeros Homo-Humanos
construyeron su Ser y Estar en el mundo, la memoria sensorial, el
mecanismo de los recuerdos, con cuentos, mitos, canciones, danzas,
para expresar, conservar, almacenar, procesar y trasmitir, sus
sensaciones y sentimientos, sus conocimientos y la historia de su
existencia con los medios de los que disponían en sus cuerpos:
sonido y movimiento (el sueño edénico, el enigma del origen). Más
adelante, para ampliar esas capacidades y aumentar la perdurabilidad
y fidelidad de su memoria, inventaron la pintura, la escultura y la
escritura (el sueño erótico, la sabiduría de la unidad). Muchos
siglos después, en el siglo XV, inventaron los libros impresos y se
puso al alcance de las personas que sabían leer y escribir la
memoria de la humanidad (el sueño enciclopédico, el saber
universal). Cuatro siglos después, en el siglo XX, las ciencias y
las tecnologías desarrollaron los medios audiovisuales y pusieron al
alcance de casi todo el mundo, no sólo la memoria universal, sino
todo lo que estaba sucediendo en el mundo (el sueño de la ubicuidad,
el ojo que todo lo ve). Y, ahora, se está gestando el desarrollo de
una nueva memoria, la de la hiperrealidad y la de los hipervínculos,
esa hipermemoria o hipermente virtual que se desarrolla en el
hiperespacio y la que produce la ilusión de la ubicuidad, Ser
memoria universal en tiempo presente y real y, al mismo tiempo, Estar
en todas partes al mismo tiempo (el sueño lúdico, el poder de jugar
con la naturaleza).
Para ser congruente con las
cualidades organizadoras y catalogadoras de la naturaleza humana,
señalo esos períodos de la evolución de la cultura humana como los
sueños y, a veces las pesadillas, en los que los Homo-Humanos han
inventado algunas de las extensiones de sí mismos con las que se han
trasformado y han trasformado el ámbito de su mundo y sus relaciones
con él. La lectura y la escritura son las herramientas más
poderosas de la genética cultural.
Junto con la evolución de
sus cuerpos, los Homo-Humanos han provocado la evolución y mutación
de sus culturas, su Ser y Estar en el mundo, lo que, a su vez, ha
incidido en la evolución de sus propios cuerpos: de cuerpos
plásticos a cuerpos virtuales.
La genialidad de Giordano
Bruno fue haber intuido que, en el ámbito en el que le correspondió
vivir, se estaba produciendo una mutación cultural: la expansión de
la memoria de la mente humana que, de nuevo y otra vez desde la
escritura, se expandía como consecuencia de la adaptación
tecnológica de los tipos móviles a la imprenta implementada por
Johannes Gutenberg, lo que provocó la universalización de los
libros impresos.
Pero, lo fundamental de esa
intuición de Giordano Bruno, fue el que, si bien millones de
personas tenían la posibilidad de saber leer, escribir y memorizar,
la verdadera revolución sólo sería posible si, a partir de ello,
se expandiera la capacidad humana para descubrir aquellos
conocimientos aun desconocidos de la naturaleza de la Naturaleza y de
la naturaleza de la existencia, más allá de los conocimientos
heredados y ya caducos, recibidos de los antecesores y mantenidos por
los poderes imperantes como dogmas incontrovertibles.
Hasta ese momento, el
conocimiento científico era casi el mismo que por dos milenios había
reproducido la humanidad, pero el que ya no ofrecía respuestas ni
explicaciones ni soluciones a los fenómenos físicos y humanos que
se percibían y que desafiaban toda comprensión. Era pues necesario
poder dar respuestas a las antiguas y a las nuevas preguntas con
nuevos métodos y a partir de una nueva visión sobre el mundo y la
humanidad y contra los dogmas impuestos y mantenidos por la Iglesia
Católica.
Y esa fue la genialidad de
Giordano Bruno, intuir que, sólo la memoria que memoriza y combina
datos e informaciones, no era ni adecuada ni suficiente para
descubrir nuevos conocimientos, que era necesario que, a partir de
esas habilidades, el Homo-Humano "descubriera muchas y nuevas
facultades", por medio de las cuales, memoria e imaginación,
descubrieran muchos y nuevos conocimientos; fue así él como combinó
las tradiciones memorísticas y combinatorias que imperaban y propuso
un nuevo método, el mismo que estimuló, inspiró y formó a
aquellos que, después de él, desarrollaron una nueva memoria, una
nueva visión de sí mismos y del mundo y propusieron nuevas ideas y
métodos para descubrir, organizar, interpretar y desarrollar,
conocimientos, ciencias y filosofías.
Si bien el Arte de la
Memoria de Giordano Bruno se inserta en la tradición del Ars
memorativa de técnicas y mecánicas de memorización y se
inspiró en la memoria combinatoria de Raimundo Lulio, su propósito
fue mayor. Además de ser un método de memorización, era también
un método pedagógico por medio del cual descubrir conocimiento en
la Naturaleza física y existencial, un método que él intuyó y que
inspiró a aquellos que luego sentarían las bases de las ciencias
actuales 1:
"Hemos compuesto este arte que es
preferible a todas las demás por el valor de los principios que en
ella están contenidos, y no puede posponerse a ninguna en base a los
resultados (...) Este arte no lleva a un simple arte de la memoria,
sino que conduce e introduce también al descubrimiento de muchas
facultades" (Giordano Bruno, De Umbris idearum).
Buena parte de los escritos
de Giordano Bruno están dedicados tanto a la explicación de su
método, así como "al descubrimiento de muchas facultades",
por parte de los que a ello se apliquen.
De la memoria humana, del
Arte de la Memoria y de las intuiciones de Giordano Bruno, tratan
estas notas cuya finalidad será mostrar que la salud mental y física
de los Homo-Humanos dependen del aprehender el buen sentir para así
aprender el bien pensar.
De la magia bruniana
“Mago significa hombre
sabio con poder de obrar” (Giordano Bruno, De magia)
... Maravillas.
Giordano
Bruno ha sido más celebre por la divulgación y defensa de las ideas
astronómicas de Copérnico y por haber contribuido a desplazar el
antropocentrismo del "ombligo" del Homo-Humano hasta un
universo infinito de infinitos mundos, así como por un frívolo
esoterismo. En cambio, mucho menos o nada, se le ha reconocido o
vilipendiado por aquellas otras de sus "especulaciones"
("Pensar
es especular con imágenes")
en las que el Homo-Humano contempla en la Naturaleza, que es el
Espejo donde el Homo-Humano se mira y se contempla con el "Ojo"
y en la "Luz" originaria y que, por el poder de la
Imaginación, logra, con el Entendimiento, intuir unas leyes, como
las que él propuso, inspiradas en epicúreo espíritu, y en las que,
mirando con ingenio, se anticipan ya, entre otras, a las teorías de
una física clásica newtoniana, una física relativista esteiniana y
una física cuántica, tan actuales 2
y las que, me aventuro a afirmar, él contribuyó a inspirar.
Pero, las mayores
injusticias se han cometido con Giordano Bruno, más allá de los
prejuicios y de las estigmatizaciones religiosas y filosóficas y de
su condena a la hoguera inquisitorial, así como de su posterior
mitificación al banalizarlo como un farsante e impostor Mago de
feria, por culpa de la temerosa actitud de aquellos que, por salvar
el pellejo, entronizaron en la modernidad el paradigma de la dualidad
cuerpo-alma, por lo cual se retrasaron por cerca de cuatro siglos los
avances en las ciencias biológicas, demorando así el desarrollo de
las neurociencias, a la luz de las cuales se pueden mirar ahora otras
de las intuiciones cumplidas de Giordano Bruno.
