8 de diciembre de 2012

Giordano Bruno y el Arte de la Memoria



Iván Rodrigo García Palacios
Giordano Bruno y el Arte de la Memoria


Mnemósine, por Dante Gabriel Rossetti.


Contenido
De la magia bruniana
"Memoria artificial", la internet y las neurociencias
Hombre nuevo, el poder de la imaginación y Arte de la Memoria
"El heroico furor"
El Mago y la Magia
Mago es quien conoce y trasforma el mundo
La mente es la memoria sensorial del cuerpo, el escenario de la imaginación, donde se despliegan las emociones y los sentimientos, actúa el pensamiento y juegan los recuerdos y los sueños


Giordano Bruno y el Arte de la Memoria


Los primeros Homo-Humanos construyeron su Ser y Estar en el mundo, la memoria sensorial, el mecanismo de los recuerdos, con cuentos, mitos, canciones, danzas, para expresar, conservar, almacenar, procesar y trasmitir, sus sensaciones y sentimientos, sus conocimientos y la historia de su existencia con los medios de los que disponían en sus cuerpos: sonido y movimiento (el sueño edénico, el enigma del origen). Más adelante, para ampliar esas capacidades y aumentar la perdurabilidad y fidelidad de su memoria, inventaron la pintura, la escultura y la escritura (el sueño erótico, la sabiduría de la unidad). Muchos siglos después, en el siglo XV, inventaron los libros impresos y se puso al alcance de las personas que sabían leer y escribir la memoria de la humanidad (el sueño enciclopédico, el saber universal). Cuatro siglos después, en el siglo XX, las ciencias y las tecnologías desarrollaron los medios audiovisuales y pusieron al alcance de casi todo el mundo, no sólo la memoria universal, sino todo lo que estaba sucediendo en el mundo (el sueño de la ubicuidad, el ojo que todo lo ve). Y, ahora, se está gestando el desarrollo de una nueva memoria, la de la hiperrealidad y la de los hipervínculos, esa hipermemoria o hipermente virtual que se desarrolla en el hiperespacio y la que produce la ilusión de la ubicuidad, Ser memoria universal en tiempo presente y real y, al mismo tiempo, Estar en todas partes al mismo tiempo (el sueño lúdico, el poder de jugar con la naturaleza).
Para ser congruente con las cualidades organizadoras y catalogadoras de la naturaleza humana, señalo esos períodos de la evolución de la cultura humana como los sueños y, a veces las pesadillas, en los que los Homo-Humanos han inventado algunas de las extensiones de sí mismos con las que se han trasformado y han trasformado el ámbito de su mundo y sus relaciones con él. La lectura y la escritura son las herramientas más poderosas de la genética cultural.
Junto con la evolución de sus cuerpos, los Homo-Humanos han provocado la evolución y mutación de sus culturas, su Ser y Estar en el mundo, lo que, a su vez, ha incidido en la evolución de sus propios cuerpos: de cuerpos plásticos a cuerpos virtuales.
La genialidad de Giordano Bruno fue haber intuido que, en el ámbito en el que le correspondió vivir, se estaba produciendo una mutación cultural: la expansión de la memoria de la mente humana que, de nuevo y otra vez desde la escritura, se expandía como consecuencia de la adaptación tecnológica de los tipos móviles a la imprenta implementada por Johannes Gutenberg, lo que provocó la universalización de los libros impresos.
Pero, lo fundamental de esa intuición de Giordano Bruno, fue el que, si bien millones de personas tenían la posibilidad de saber leer, escribir y memorizar, la verdadera revolución sólo sería posible si, a partir de ello, se expandiera la capacidad humana para descubrir aquellos conocimientos aun desconocidos de la naturaleza de la Naturaleza y de la naturaleza de la existencia, más allá de los conocimientos heredados y ya caducos, recibidos de los antecesores y mantenidos por los poderes imperantes como dogmas incontrovertibles.
Hasta ese momento, el conocimiento científico era casi el mismo que por dos milenios había reproducido la humanidad, pero el que ya no ofrecía respuestas ni explicaciones ni soluciones a los fenómenos físicos y humanos que se percibían y que desafiaban toda comprensión. Era pues necesario poder dar respuestas a las antiguas y a las nuevas preguntas con nuevos métodos y a partir de una nueva visión sobre el mundo y la humanidad y contra los dogmas impuestos y mantenidos por la Iglesia Católica.