"Memoria
artificial", la internet y las neurociencias
En la segunda mitad del
siglo XVI, Giordano Bruno planteó la existencia y la posibilidad de
"fabricar" una "escritura interior" y una "mente
y memoria artificial" en la mente humana (De umbris idearum),
diferente de la memoria natural, en la que se podrían acumular y
conservar todos los saberes posibles. Esto lo hizo como el último de
los magos de una tradición de más de dos mil años que hasta el
catolicismo empleó en la formación de sus prosélitos, pero, y eso
es lo más asombroso, lo hizo como el primero de los Magos de la
modernidad -claro está que ya no con ese nombre-, una modernidad
cuyos "Magos", cuatrocientos años después y sin darle el
crédito, demostrarían, por una parte, y "fabricarían",
por la otra, que tanto la "escritura interior" como la
"mente y memoria artificial", existían y funcionaban en el
mismo cerebro y que, también, eran posibles de ser "fabricadas"
por parte de las ciencias y las tecnologías como un mecanismo
artificial; claro está que no sin que antes las ciencias pasaran por
aquellas otras evoluciones y revoluciones necesarias para que tales
maravillas y prodigios fueran factibles.
En orden cronológico,
primero, las ciencias y las tecnologías de finales del siglo XX,
desarrollaron y construyeron una "red" virtual de
hiperrealidad e hipervínculos (Giordano Bruno los llamó Universo y
Vínculo de vínculos), cuya semejanza con los sistemas del Arte de
la Memoria que Giordano Bruno elaboró y los que, traduciendo su
lenguaje a los actuales lenguajes de la ciencia y la tecnología,
son, reales y evidentes y aun superiores, porque en su "Arte"
él incluía aquellos aspectos de la naturaleza humana que todavía
hoy ni las ciencias ni las tecnologías han podido "fabricar"
artificialmente, tales como lo son las sensaciones, la imaginación,
las emociones, los sentimientos, el pensamiento, las pasiones, los
afectos, los anhelos, y, lo más importante, las facultades de
descubrir e inventar.
Giordano Bruno describió
así su Arte de la Memoria y su invento de "la memoria
artificial":
"Tratamos este arte bajo una doble
forma y camino, de las cuales una es más elevada y general ya sea
para ordenar todas las operaciones del alma, ya sea también
principio de muchos métodos, con los que cual diversos instrumentos
puede intentarse e inventarse la memoria artificial. Consiste
en primer lugar de treinta intenciones de las sombras, en segundo
lugar en treinta conceptos de ideas, en tercer lugar en parecidos
vínculos que podemos derivar de las intenciones y conceptos mediante
una industriosa adaptación de los elementos de la primera rueda a
los elementos de la segunda. La segunda parte que sigue está más
limitada a un modo determinado de adquirir la memoria mediante el
artificio" (Giordano Bruno, De Umbris idearum).
Será luego que Giordano
Bruno exponga de manera amplia el funcionamiento y operaciones de su
Arte de la Memoria en De magia, De vinculis in genere, Sigillus
sigillorum y en otros de sus escritos, un método que, si bien se
inspira en una tradición ya en decadencia, el tratamiento que él le
da, no sólo inspirará los modelos de filósofos y matemáticos
posteriores, sino que, analizado en un lenguaje actual, pareciera que
estuvieran hablando de la internet que ahora copa nuestro mundo, si
así se interpreta tanto el método bruniano como la explicación que
de él ofrece Ignacio Gómez de Liaño:
"[...] el arte de la memoria de
Giordano Bruno es la fabricación de un ojo. Ventana y espejo donde
las cosas son apariciones y juegos de espectros, este ojo artificial
e inventivo es la cifra de la mente que alumbra Bruno. Es en la
práctica de la diversión óptica como se descifra esta, es en las
seguridades de la presencia y en las inseguridades de una presencia
siempre ambigua, como se enseña a vivir en la apariencia. Desde la
cifra del ojo no son las apariencias lo que engaña.
Este ojo -cifra de la mente-
no es el instrumento de la visión: no se ve con los ojos,
sino, como los héroes de Homero, se ve en los ojos. Ubicadas
en la vista, hecha lugar, la retina insume en sus puntos a las cosas,
hechas puntos; y repite en su pequeño mundo de luz a la tierra y al
cielo como geometría -medida de la tierra- y como planisferio
celeste. ("Tierra" y "ojo" es como llama Bruno al
centro de sus atrios mnemónicos). Tierra y cielo, a contrapelo de la
ley de la gravedad, aparecen en el ojo como concreción de imágenes,
pero también como diversión de espectros" 3.
Pero, en principio, lo que
propone Giordano Bruno, es un "arte" mediante el cual
"ordenar todas las operaciones del alma", pero de una
"alma" de naturaleza y expresión diferentes a las
impuestas por las filosofías y teologías cristianas de su época, a
las que se opone y que, por el contrario, anticipa la concepción de
que en el Homo-Humano no existe una excepcional dualidad de cuerpo y
alma, sino la maravillosa unidad de un cuerpo que produce una mente
excepcional que se construye de sensaciones, pasiones, anhelos y del
que emana un Espíritu 4.
Para Giordano Bruno, cuerpo
y alma, son lo que antes fueran para Epicuro:
"(63) Y después de
estas cosas, es preciso reparar, refiriéndose a las sensaciones y
pasiones –pues así la convicción será más certera– en que el
alma es un cuerpo sutilmente particulado, diseminado por todo el
organismo y muy semejante a un soplo que tiene una mezcla de calor,
en parte semejante a este [calor], en parte semejante a aquel
[soplo], si bien hay una parte que ha alcanzado gran variación
[respecto] de tales [primeras partes] en razón de su sutil
particulación y [que es] más simpática con el restante organismo"
(Epicuro, Epístola a Heródoto).
Así describe Giordano Bruno
el funcionamiento del cuerpo y del alma:
"Pues así como nuestra
alma produce primera y universalmente con el cuerpo entero toda obra
de vida, sin embargo, pese a estar toda entera en el todo y en toda y
en no importa qué parte, no por ello hace todo a partir de todo ni
de cualesquiera partes, sino que hace ver en el ojo, oír en el oído,
gustar por la boca (porque si el ojo estuviese por todas partes, por
todas partes vería, y si los órganos de todos los sentidos
estuviesen por todas partes, por todas partes enteramente sentirían),
así también el alma del mundo que está en todo el mundo, allí
donde ha alcanzado una materia determinada, allí mismo produce un
sujeto (cosa) y manifiesta, a partir de él, determinadas
operaciones. Por consiguiente, aun cuando se halle igualmente por
doquier, no actúa de igual manera en todas partes, porque no se le
suministra una materia igualmente dispuesta en todas partes"
(Giordano Bruno, De magia).
Y así serán, después,
cuerpo y "mens" para Spinoza, quien se inspira en
Giordano Bruno:
"PROPOSICIÓN
XIII
"El objeto de la idea
que constituye el alma (mens) humana es un cuerpo, o sea,
cierto modo de la Extensión existente en acto, y no otra cosa"
(Spinoza, Ética, II, Proposición XIII).
En palabras sencillas y en
una traducción actual:
"La mente humana es la
idea, imagen y forma, del cuerpo humano".
O para decirlo de la forma
como luego lo explicaré:
La mente es la memoria
sensorial del cuerpo, el escenario de la imaginación, donde se
despliegan las emociones y los sentimientos, actúa el pensamiento y
juegan los recuerdos y los sueños.
De Epicuro a Bruno y a
Spinoza y a las ciencias actuales, una "alma" que es la
mente de un cuerpo, lo que lleva ahora al segundo de los
descubrimientos científicos actuales intuidos por Giordano Bruno con
su "fabricación de una mente artificial".