Y esa fue la genialidad de Giordano Bruno, intuir que, sólo la memoria que memoriza y combina datos e informaciones, no era ni adecuada ni suficiente para descubrir nuevos conocimientos, que era necesario que, a partir de esas habilidades, el Homo-Humano "descubriera muchas y nuevas facultades", por medio de las cuales, memoria e imaginación, descubrieran muchos y nuevos conocimientos; fue así él como combinó las tradiciones memorísticas y combinatorias que imperaban y propuso un nuevo método, el mismo que estimuló, inspiró y formó a aquellos que, después de él, desarrollaron una nueva memoria, una nueva visión de sí mismos y del mundo y propusieron nuevas ideas y métodos para descubrir, organizar, interpretar y desarrollar, conocimientos, ciencias y filosofías.
Si bien el Arte de la Memoria de Giordano Bruno se inserta en la tradición del Ars memorativa de técnicas y mecánicas de memorización y se inspiró en la memoria combinatoria de Raimundo Lulio, su propósito fue mayor. Además de ser un método de memorización, era también un método pedagógico por medio del cual descubrir conocimiento en la Naturaleza física y existencial, un método que él intuyó y que inspiró a aquellos que luego sentarían las bases de las ciencias actuales 1:
"Hemos compuesto este arte que es preferible a todas las demás por el valor de los principios que en ella están contenidos, y no puede posponerse a ninguna en base a los resultados (...) Este arte no lleva a un simple arte de la memoria, sino que conduce e introduce también al descubrimiento de muchas facultades" (Giordano Bruno, De Umbris idearum).
Buena parte de los escritos de Giordano Bruno están dedicados tanto a la explicación de su método, así como "al descubrimiento de muchas facultades", por parte de los que a ello se apliquen.
De la memoria humana, del Arte de la Memoria y de las intuiciones de Giordano Bruno, tratan estas notas cuya finalidad será mostrar que la salud mental y física de los Homo-Humanos dependen del aprehender el buen sentir para así aprender el bien pensar.


De la magia bruniana


Mago significa hombre sabio con poder de obrar” (Giordano Bruno, De magia)
... Maravillas.


Giordano Bruno ha sido más celebre por la divulgación y defensa de las ideas astronómicas de Copérnico y por haber contribuido a desplazar el antropocentrismo del "ombligo" del Homo-Humano hasta un universo infinito de infinitos mundos, así como por un frívolo esoterismo. En cambio, mucho menos o nada, se le ha reconocido o vilipendiado por aquellas otras de sus "especulaciones" ("Pensar es especular con imágenes") en las que el Homo-Humano contempla en la Naturaleza, que es el Espejo donde el Homo-Humano se mira y se contempla con el "Ojo" y en la "Luz" originaria y que, por el poder de la Imaginación, logra, con el Entendimiento, intuir unas leyes, como las que él propuso, inspiradas en epicúreo espíritu, y en las que, mirando con ingenio, se anticipan ya, entre otras, a las teorías de una física clásica newtoniana, una física relativista esteiniana y una física cuántica, tan actuales 2 y las que, me aventuro a afirmar, él contribuyó a inspirar.
Pero, las mayores injusticias se han cometido con Giordano Bruno, más allá de los prejuicios y de las estigmatizaciones religiosas y filosóficas y de su condena a la hoguera inquisitorial, así como de su posterior mitificación al banalizarlo como un farsante e impostor Mago de feria, por culpa de la temerosa actitud de aquellos que, por salvar el pellejo, entronizaron en la modernidad el paradigma de la dualidad cuerpo-alma, por lo cual se retrasaron por cerca de cuatro siglos los avances en las ciencias biológicas, demorando así el desarrollo de las neurociencias, a la luz de las cuales se pueden mirar ahora otras de las intuiciones cumplidas de Giordano Bruno.