Las neurociencias están
demostrando que la mente es la memoria sensorial del cerebro, del
sentir y de los sentimientos y que es, a partir de esa memoria, que
cada Homo-Humano "fabrica" su conciencia 5,
su identidad, "personaliza" su cerebro 6
y desarrolla su imaginación, sus sentimientos, su pensamiento, su
conocer, su singularidad y se proyecta al futuro, como se expone más
adelante.
Esto es lo que Giordano
Bruno escribió y que pareciera estar hablando, en el lenguaje de su
época, del funcionamiento del cerebro, de la mente y de lo humano
del Homo-Humano:
"El alma (mens)
se difunde en grado sumo por todo el horizonte de su naturaleza.
Acaece por ende que no sólo conoce sus propios miembros, sino
incluso todas las cosas con las que contrajo algún uso,
participación y comunión.... Pues así como si alguien roza con el
dedo o pincha con una aguja una sola parte del cuerpo, al punto todo
el cuerpo se turba según todos los miembros, no según aquella parte
solamente -aún cuando sólo a partir de aquella parte-, asimismo,
teniendo el alma de cada cosa continuidad con el alma del universo,
no se sigue la imposibilidad -que se da en los cuerpos- de penetrarse
mutuamente" (Giordano Bruno, De magia).
«[...] no hay nada en la
razón que no haya sido anteriormente percibido por los sentidos
[quod prius non fuerit in sensu], y no hay nada que, partiendo
de los sentidos, pueda llegar hasta la razón sin pasar por la
fantasía» (Giordano Bruno, Theses de Magia, XLIII, vol. III, pág.
481).
Y aquí retorna el asunto de
sentir y conciencia, del que ya escribí en Sensaciones epicúreas, y
que me obliga ahora a transcribir lo escrito por dos físicos: el
Premio Nobel Georges Charpak y por Roland Omnès, y un
neurocientífico, Antonio Damasio, citado por ellos dos.
Escriben Georges Charpak y
Roland Omnès:
"Intelectualmente,
sabemos que el problema de la significación carece de respuesta o,
al menos, que la respuesta está más allá del horizonte del saber
actual. Sin embargo, ¿qué palabras concretas han acudido a nuestra
pluma y a la de Bertrand Jordan? Sufrimiento, vida interior, belleza,
alegría, deseo, repugnancia, dificultad de creer ... Todas
pertenecen al orden del sentimiento: un sentimiento que lucha contra
el entendimiento. Podría decirse, pues, que el problema no es
encontrar el significado intelectual del universo y de las leyes,
sino integrar este conocimiento en la conciencia: conciencia más
vasta que el puro conocimiento y que engloba los sentimientos,
incluido el sentimiento de sí mismo. Es en mí, por mí, para mí,
que deseo hacer del conocimiento una parte viva de mí y algo
absolutamente extraño.
Un gran neurobiólogo,
Antonio Damasio, nos ayudará a dar cuerpo a esta idea aún vaga, a
la luz de recientes resultados en el campo del cerebro y de la
conciencia. He aquí lo que dice:
"La idea más
sorprendente (surgida de las investigaciones sobre estos temas) es,
quizás, el hecho de que la conciencia se origina en un sentimiento.
[...] La idea de que la conciencia sería un sentimiento de
conocimiento concuerda con los resultados que hemos podido obtener
sobre las estructuras cerebrales que se le asocian más
estrechamente. [...] Arraigando la conciencia en el sentir podemos
explicar el sentimiento de sí mismo. [...] Situar el origen de la
conciencia en el sentimiento nos lleva a interrogarnos por la
naturaleza íntima del sentir. ¿De qué están hechos los
sentimientos? (Notemos que el autor ha descrito antes el soporte
biológico, humoral, de las emociones, que son más primarias que los
sentimientos). ¿De qué son percepción los sentimientos? ¿Hasta
dónde podemos explorarlos? En la actualidad aún no es posible dar
una respuesta plena a estas preguntas. [...] Pudiera ser que la
conciencia humana exigiera la presencia de sentimientos" 7
Los mecanismos neuronales
del sentir, de los sentimientos y de su utilidad biológica y
existencial serán también explorados y explicados a partir del
descubrimiento de las neuronas espejo por parte de Marco Iacoboni y
su equipo de investigaciones.
Hombre nuevo, el poder de
la imaginación y Arte de la Memoria
En este contexto y en el
espíritu platónico y epicúreo de su época, Giordano Bruno también
estaba inmerso en aquella otra tradición que desde la antigüedad se
proponía la formación de hombres superiores, un Hombre Nuevo, a
partir de las propiedades y cualidades naturales del propio
Homo-Humano, es decir, de su propia naturaleza biológica y
existencial. Un Hombre Nuevo que partiendo de su cuerpo como criterio
de verdad (Epicuro), ascendiera de la multiplicidad a la unidad
(Platón), para que, con el poder de su imaginación y entendimiento,
pudiera contemplar todo aquello que le era factible mirar en el
infinito de la Naturaleza con "el Ojo" de sus sentidos y en
la "Luz" primordial de su entendimiento, mirarse a sí
mismo y en sí mismo a la Naturaleza. Esa es la magia de sus
maravillas:
¿Por qué, digo yo, son tan
pocos los que comprenden y hacen suyo el poder interior? ... Aquel
que ve en sí mismo todas las cosas es, a un mismo tiempo, todas las
cosas (Giordano Bruno, De Imaginum, signorum et idearum
compositione).
Esos son los presupuestos,
cuerpo y Unidad, de los que Giordano Bruno parte para fundamentar el
poder de la imaginación y de su Arte de la Memoria. De manera
simple, para él, el conocimiento es tanto visión exterior,
científica, saber (episteme) así como una "visión
interior", ver (sentir), saber, creer (gnosis) 8.
Experiencias que se convierten en datos comprobables y "Experiencias"
que unifican el Todo con el Uno. Eso es lo que, de acuerdo a las
neurociencias, hacen el cerebro y la mente: del caos de la
multiplicidad a la unidad del conocimiento.
"Mas puesto que en todas las cosas
hay una conexión ordenada, de modo que los cuerpos inferiores siguen
a los medianos y estos a los superiores, también los cuerpos
compuestos se unen a los simples y esto simples a los más simples,
aquellos materiales se aproximan a los espirituales, y aquellos
espirituales a su vez a los inmateriales, ya que uno solo es el
cuerpo del Ente universal, uno solo el orden, uno solo el gobierno,
uno solo el principio y uno solo el fin, uno solo el primero y uno
solo el último. Y como se da una continua migración de la luz a la
tiniebla ... nada impide que al sonido de la lira universal de Apolo
las cosas de abajo poco a poco sean reclamadas por las de arriba, y
aquellas más bajas mediante las intermedias se aproximen a la
naturaleza de las superiores; como también por la sensación resulta
claro que la tierra se transforma por rarefacción en agua, el agua
en aire, el aire en fuego, como por condensación el fuego se
transforma en aire, el aire en agua, el agua en tierra. Así en
general vemos en aquellas cosas que cambian, que el movimiento limita
siempre con el estado y el estado con el movimiento ... De aquí
que... debamos esforzarnos absolutamente -teniendo ante los ojos,
según las excelsas operaciones del alma, la escala de la naturaleza-
por tender siempre, mediante operaciones intrínsecas, del movimiento
y de la multiplicidad a la quietud y a la unidad; si seguimos eso
según nuestra facultad, también nos conformaremos a las obras
divinas admiradas por todos. A eso mismo nos conforta y exhorta el
vínculo preestablecido de las cosas y las consiguientes conexiones"
(Giordano
Bruno, De Umbris idearum).