"Memoria artificial", la internet y las neurociencias
En la segunda mitad del siglo XVI, Giordano Bruno planteó la existencia y la posibilidad de "fabricar" una "escritura interior" y una "mente y memoria artificial" en la mente humana (De umbris idearum), diferente de la memoria natural, en la que se podrían acumular y conservar todos los saberes posibles. Esto lo hizo como el último de los magos de una tradición de más de dos mil años que hasta el catolicismo empleó en la formación de sus prosélitos, pero, y eso es lo más asombroso, lo hizo como el primero de los Magos de la modernidad -claro está que ya no con ese nombre-, una modernidad cuyos "Magos", cuatrocientos años después y sin darle el crédito, demostrarían, por una parte, y "fabricarían", por la otra, que tanto la "escritura interior" como la "mente y memoria artificial", existían y funcionaban en el mismo cerebro y que, también, eran posibles de ser "fabricadas" por parte de las ciencias y las tecnologías como un mecanismo artificial; claro está que no sin que antes las ciencias pasaran por aquellas otras evoluciones y revoluciones necesarias para que tales maravillas y prodigios fueran factibles.
En orden cronológico, primero, las ciencias y las tecnologías de finales del siglo XX, desarrollaron y construyeron una "red" virtual de hiperrealidad e hipervínculos (Giordano Bruno los llamó Universo y Vínculo de vínculos), cuya semejanza con los sistemas del Arte de la Memoria que Giordano Bruno elaboró y los que, traduciendo su lenguaje a los actuales lenguajes de la ciencia y la tecnología, son, reales y evidentes y aun superiores, porque en su "Arte" él incluía aquellos aspectos de la naturaleza humana que todavía hoy ni las ciencias ni las tecnologías han podido "fabricar" artificialmente, tales como lo son las sensaciones, la imaginación, las emociones, los sentimientos, el pensamiento, las pasiones, los afectos, los anhelos, y, lo más importante, las facultades de descubrir e inventar.
Giordano Bruno describió así su Arte de la Memoria y su invento de "la memoria artificial":
"Tratamos este arte bajo una doble forma y camino, de las cuales una es más elevada y general ya sea para ordenar todas las operaciones del alma, ya sea también principio de muchos métodos, con los que cual diversos instrumentos puede intentarse e inventarse la memoria artificial. Consiste en primer lugar de treinta intenciones de las sombras, en segundo lugar en treinta conceptos de ideas, en tercer lugar en parecidos vínculos que podemos derivar de las intenciones y conceptos mediante una industriosa adaptación de los elementos de la primera rueda a los elementos de la segunda. La segunda parte que sigue está más limitada a un modo determinado de adquirir la memoria mediante el artificio" (Giordano Bruno, De Umbris idearum).
Será luego que Giordano Bruno exponga de manera amplia el funcionamiento y operaciones de su Arte de la Memoria en De magia, De vinculis in genere, Sigillus sigillorum y en otros de sus escritos, un método que, si bien se inspira en una tradición ya en decadencia, el tratamiento que él le da, no sólo inspirará los modelos de filósofos y matemáticos posteriores, sino que, analizado en un lenguaje actual, pareciera que estuvieran hablando de la internet que ahora copa nuestro mundo, si así se interpreta tanto el método bruniano como la explicación que de él ofrece Ignacio Gómez de Liaño:
"[...] el arte de la memoria de Giordano Bruno es la fabricación de un ojo. Ventana y espejo donde las cosas son apariciones y juegos de espectros, este ojo artificial e inventivo es la cifra de la mente que alumbra Bruno. Es en la práctica de la diversión óptica como se descifra esta, es en las seguridades de la presencia y en las inseguridades de una presencia siempre ambigua, como se enseña a vivir en la apariencia. Desde la cifra del ojo no son las apariencias lo que engaña.
Este ojo -cifra de la mente- no es el instrumento de la visión: no se ve con los ojos, sino, como los héroes de Homero, se ve en los ojos. Ubicadas en la vista, hecha lugar, la retina insume en sus puntos a las cosas, hechas puntos; y repite en su pequeño mundo de luz a la tierra y al cielo como geometría -medida de la tierra- y como planisferio celeste. ("Tierra" y "ojo" es como llama Bruno al centro de sus atrios mnemónicos). Tierra y cielo, a contrapelo de la ley de la gravedad, aparecen en el ojo como concreción de imágenes, pero también como diversión de espectros" 3.
Pero, en principio, lo que propone Giordano Bruno, es un "arte" mediante el cual "ordenar todas las operaciones del alma", pero de una "alma" de naturaleza y expresión diferentes a las impuestas por las filosofías y teologías cristianas de su época, a las que se opone y que, por el contrario, anticipa la concepción de que en el Homo-Humano no existe una excepcional dualidad de cuerpo y alma, sino la maravillosa unidad de un cuerpo que produce una mente excepcional que se construye de sensaciones, pasiones, anhelos y del que emana un Espíritu 4.
Para Giordano Bruno, cuerpo y alma, son lo que antes fueran para Epicuro:
"(63) Y después de estas cosas, es preciso reparar, refiriéndose a las sensaciones y pasiones –pues así la convicción será más certera– en que el alma es un cuerpo sutilmente particulado, diseminado por todo el organismo y muy semejante a un soplo que tiene una mezcla de calor, en parte semejante a este [calor], en parte semejante a aquel [soplo], si bien hay una parte que ha alcanzado gran variación [respecto] de tales [primeras partes] en razón de su sutil particulación y [que es] más simpática con el restante organismo" (Epicuro, Epístola a Heródoto).
Así describe Giordano Bruno el funcionamiento del cuerpo y del alma:
"Pues así como nuestra alma produce primera y universalmente con el cuerpo entero toda obra de vida, sin embargo, pese a estar toda entera en el todo y en toda y en no importa qué parte, no por ello hace todo a partir de todo ni de cualesquiera partes, sino que hace ver en el ojo, oír en el oído, gustar por la boca (porque si el ojo estuviese por todas partes, por todas partes vería, y si los órganos de todos los sentidos estuviesen por todas partes, por todas partes enteramente sentirían), así también el alma del mundo que está en todo el mundo, allí donde ha alcanzado una materia determinada, allí mismo produce un sujeto (cosa) y manifiesta, a partir de él, determinadas operaciones. Por consiguiente, aun cuando se halle igualmente por doquier, no actúa de igual manera en todas partes, porque no se le suministra una materia igualmente dispuesta en todas partes" (Giordano Bruno, De magia).
Y así serán, después, cuerpo y "mens" para Spinoza, quien se inspira en Giordano Bruno:
"PROPOSICIÓN XIII
"El objeto de la idea que constituye el alma (mens) humana es un cuerpo, o sea, cierto modo de la Extensión existente en acto, y no otra cosa" (Spinoza, Ética, II, Proposición XIII).
En palabras sencillas y en una traducción actual:
"La mente humana es la idea, imagen y forma, del cuerpo humano".
O para decirlo de la forma como luego lo explicaré:
La mente es la memoria sensorial del cuerpo, el escenario de la imaginación, donde se despliegan las emociones y los sentimientos, actúa el pensamiento y juegan los recuerdos y los sueños.
De Epicuro a Bruno y a Spinoza y a las ciencias actuales, una "alma" que es la mente de un cuerpo, lo que lleva ahora al segundo de los descubrimientos científicos actuales intuidos por Giordano Bruno con su "fabricación de una mente artificial".
Las neurociencias están demostrando que la mente es la memoria sensorial del cerebro, del sentir y de los sentimientos y que es, a partir de esa memoria, que cada Homo-Humano "fabrica" su conciencia 5, su identidad, "personaliza" su cerebro 6 y desarrolla su imaginación, sus sentimientos, su pensamiento, su conocer, su singularidad y se proyecta al futuro, como se expone más adelante.
Esto es lo que Giordano Bruno escribió y que pareciera estar hablando, en el lenguaje de su época, del funcionamiento del cerebro, de la mente y de lo humano del Homo-Humano:
"El alma (mens) se difunde en grado sumo por todo el horizonte de su naturaleza. Acaece por ende que no sólo conoce sus propios miembros, sino incluso todas las cosas con las que contrajo algún uso, participación y comunión.... Pues así como si alguien roza con el dedo o pincha con una aguja una sola parte del cuerpo, al punto todo el cuerpo se turba según todos los miembros, no según aquella parte solamente -aún cuando sólo a partir de aquella parte-, asimismo, teniendo el alma de cada cosa continuidad con el alma del universo, no se sigue la imposibilidad -que se da en los cuerpos- de penetrarse mutuamente" (Giordano Bruno, De magia).