"El heroico furor"
Y para lograr esas
"visiones", el Hombre Nuevo de Giordano Bruno, debe estar
poseído por "el furor heroico", un claro sucesor de los
dionisiacos y eróticos ensimismamientos de Sócrates, del platónico
"furor divino" y del imperturbable entusiasmo vital
epicúreo.
Giordano Bruno, al igual que
el Platón eleusino de Banquete y Fedro y el Epicuro de las
Sensaciones epicúreas, propone a los Homo-Humanos "vivir la
vida de los dioses":
"He aquí pues cómo
Acteón, convertido en presa de sus propios canes, perseguido por sus
propios pensamientos, corre y "dirige los nuevos pasos"
-renovado en cuanto procede divinamente y con mayor ligereza, es
decir, con mayor facilidad y con más eficaz vigor- "hacia la
espesura", hacia los desiertos, hacia la región de las cosas
incomprensibles; de hombre vulgar y común como era, se torna raro y
heroico, tiene costumbres y conceptos raros, y lleva una vida
extraordinaria. Y en este punto "le dan muerte sus muchos y
grandes canes", acabando aquí su vida según el mundo loco,
sensual, ciego e ilusorio, y comenzando a vivir intelectualmente;
vive la vida de los dioses, nútrese de ambrosía y de néctar se
embriaga" (Giordano Bruno, Los Heroicos Furores, I, 4).
Y, si al igual que en los
escritos de Platón y Epicuro, el Lector Ludi hace la debida Lectura
Lúdica, se encontrará junto con ellos, trasformado en un dios.
Ese es el asunto, voy a
mostrar ¿qué, cómo y porqué?, "el furioso heroico" de
Giordano Bruno, es también, con "el daimónico" hombre
platónico y el imperturbable epicúreo, que no son los primeros ni
únicos ni últimos, pero si son un punto de partida del "camino"
para trasformar al Lector Ludi en "Mago":
"TANSILLO: Se suponen, y de hecho
existen, varias especies de furores, todas las cuales se reducen a
dos géneros: los unos manifiestan únicamente ceguera, estupidez e
ímpetu irracional, tendiendo a la insensatez ferina; consisten los
otros en cierta divina abstracción por la cual algunos alcanzan a
ser en verdad mejores que los hombres ordinarios. Y estos son a su
vez de dos especies, pues ciertos individuos, al haberse convertido
en habitáculo de dioses o espíritus divinos, dicen y obran cosas
admirables de las que ni ellos mismos ni otros entienden la razón
(...). Otros, por estar avezados o ser más capaces para la
contemplación y por estar naturalmente dotados de un espíritu
lúcido e intelectivo, a partir de un estímulo interno y del natural
fervor suscitado por el amor a la divinidad, a la justicia, a la
verdad, a la gloria, agudizan los sentidos por medio del fuego del
deseo y el hálito de la intención y, con el aliento de la
cogitativa facultad, encienden la luz racional, con la cual ven más
allá de lo ordinario: y estos no vienen al fin a hablar y obrar como
receptáculos e instrumentos, sino como principales artífices y
eficientes" (Giordano Bruno, Los heroicos furores, Tecnos,
Madrid, 1987, pp. 56-57).
Eso que "sienten"
"los furiosos heroicos" de Giordano Bruno, es lo mismo que
"sintieron" aquellos antes que él y todos los que después
se preguntan por el sentido del Todo sin hallar otra respuesta que
su propia sensación, su conciencia: materia y energía organizadas
para sentir y conocer. Lo sagrado es "el instante" de la
vida en el infinito del tiempo y del espacio. El universo infinito y
los infinitos mundos cuya materia y energía infinitas conocen y se
conocen a sí mismos como totalidad: eso es el Homo-Humano.
El
Mago y la Magia
Llegamos
así al proceso mediante el cual el Homo-Humano se hace lo que es y
se contempla en "el Espejo de la Naturaleza", mediante "la
Luz" que todo lo origina y se hace "Mago" 9,
"el furioso heroico", el verdadero filósofo:
Admirable parentesco que se da entre los
verdaderos poetas -a los que se asimilan los músicos por ser
idéntica la especie a que ambos hacen referencia-, los verdaderos
pintores y los verdaderos filósofos; puesto que la verdadera
filosofía es tanto música o poesía como pintura; la verdadera
pintura es tanto música como filosofía; la verdadera poesía -o
música- es tanto pintura como cierta divina sabiduría. (Giordano
Bruno, De Imaginum, signorum et idearum
compositione).
Porque
esa "divina sabiduría" es el poder de la imaginación:
"La potencia
imaginativa es como un pintor, esto es, como el consolidador de
imágenes infinitas, que fabrica haciendo múltiples combinaciones
con las cosas vistas y oídas. Fácilmente empero podemos conocer a
la imaginación, que se rige por las leyes de la razón; siempre
muestra y manifiesta, ciertamente, en la superficie de los sentidos
el orden y la trabazón más idóneas de miembros con miembros. Más
nosotros también enseñamos... el arte que de todas las cosas hace
todas las cosas" (Giordano Bruno, De Imaginum, signorum et
idearum compositione).
He ahí la magia y el Mago
de Giordano Bruno:
“Mago significa hombre sabio con poder
de obrar” (“magus significat hominem sapientem cum virtute
agendi”) (Giordano Bruno, De magia).
Y agrego: con poder de obrar
... Maravillas, como bien lo explican Carlos Muñoz Gutiérrez y José
Antonio Maravall.
Escribe Carlos Muñoz
Gutiérrez:
“El conocimiento como comprensión de
la unidad, que es la naturaleza, posibilita la magia que es actuar
como ésta, desgajando los contrarios. Si el conocimiento es ir
ascendiendo a través de las complicaciones de la unidad para
alcanzarla, la magia es el proceso inverso, el proceso natural. Por
eso, obrando igual que la naturaleza podemos hacer maravillas, en
cuanto que conozcamos los medios y maneras por los que la naturaleza
se constituye, repitiéndolas podemos crear hasta cierto punto como
la naturaleza”.
[...]
“Nuestra magia sigue consistiendo en
hacer maravillas, pero la maravilla consiste ahora en crear un
significado allí donde existe un caos. Bruno se esforzó
precisamente en componer un nuevo cosmos, en lo físico, lo moral y
lo religioso, y además nos lego un método de creación de orden, o
mejor, nos dijo que la labor del mago es componer métodos. La
cuestión, no obstante sigue abierta, ¿crean nuestros métodos magia
negra o magia blanca?” (Carlos Muñoz Gutiérrez, Giordano Bruno:
El Arte de la Memoria).
Escribe
José Antonio Maravall:
“Hé aquí cómo Giordano Bruno define
el mago: “magus significat hominem sapientem cum virtute
agendi”. A través de su conocimiento de hechos y propiedades
naturales, la magia llamada entonces verdadera le entrega al hombre,
siguiendo un camino que la mente de la época considera perfectamente
experimental, la posibilidad de arrancar a la naturaleza la
producción de ciertos fenómenos, fuera del curso ordinario y según
la voluntad humana los desea. Para ello basta sólo con que esa
voluntad empiece por plegarse a las exigencias que para tales
resultados reclama la naturaleza misma” (José Antonio Maravall, El
mundo social de La Celestina, Madrid, Gredos, 1972, p.p. 148-49).
Mago
es quien conoce y trasforma el mundo
¿Dónde está, pues, la verdad? En el
objeto sensible está solamente como en un espejo, en la razón por
modo de argumentación y discurso, en el entendimiento por modo de
principio y conclusión, en la mens está en su propia y viva
forma (Sobre el Infinito Universo y los Mundos, diálogo I).