«[...] no hay nada en la razón que no haya sido anteriormente percibido por los sentidos [quod prius non fuerit in sensu], y no hay nada que, partiendo de los sentidos, pueda llegar hasta la razón sin pasar por la fantasía» (Giordano Bruno, Theses de Magia, XLIII, vol. III, pág. 481).
Y aquí retorna el asunto de sentir y conciencia, del que ya escribí en Sensaciones epicúreas, y que me obliga ahora a transcribir lo escrito por dos físicos: el Premio Nobel Georges Charpak y por Roland Omnès, y un neurocientífico, Antonio Damasio, citado por ellos dos.
Escriben Georges Charpak y Roland Omnès:
"Intelectualmente, sabemos que el problema de la significación carece de respuesta o, al menos, que la respuesta está más allá del horizonte del saber actual. Sin embargo, ¿qué palabras concretas han acudido a nuestra pluma y a la de Bertrand Jordan? Sufrimiento, vida interior, belleza, alegría, deseo, repugnancia, dificultad de creer ... Todas pertenecen al orden del sentimiento: un sentimiento que lucha contra el entendimiento. Podría decirse, pues, que el problema no es encontrar el significado intelectual del universo y de las leyes, sino integrar este conocimiento en la conciencia: conciencia más vasta que el puro conocimiento y que engloba los sentimientos, incluido el sentimiento de sí mismo. Es en mí, por mí, para mí, que deseo hacer del conocimiento una parte viva de mí y algo absolutamente extraño.
Un gran neurobiólogo, Antonio Damasio, nos ayudará a dar cuerpo a esta idea aún vaga, a la luz de recientes resultados en el campo del cerebro y de la conciencia. He aquí lo que dice:
"La idea más sorprendente (surgida de las investigaciones sobre estos temas) es, quizás, el hecho de que la conciencia se origina en un sentimiento. [...] La idea de que la conciencia sería un sentimiento de conocimiento concuerda con los resultados que hemos podido obtener sobre las estructuras cerebrales que se le asocian más estrechamente. [...] Arraigando la conciencia en el sentir podemos explicar el sentimiento de sí mismo. [...] Situar el origen de la conciencia en el sentimiento nos lleva a interrogarnos por la naturaleza íntima del sentir. ¿De qué están hechos los sentimientos? (Notemos que el autor ha descrito antes el soporte biológico, humoral, de las emociones, que son más primarias que los sentimientos). ¿De qué son percepción los sentimientos? ¿Hasta dónde podemos explorarlos? En la actualidad aún no es posible dar una respuesta plena a estas preguntas. [...] Pudiera ser que la conciencia humana exigiera la presencia de sentimientos" 7
Los mecanismos neuronales del sentir, de los sentimientos y de su utilidad biológica y existencial serán también explorados y explicados a partir del descubrimiento de las neuronas espejo por parte de Marco Iacoboni y su equipo de investigaciones.


Hombre nuevo, el poder de la imaginación y Arte de la Memoria
En este contexto y en el espíritu platónico y epicúreo de su época, Giordano Bruno también estaba inmerso en aquella otra tradición que desde la antigüedad se proponía la formación de hombres superiores, un Hombre Nuevo, a partir de las propiedades y cualidades naturales del propio Homo-Humano, es decir, de su propia naturaleza biológica y existencial. Un Hombre Nuevo que partiendo de su cuerpo como criterio de verdad (Epicuro), ascendiera de la multiplicidad a la unidad (Platón), para que, con el poder de su imaginación y entendimiento, pudiera contemplar todo aquello que le era factible mirar en el infinito de la Naturaleza con "el Ojo" de sus sentidos y en la "Luz" primordial de su entendimiento, mirarse a sí mismo y en sí mismo a la Naturaleza. Esa es la magia de sus maravillas:
¿Por qué, digo yo, son tan pocos los que comprenden y hacen suyo el poder interior? ... Aquel que ve en sí mismo todas las cosas es, a un mismo tiempo, todas las cosas (Giordano Bruno, De Imaginum, signorum et idearum compositione).