Simplificando
al mínimo, se podría decir que Giordano Bruno se propuso dos
objetivos como maestro: el primero, la formulación de lo que él
llamó una "verdadera filosofía" mediante la cual
explicar, casi sería mejor decir unificar, el conocimiento de la
naturaleza trascendental y el de la naturaleza natural de lo que
perciben los sentidos del Homo-Humano. Y, segundo, un método, una
magia, como él la llama, mediante el cual desarrollar la obtención,
la comprensión, la conservación y la acción, de ese conocimiento
tanto por parte del mismo "Mago" como en su aplicación y
obrar en la generación de maravillas.
Existen,
tanto sobre "la verdadera filosofía" como sobre la magia
de Giordano Bruno, innumerables estudios y análisis, a los cuales
remito a los interesados, porque lo que limito mi interés, si se
quiere, a "especular" sobre aquel asunto que ya emprendí
en Platón eleusino y en Sensaciones epicúreas, y que Giordano Bruno
expresa de manera perentoria:
¿Por qué, digo yo, son tan pocos los
que comprenden y hacen suyo el poder interior? ... Aquel que ve en sí
mismo todas las cosas y es, a un mismo tiempo, todas las cosas
(Giordano Bruno, De Imaginum, signorum et idearum compositione).
Y
me pregunto: ¿Cómo se hace "Mago" el Lector Ludi?
Retornando
a lo que ya indiqué antes, el asunto es la memoria, esa propiedad de
sentir y conciencia, esa que permite sentir y ser consciente de lo
qué se es y, a la vez, el actuar del Ser y Estar en el mundo.
Así
que el asunto se reduce al desarrollo, formación y funcionamiento de
la mente, que es de donde emergen aquellas cualidades que hacen
humano al Homo-Humano: sentir y sentirse y tener memoria de ello. De
ahí en adelante y luego de la satisfacción de las necesidades
primarias, metabólicas e instintivas, proceder a apetecer, desear,
imaginar, pensar, conocer y anhelar en el espacio y en el tiempo:
construir el Ser y el Estar en el mundo.
Se
trata pues de actuar y construir el cuerpo que y con el que se es y
se está en el mundo, lo único real y concreto de lo que se dispone
para cumplir con los imperativos naturales de la mejor forma
posible.
Y
es esa, la mejor forma posible, lo que me interesa: la vida
biológica que vive una existencia humana que busca el equilibrio
entre los extremos del placer y el dolor. La bruniana Armonía de
contrarios físicos y existenciales.
El
Arte de la Memoria fue el método que Giordano Bruno implementó con
el fin de que aquellas personas, debidamente preparadas, pudieran
almacenar y manejar en su mente una cantidad ingente de información
y que al mismo tiempo les permitiera desarrollar un sabio
"entendimiento", "al descubrimiento de muchas
facultades". A diferencia de la tradición del Arte de la
Memoria, la mnemotecnia mecánica, técnica y retórica de memorizar
cosas, en la que Giordano Bruno también se inserta, su propósito va
más allá: para él el Arte de la Memoria es el punto de partida
para explorar en lo desconocido, pero no aquello desconocido en lo
que se ocultan mágicos y misteriosos poderes, sino en la búsqueda
del conocimiento de la naturaleza de la Naturaleza y de la naturaleza
de la existencia humana.
El
método de Giordano Bruno, por analogía, funciona como lo hacen los
computadores actuales: con "hardware" y "software".
Tal "hardware" lo integran engranajes de ruedas
complementadas con gráficos de círculos al rededor de un cuadrado
interior, los cuales, segmentados por líneas, unen y conectan puntos
y forman otras figuras geométricas. El "software" lo
constituyen signos, letras, imágenes, emblemas, sellos, figuras,
etc., con significados debidamente definidos y conectados tanto con
significados preestablecidos como con sensaciones, afectos y
sentimientos y por medio de los cuales se establecen relaciones y
combinaciones que permitan tanto recordar como imaginar y elaborar
nuevos conceptos, significados, sensaciones, afectos y sentimientos,
descubrir nuevos conocimientos.
Con
este método, Giordano Bruno esperaba lograr que se desarrollara lo
que él llamó una "escritura interior" mediante la cual
lograr el desarrollo de una "memoria o mente artificial".
Intuición
o no, Giordano Bruno, pareciera anticipar lo que las neurociencias
actuales están demostrando: así es como funcionan el cuerpo y el
cerebro:
El
cerebro -otra vez la analogía- es un procesador, "casi"
ilimitado e interminable, de códigos físico-químicos que por
extensión y articulación se convierten en códigos metabólicos,
sensoriales, instintivos, apetitivos, emocionales, afectivos y,
finalmente, en códigos artificiales articulados de sensaciones,
gestos, señas, sonidos, olores, signos, símbolos, imágenes,
letras, números, etc. Y que, a partir de la articulación de todos
esos códigos, forman, conforman y trasforman, la mente y la memoria
para así poner en movimiento los órganos mediante los cuales el
Homo-Humano inventa las extensiones con las que se lanza hacia el
infinito universo y los infinitos mundos.
El
Homo-Humano es concebido, gestado y se desarrolla, extendiendo la
analogía, a partir del "hardware" de su cuerpo y dotado
del "software" evolutivo de "inicio", de
maduración y de libre operación.
A
partir de las propiedades y cualidades de la materia, el diseño
biológico y la conformación del cuerpo humano están determinados
por el código genético, el cual establece su formación y
funcionamiento desde el mínimo nivel físico-químico y metabólico,
hasta permitir el libre desarrollo y funcionamiento de las más
complejas habilidades mentales superiores.
El
Homo-Humano, una vez conformado, "iniciado", su cuerpo y al
salir al mundo, comienza a "madurar" su cerebro desde las
primeras impresiones sensoriales, las cuales establecen circuitos
neuronales de funcionamiento y memoria; algunos de estos circuitos
son fijos, es decir, son marcas permanentes y, otros, son plásticos,
modelables y personalizables, durante la vida del cuerpo. El total de
estos circuitos conforman la mente, la que, en términos simples, es,
en primer lugar, un "mapa" o guía de instrucciones de
operación y funcionamiento del cuerpo: el sistema homeodinámico, en
segundo lugar, la memoria físico-química y, en tercer lugar, la
memoria virtual, casi ilimitada e interminable, la que evoluciona y
cambia permanentemente.
La
mente son los mapas (imágenes) mediante los cuales se unifica el
caos interior y exterior y se hacen memoria.
La
memoria son "los archivos" en el espacio y el tiempo de lo
que fui, de lo que Soy, de lo que seré y de lo que se conoce.
La
imaginación es el escenario de la memoria en el que se refleja,
contempla, actúa, extiende, combina, recuerda y se trasforma la
mente en el espejo del mundo.
Platón,
Epicuro y Giordano Bruno, concuerdan en proponer una erótica del
cuerpo "poseído" por un "daimón" y por
medio de la cual el hombre sabio busca la unidad a partir de la
multiplicidad.
Platón,
Aristóteles, Epicuro y luego Giordano Bruno, parten del cuerpo
humano que conoce a partir de la sensación para luego desarrollar la
imaginación, los sentimientos, el pensamiento, el entendimiento.
Imaginación, porque toda sensación se corresponde con una imagen.
Sentimientos porque con ellos se conoce y reconoce en lo otro.
Pensamiento, porque la mente abstrae, une, con la razón o lo
"raciocinante" a partir de las imágenes. Entendimiento,
porque con los sentimientos, la imaginación y el pensamiento
descubre el conocimiento, la unidad en el caos de la multiplicidad de
la Naturaleza. Que es lo mismo que las neurociencias actuales están
demostrando.
Platón
lo plantea en Fedón (96 b):
"¿O ninguno de
estos factores, sino que el cerebro es quien presenta las sensaciones
del oír, ver, y oler, y a partir de ellas puede originarse la
memoria y la opinión, y de la memoria y la opinión, al afirmarse,
de acuerdo con ellas, se origina el conocimiento?" 10.
Aristóteles, en De Anima,
hace numerosos comentarios a las sensaciones y a las imágenes como
punto de partida del pensamiento:
"Puesto que el
inteligir es algo distinto de la sensación y puesto que abarca,
según parece, tanto el imaginar como el enjuiciar, nos ocuparemos de
esta última actividad una vez que hayamos precisado lo relativo a la
imaginación. Pues bien, si la imaginación es aquello (428a) en
virtud de lo cual solemos decir que se origina en nosotros una imagen
—exclusión hecha de todo uso metafórico de la palabra— ha de
ser una de aquellas potencias o disposiciones, por medio de las
cuales discernimos y nos situamos ya en la verdad ya en el error. Y
éstas son sentido, opinión, intelecto y ciencia" (Aristóteles,
De Anima, Capítulo Tercero: Que se dedica al estudio de la
imaginación señalándose cuidadosamente los rasgos diferenciales
que la distinguen del resto de las actividades cognoscitivas).
[...]
"En vez de sensaciones, el alma
discursiva utiliza imágenes. Y cuando afirma o niega (de lo
imaginado) que es bueno o malo, huye de ello o lo persigue. He ahí
cómo el alma jamás intelige sin el concurso de una imagen"
(Aristóteles, De Anima, Capítulo Séptimo: De cuál es la
conexión existente entre las distintas facultades cognoscitivas
y muy especialmente entre la imaginación y el intelecto).
[...]
"De ahí también que
cuando se contempla intelectualmente, se contempla a la vez y
necesariamente alguna imagen: es que las imágenes son como
sensaciones sólo que sin materia" (Aristóteles, De Anima,
Capítulo Octavo: Continúa tratando de cómo se relacionan entre sí
sensaciones, imágenes e intelecciones).
Epicuro propone las
sensaciones como primera memoria y criterio de verdad, tal y como lo
comenta Diógenes Laercio:
“(31) [...] los
criterios de la verdad son las sensaciones (aistheseis), las
prenociones (prolépseis) y las afectaciones (páthe),
y los epicúreos añaden las proyecciones imaginativas de la mente
(phantastikaí epibolaí tês dianoías)” 11.
De
las sensaciones como criterio de verdad, también Aristóteles lo
había propuesto, pero no con la imperatividad epicúrea y bruniana.
He aquí lo que dice Giordano Bruno:
«[...] no hay nada en la razón que no
haya sido anteriormente percibido por los sentidos [quod prius non
fuerit in sensu], y no hay nada que, partiendo de los sentidos,
pueda llegar hasta la razón sin pasar por la fantasía» (Giordano
Bruno, Theses de Magia, XLIII, vol. III, pág. 481).
La
mente es la memoria sensorial del cuerpo, el escenario de la
imaginación, donde se despliegan las emociones y los sentimientos,
actúa el pensamiento y juegan los recuerdos y los sueños
La
memoria del Homo-Humano es el resultado de la evolución biológica,
pero es la evolución cultural la que determina la evolución de la
memoria humana. De la salud en la formación y desarrollo de la
memoria depende la salud existencial del Homo-Humano y de la
humanidad.
La memoria del cuerpo
humano, la de la mente, al igual que las memorias artificiales,
evolucionan genética, epigenética y culturalmente.
Las evoluciones genética y
epigenética, se suceden sobre el genoma humano en respuesta tanto a
los cambios ambientales como culturales. La evolución cultural se
sucede por y en las extensiones de si mismos que los humanos inventan
y desarrollan como respuestas adaptativas y expansivas en los modos y
maneras de superar sus necesidades. Los eventos de esas evoluciones
se "memorizan", operan y se expresan en la memoria de la
materia biológica y en la memoria de la mente. La memoria de la
mente es tanto homeodinámica, como instintiva, apetitiva, emocional
y cultural.
Estas evoluciones operan en
los niveles de la naturaleza humana:
Nivel metabólico: el
sistema homeostático que regula el estado biológico del cuerpo.
Nivel instintivo: regula los
instintos imperativos de supervivencia, reproducción y adaptación.
Nivel apetitivo: que regula
la atracción y rechazo de las sensaciones.
Nivel emocional: que regula
la atracción y rechazo, las reacciones ante las circunstancias y
situaciones en las que se desenvuelve el individuo.
Nivel sentimental: que
regula la interpretación, comprensión y respuesta que el individuo
realiza sobre los estímulos que lo afectan.
El nivel intelectivo será
aquel que el individuo desarrolla a partir del desarrollo y
funcionamiento de la mente y de la memoria.
De esta forma, se puede
decir que el Homo-Humano posee dos memorias:
Una es la memoria natural
que es tanto memoria biológica y epigenética, la memoria de la
materia de su cuerpo, así como memoria cultural, que es la memoria
que su mente construye con la información y datos de los estímulos
que percibe su cuerpo y que, finalmente, procesa con el pensamiento.
Otra es la memoria
artificial que es aquella que su mente construye tanto a partir de
los códigos que ha inventado como de los artefactos, los medios, que
ha construido para conservar, preservar y procesar las informaciones
y datos.
La evolución de la
expansión de la memoria:
La memoria es la formación,
conservación y procesamiento, de imágenes virtuales por parte del
cerebro, a partir de las sensaciones, y las que constituyen la mente
que siente, imagina y piensa, esa memoria se expresa a través de los
medios propios del cuerpo o por aquellos medios que inventa y
desarrolla como extensiones del cuerpo.
La memoria sensorial se
expandió y expresó por medio de sonidos y gestos: cantos y danzas.
La memoria de gestos y
señales, se expandió por medio de signos y símbolos: las pinturas
y tallas.
La memoria escrita, se
expandió por la invención de códigos articulados de signos que se
conservan o graban en un medio físico.
Memoria audiovisual, es el
desarrollo científico y tecnológico de artefactos para grabar y
reproducir sonidos e imágenes.
Memoria virtual: es aquella
extensión del cuerpo que se equipara a la memoria mental, inventada
y desarrollada por las ciencias y las tecnologías.
Si
bien la historia de la memoria del Homo-Humano empieza con la
evolución biológica, es sólo cuando el cerebro se ha desarrollado
que se hace humano en todo sentido, hasta el punto que se hace
consciente de tener conciencia, es decir, cuando siente que siente y
recuerda lo que siente y actúa a partir de ello.
La
memoria es la capacidad de conservar, almacenar, procesar y
trasmitir, datos, informaciones, imágenes (cuando se habla de
imágenes me refiero a que la sensación percibida es convertida en
impresión sensorial: visual, auditiva, olfativa, de gusto o táctil,
bien independiente o combinada una con otras o con todas), para su
uso posterior y será determinada por los mecanismos de conservación,
almacenamiento, procesamiento y uso.
Una
es la memoria biológica y otra es la memoria cultural. La primera es
la propiedad y cualidad de la materia y de los organismos vivos de
almacenar y usar las sensaciones de sus experiencias internas y
externas para regular su estado y sus reacciones cuando esas o
similares experiencias se les presentan. La segunda es aquella
habilidad que los organismos dotados de cerebro tienen para inventar
códigos con los cuales conservar, almacenar, procesar y usar, los
datos e informaciones codificados y almacenados tanto en el cerebro
como en los artefactos inventados y dispuestos para ello.
Los
mecanismos de memoria del cerebro están constituidos por circuitos y
cadenas neuronales que se forman por programación genética, por
acción epigenética o por actividades que se realizan y en los que
se conservan los datos y las informaciones de las sensaciones
producidas por las percepciones de actos y situaciones que los
afectan, los cuales se activan cuando la situación memorizada se
vuelve a presentar bien sea física y concretamente provocada o bien
cuando es provocada por una evocación o por la simulación de una
experiencia similar o por necesidad emocional, sentimental o
intelectual.