Esos son los presupuestos, cuerpo y Unidad, de los que Giordano Bruno parte para fundamentar el poder de la imaginación y de su Arte de la Memoria. De manera simple, para él, el conocimiento es tanto visión exterior, científica, saber (episteme) así como una "visión interior", ver (sentir), saber, creer (gnosis) 8. Experiencias que se convierten en datos comprobables y "Experiencias" que unifican el Todo con el Uno. Eso es lo que, de acuerdo a las neurociencias, hacen el cerebro y la mente: del caos de la multiplicidad a la unidad del conocimiento.
"Mas puesto que en todas las cosas hay una conexión ordenada, de modo que los cuerpos inferiores siguen a los medianos y estos a los superiores, también los cuerpos compuestos se unen a los simples y esto simples a los más simples, aquellos materiales se aproximan a los espirituales, y aquellos espirituales a su vez a los inmateriales, ya que uno solo es el cuerpo del Ente universal, uno solo el orden, uno solo el gobierno, uno solo el principio y uno solo el fin, uno solo el primero y uno solo el último. Y como se da una continua migración de la luz a la tiniebla ... nada impide que al sonido de la lira universal de Apolo las cosas de abajo poco a poco sean reclamadas por las de arriba, y aquellas más bajas mediante las intermedias se aproximen a la naturaleza de las superiores; como también por la sensación resulta claro que la tierra se transforma por rarefacción en agua, el agua en aire, el aire en fuego, como por condensación el fuego se transforma en aire, el aire en agua, el agua en tierra. Así en general vemos en aquellas cosas que cambian, que el movimiento limita siempre con el estado y el estado con el movimiento ... De aquí que... debamos esforzarnos absolutamente -teniendo ante los ojos, según las excelsas operaciones del alma, la escala de la naturaleza- por tender siempre, mediante operaciones intrínsecas, del movimiento y de la multiplicidad a la quietud y a la unidad; si seguimos eso según nuestra facultad, también nos conformaremos a las obras divinas admiradas por todos. A eso mismo nos conforta y exhorta el vínculo preestablecido de las cosas y las consiguientes conexiones" (Giordano Bruno, De Umbris idearum).
"El heroico furor"
Y para lograr esas "visiones", el Hombre Nuevo de Giordano Bruno, debe estar poseído por "el furor heroico", un claro sucesor de los dionisiacos y eróticos ensimismamientos de Sócrates, del platónico "furor divino" y del imperturbable entusiasmo vital epicúreo.
Giordano Bruno, al igual que el Platón eleusino de Banquete y Fedro y el Epicuro de las Sensaciones epicúreas, propone a los Homo-Humanos "vivir la vida de los dioses":
"He aquí pues cómo Acteón, convertido en presa de sus propios canes, perseguido por sus propios pensamientos, corre y "dirige los nuevos pasos" -renovado en cuanto procede divinamente y con mayor ligereza, es decir, con mayor facilidad y con más eficaz vigor- "hacia la espesura", hacia los desiertos, hacia la región de las cosas incomprensibles; de hombre vulgar y común como era, se torna raro y heroico, tiene costumbres y conceptos raros, y lleva una vida extraordinaria. Y en este punto "le dan muerte sus muchos y grandes canes", acabando aquí su vida según el mundo loco, sensual, ciego e ilusorio, y comenzando a vivir intelectualmente; vive la vida de los dioses, nútrese de ambrosía y de néctar se embriaga" (Giordano Bruno, Los Heroicos Furores, I, 4).
Y, si al igual que en los escritos de Platón y Epicuro, el Lector Ludi hace la debida Lectura Lúdica, se encontrará junto con ellos, trasformado en un dios.
Ese es el asunto, voy a mostrar ¿qué, cómo y porqué?, "el furioso heroico" de Giordano Bruno, es también, con "el daimónico" hombre platónico y el imperturbable epicúreo, que no son los primeros ni únicos ni últimos, pero si son un punto de partida del "camino" para trasformar al Lector Ludi en "Mago":
"TANSILLO: Se suponen, y de hecho existen, varias especies de furores, todas las cuales se reducen a dos géneros: los unos manifiestan únicamente ceguera, estupidez e ímpetu irracional, tendiendo a la insensatez ferina; consisten los otros en cierta divina abstracción por la cual algunos alcanzan a ser en verdad mejores que los hombres ordinarios. Y estos son a su vez de dos especies, pues ciertos individuos, al haberse convertido en habitáculo de dioses o espíritus divinos, dicen y obran cosas admirables de las que ni ellos mismos ni otros entienden la razón (...). Otros, por estar avezados o ser más capaces para la contemplación y por estar naturalmente dotados de un espíritu lúcido e intelectivo, a partir de un estímulo interno y del natural fervor suscitado por el amor a la divinidad, a la justicia, a la verdad, a la gloria, agudizan los sentidos por medio del fuego del deseo y el hálito de la intención y, con el aliento de la cogitativa facultad, encienden la luz racional, con la cual ven más allá de lo ordinario: y estos no vienen al fin a hablar y obrar como receptáculos e instrumentos, sino como principales artífices y eficientes" (Giordano Bruno, Los heroicos furores, Tecnos, Madrid, 1987, pp. 56-57).