Estos
mecanismos de la memoria funcionan en los distintos niveles del
organismo: en el nivel primario o metabólico, es decir, la
homeostasis, que regula el estado del organismo. En los niveles
emocionales, es decir, en el de las reacciones instintivas,
apetitivas y de las emociones que se encargan de la preservación y
protección del individuo y su confrontación con los otros y con el
mundo. En el nivel de los sentimientos y de las actividades
intelectuales superiores, es decir, en su identidad e identificación
con los otros y con el mundo. A partir del último nivel, se
desarrolla la memoria artificial, es decir, la conservación y
almacenamiento de las imágenes, datos e informaciones, creados
mediante los códigos culturales, la cual funciona en el cerebro y en
los artefactos desarrollados para ello: gestos, pinturas, lenguajes,
escrituras, gráficos, lecturas, etc., así como en los artefactos
construidos para ello: rocas, cortezas, pieles, tablillas, papiros,
papel, medios de grabación de sonidos e imágenes, etc.
Por
las neurociencias se sabe que los organismos, desde el más simple
hasta el más complejo, perciben y convierten en sensaciones todo
contacto interno y externo que los afecta y guardan memoria de ellas
para así organizar y condicionar sus reacciones, la reactividad. Es
a partir de esa memoria o repertorio de sensaciones que determinan
sus acciones y actividades.
Si,
según los descubrimientos de las neurociencias, la mente es la
memoria sensorial del cuerpo, serán, entonces, esa mente y esa
memoria el fundamento biológico y existencial de la humanización y
de lo que nos hace ser humanos: una mente que se hace consciente de
estar en el espacio y en el tiempo, y se expande hacia el universo
por medio del conocimiento.
También
he afirmado que los organismos operan a partir de códigos: los unos,
físico-químicos, los más primarios, que son los que operan la
actividad cerebral y son el "sistema operativo" de la mente
y, los otros, los códigos artificiales, virtuales, los más
complejos.
Ahora
me interesan los códigos virtuales, los que son de dos clases:
La
primera, la de aquellos códigos que procesan lo que el cuerpo
percibe, los estímulos, y que producen las sensaciones para
convertirlas en impresiones (visuales, sonoras, olfativas, táctiles
y gustativas), o sea, en imágenes: la conciencia de sentir, a partir
de lo cual el cuerpo procede a manejar sus reacciones: instintivas,
apetitivas, emocionales, sentimentales, intelectuales y creativas, se
hace consciente.
La
segunda, la de los códigos artificiales, aquellos que el Homo-Humano
inventa para organizar las sensaciones y darle expresión a l0 que
sienten sus sentidos e inventar expresiones, es decir, los códigos
para comunicar, compartir, comparar, memorizar, lo que siente, por
medio de lo cual proyecta y extiende su Ser y Estar en el mundo.
Es
así como el contacto, el estímulo, se convierte en la sensación,
que se convierte en imagen, que se convierte en código, que se
convierte en emoción, que se convierte en sentimiento, que se
convierte en pensamiento, que se convierte en extensión (acción y
lenguaje): mirar-ver, oír, tocar, hablar-cantar y saborear, actuar
(manufacturar, dibujar, escribir, calcular, construir, explorar,
experimentar, inventar, etc.), a partir de lo cual se inventa su sí
mismo y a sí mismo e inventa y construye la cultura.
En
este contexto, son, también, dos las memorias, la memoria natural y
la memoria artificial, las que si bien están estrechamente
conectadas y relacionadas, son dos campos de exploración diferentes,
El primero, el de la memoria natural, es asunto de las neurociencias
y el que me interesa porque de su formación y desarrollo depende la
salud existencial del Homo-Humano. El segundo, el de la memoria
artificial, una curiosidad histórica 12
que me interesa porque fue Giordano Bruno quien, con sus propuestas
de un Arte de la Memoria y el poder de la imaginación, intuyó o
anticipó, por un lado, lo que ahora funciona como internet y por el
otro, algunos de los conceptos y mecanismos mentales que ahora
exploran las neurociencias.
La
historia y el desarrollo del Arte de la Memoria, mnemotecnia, debió
comenzar mucho antes que aquella historia que se atribuye a Simónides
y de toda la importancia que los antiguos griegos le daban a
Mnemosine, de lo contrario, poco sería lo que se recuerda de
todos aquellos que antes que ellos, conservaron y trasmitieron los
recuerdos de sus mentes y culturas e inventaron los sistemas y
mecanismos para memorizarlos, preservarlos y trasmitirlos.
Sin
embargo, son las historias que se remontan a los antiguos griegos y
las que de allí siguieron, las más documentadas y trasmitidas, las
que parecen marcar todos los estudios que se realizan sobre el Arte
de la Memoria y su evolución y desarrollo en los últimos 2.500
años, lo cual no tiene nada de malo, salvo que, con mínimas
excepciones, muy poco se avanzó en la exploración sobre la propia
naturaleza de la mente que memoriza y recuerda por dar prelación a
los mecanismos de memorizar y recordar, prácticamente. Es así como
toda la información y tratados sobre la mnemotecnia, se concentran
en esa mecánica, a veces, fenomenológica y que, sólo como
intuición, se refieren a la naturaleza biológica y psicológica de
la memoria, lo que las neurociencias actuales están reivindicando.
Son
también, entonces, dos las aproximaciones a la historia de la
memoria. La una, la de la mnemotecnia o Arte de la Memoria dedicada a
los métodos de memorizar y recordar. La otra, y la que me interesa,
la mente como memoria sensorial del cuerpo, esa que actualmente
exploran las neurociencias y la que también tiene sus antecedentes
en la antigüedad, así sea como meras intuiciones, pero a las que no
se siguió un desarrollo consecuente, tal el caso de lo planteado por
Platón, Aristóteles y Epicuro y que Giordano Bruno asimiló en las
propuestas de su Arte de la Memoria y el poder de la imaginación.
Platón
ya plantea las diferencias entre los dos concepciones de la memoria.
Primero, en Fedro (274 d y ss.) el célebre mito de Theuth
y Thamus con el cual hace su polémica critica a
la escritura como medio de memoria. Segundo, en Fedón (96 b), ya
citado antes, plantea la memoria a partir de las sensaciones:
"¿O ninguno de
estos factores, sino que el cerebro es quien presenta las sensaciones
del oír, ver, y oler, y a partir de ellas puede originarse la
memoria y la opinión, y de la memoria y la opinión, al afirmarse,
de acuerdo con ellas, se origina el conocimiento?" 13.
Aristóteles dedica un
tratado a sus consideraciones sobre la memoria y también considera a
las sensaciones como inicio de la memoria.
Para Epicuro, tal y como lo
interpreta Diógenes Laercio, la memoria se forma a partir de las
sensaciones (aistheseis), las cuales forman las prenociones
(prolépseis), la base de los recuerdos:
“(33) La prólepsis
(prenoción, impresión, impronta, “imprintig”), dicen los
epicúreos, es como una comprensión (katálepsis), una
opinión recta, un pensamiento (énnoia), una noción general
que está en nosotros como un recuerdo (mnéme), de lo que
muchas veces se nos ha presentado desde fuera. Por ejemplo, aquello
que se me está presentado de esa manera es un hombre. Porque en el
momento mismo en que se dice hombre, gracias a la prólepsis,
se piensa, al mismo tiempo, en su imagen genérica (týpos),
según las sensaciones que antes se han tenido. Para todo hombre,
pues, aquello que es primeramente significado en él se nos presenta
como evidente. Y nosotros no podríamos llevar adelante investigación
alguna, si no tuviéramos ya de antemano algún conocimiento. Por
ejemplo, cuando decimos: ¿aquello que hay allí es un caballo o un
buey? Porque para hacer tal pregunta es preciso haber conocido alguna
vez la forma (morphé) de caballo o de buey. No podríamos,
pues, nombrar cosa alguna, si antes no conociésemos, por medio de la
prólepsis, su imagen genérica, su týpos. Las
prolépseis son, pues, evidentes” 14
Epicuro es, en esta
historia, el único que ofrece un ámbito, unas condiciones y unas
concepciones adecuadas para el desarrollo saludable del Homo-Humano y
en particular, para la formación saludable de la memoria, que es el
asunto que me interesa.
Giordano Bruno, inspirado en
Epicuro, también considera que la memoria se forma a partir de las
sensaciones y de lo que será mejor para una saludable formación del
individuo:
"Sólo en virtud de
aquellas cosas que preexisten en nosotros conseguimos no sólo las
imágenes, sino también las formas, virtudes, y en suma la sustancia
en aquello que se participan y comunican. Así, por lo conocido
adquirimos el conocimiento de lo desconocido... Por lo que tenemos
poseído y concebido de antemano logramos aquello de lo que carecemos
y deseamos. Sólo recoge el que sembró, y al que nada tiene nada se
le dará... Conviene por consiguiente que haya previamente algunos
principios y semillas de donde nazca la ilimitada abundancia de las
imágenes y las cosas imaginables" (Giordano Bruno, De Imaginum,
signorum et idearum compositione).
En algunas de las propuestas
de Giordano Bruno es posible asimilar su descripción y
funcionamiento de la memoria, con la de la mente como imagen (idea:
eîdos y forma: morphē)
o la mente como memoria del cuerpo, que será lo que luego Spinoza
expondrá en su Ética y que las actuales neurociencias estudian,
como ya se dijo antes.
NOTAS
1
Paolo Rossi, Clavis unlversalis , El arte de la memoria, y la lógica
combinatoria de Lulio a Leibniz , Fondo de Cultura Económica,
México, 1989, pp. 24-25:
"La
idea de un arte del recordar y del pensar que se desarrolle de modo
"mecánico", adquirirá nueva fuerza cuando, entre la
mitad del siglo XVI y la mitad del XVII, se establezca un contacto
entre tres diferentes tradiciones de arte de la memoria: 1) las
inspiradas en Cicerón, Quintiliano y en la Rhetorica ad
Herennium; 2) las derivadas del De memoria et reminiscentia
de Aristóteles, de los comentarios de San Alberto, de Santo Tomás
y Averroes; 3) aquellas directamente ligadas al ars magna de
Lulio. Entonces tendrá una nueva suerte el proyecto de un mecanismo
conceptual que, una vez puesto en movimiento, pueda "trabajar"
solo, de manera relativamente independiente de la obra particular,
hasta llegar a una comprensión total y posibilitando a los hombres
la lectura del gran libro del universo. Para darse cuenta del peso
que esta idea tendrá en la filosofía moderna, basta, pensar en la
máquina que Bacon intentaba construir mediante su nueva
lógica, en el mirabile inventum cartesiano, buscado antes
que en la geometría analítica, en los textos de Lulio y Agripa; en
los libros "portadores de luz universal" de Comenio; en
fin, en esa llave maravillosa que pretendía ser la "característica"
leibniziana".
2
Georges Charpak y Roland Omnès, Sed sabios, convertíos en
profetas, Anagrama, Barcelona, 2005.
3
Ignacio Gomez de Liaño, Mundo, magia, memoria, Biblioteca Nueva,
Madrid, 2007, p. 28-29
4
Sobre el Espíritu ya me he expresado en las Cartas eleusinas.
5
Antonio Damasio, En busca de Spinoza. Neurobiología de la emoción
y los sentimientos, Drakontos, Barcelona, 2009, p. 250:
"[...] primero, de poseer
sentimientos (no simplemente emociones, sino sentimientos)
[...] En segundo lugar [...] de poseer dos dones biológicos, la
conciencia y memoria (cursivas
de Antonio Damasio), que compartimos con otras especies pero
que alcanzan mucha más importancia y grado de refinamiento en los
seres humanos. En el sentido estricto del término, conciencia
significa la presencia de una mente con un yo, pero en términos
humanos prácticos, esta palabra realmente significa más. Con ayuda
de la memoria autobiográfica, la conciencia nos proporciona un yo
enriquecido por los registros de nuestra propia experiencia
individual".
6
Susan Greenfield, ¡Piensa! ¿Qué significa ser humano en un mundo
en cambio? Ediciones B, Barcelona, 2009, p. 97:
“La mente es la
personalización del cerebro a través de una conectividad neuronal
única, impulsada a su vez por experiencias únicas; si es así,
estarán de acuerdo en que si tenemos acceso directo al cerebro, y
cambiamos su configuración física, trasformaremos inevitablemente
la mente”.
7
Georges Charpak y Roland Omnès, Sed sabios, convertíos en
profetas, Anagrama, Barcelona, 2005, pp. 165-166.
Antonio
R. Damasio, La sensación de lo que ocurre, Debate, Barcelona, 2001,
capítulo 11.
8
Henri Corbin, Ojos de carne y ojos de fuego. La ciencia y la gnosis,
1978:
“Una
primera fuente de confusión viene del hecho de que los críticos de
la gnosis no disponen sino de estas dos categorías: creer y
saber, e identifican la gnosis con el simple saber. Se pierde
así completamente de vista que entre el creer y el saber, hay un
tercer término mediador, todo aquello que connota el término de
visión interior, ella misma ordenada hacia este mundo intermediario
y mediador olvidado por la filosofía y la teología oficiales de
nuestros días, el mundus imaginalis, el mundo imaginal. Lo
gnosis islámica dispone aquí de un esquema triádico
necesario: hay el conocimiento intelectivo ('aql), hay el
conocimiento de los datos tradicionales que son objeto de la fe
(naql) y hay el conocimiento que es esta visión interior,
revelación intuitiva (kashf). La gnosis es visión
interior. Su modo de exposición es narrativo; es un recital. En
tanto que ve, sabe. Pero en tanto que aquello que ve no proporciona
pruebas "positivas", empíricas o históricas, cree. Es
Sabiduría y es Fe. Es Pistis Sophia”.
9
En De magia, Giordano Bruno hace amplia explicación sobre la magia
y el "Mago" a los que él se refiere.
10
El primero en afirmar que el cerebro, y no el corazón o el
diafragma, era el centro de la actividad intelectual, fue Alcmeón
de Crotona. Sostuvo, además, que «todas las percepciones están
estrechamente vinculadas con el cerebro», según testimonia
Teofrasto. También Hipócrates describió el papel del cerebro en
las actividades humanas.
11
Diógenes Laercio, Vida de Epicuro, Libro X, de las Vidas de los
filósofos ilustres, citado por Emilio Lledó, El epicureísmo,
Taurus, Madrid, 1995, pp. 87.
12
Sobre este tema existen numerosos estudios. Recomiendo el libro de
Paolo Rossi, Clavis Universalis. El arte de la memoria y la lógica
combinatoria de Lulio a Leibniz, Fondo de Cultura Económica,
México.
13
El primero en afirmar que el cerebro, y no el corazón o el
diafragma, era el centro de la actividad intelectual, fue Alcmeón
de Crotona. Sostuvo, además, que «todas las percepciones están
estrechamente vinculadas con el cerebro», según testimonia
Teofrasto.
14
Diógenes Laercio, Vida de Epicuro, Libro X, de las Vidas de los
filósofos ilustres, citado por Emilio Lledó, El epicureismo,
Taurus, Madrid, 1995, pp. 93-94.