Eso que "sienten" "los furiosos heroicos" de Giordano Bruno, es lo mismo que "sintieron" aquellos antes que él y todos los que después se preguntan por el sentido del Todo sin hallar otra respuesta que su propia sensación, su conciencia: materia y energía organizadas para sentir y conocer. Lo sagrado es "el instante" de la vida en el infinito del tiempo y del espacio. El universo infinito y los infinitos mundos cuya materia y energía infinitas conocen y se conocen a sí mismos como totalidad: eso es el Homo-Humano.


El Mago y la Magia
Llegamos así al proceso mediante el cual el Homo-Humano se hace lo que es y se contempla en "el Espejo de la Naturaleza", mediante "la Luz" que todo lo origina y se hace "Mago" 9, "el furioso heroico", el verdadero filósofo:
Admirable parentesco que se da entre los verdaderos poetas -a los que se asimilan los músicos por ser idéntica la especie a que ambos hacen referencia-, los verdaderos pintores y los verdaderos filósofos; puesto que la verdadera filosofía es tanto música o poesía como pintura; la verdadera pintura es tanto música como filosofía; la verdadera poesía -o música- es tanto pintura como cierta divina sabiduría. (Giordano Bruno, De Imaginum, signorum et idearum compositione).
Porque esa "divina sabiduría" es el poder de la imaginación:
"La potencia imaginativa es como un pintor, esto es, como el consolidador de imágenes infinitas, que fabrica haciendo múltiples combinaciones con las cosas vistas y oídas. Fácilmente empero podemos conocer a la imaginación, que se rige por las leyes de la razón; siempre muestra y manifiesta, ciertamente, en la superficie de los sentidos el orden y la trabazón más idóneas de miembros con miembros. Más nosotros también enseñamos... el arte que de todas las cosas hace todas las cosas" (Giordano Bruno, De Imaginum, signorum et idearum compositione).
He ahí la magia y el Mago de Giordano Bruno:
Mago significa hombre sabio con poder de obrar” (“magus significat hominem sapientem cum virtute agendi”) (Giordano Bruno, De magia).
Y agrego: con poder de obrar ... Maravillas, como bien lo explican Carlos Muñoz Gutiérrez y José Antonio Maravall.
Escribe Carlos Muñoz Gutiérrez:
El conocimiento como comprensión de la unidad, que es la naturaleza, posibilita la magia que es actuar como ésta, desgajando los contrarios. Si el conocimiento es ir ascendiendo a través de las complicaciones de la unidad para alcanzarla, la magia es el proceso inverso, el proceso natural. Por eso, obrando igual que la naturaleza podemos hacer maravillas, en cuanto que conozcamos los medios y maneras por los que la naturaleza se constituye, repitiéndolas podemos crear hasta cierto punto como la naturaleza”.
[...]
Nuestra magia sigue consistiendo en hacer maravillas, pero la maravilla consiste ahora en crear un significado allí donde existe un caos. Bruno se esforzó precisamente en componer un nuevo cosmos, en lo físico, lo moral y lo religioso, y además nos lego un método de creación de orden, o mejor, nos dijo que la labor del mago es componer métodos. La cuestión, no obstante sigue abierta, ¿crean nuestros métodos magia negra o magia blanca?” (Carlos Muñoz Gutiérrez, Giordano Bruno: El Arte de la Memoria).
Escribe José Antonio Maravall:
Hé aquí cómo Giordano Bruno define el mago: “magus significat hominem sapientem cum virtute agendi”. A través de su conocimiento de hechos y propiedades naturales, la magia llamada entonces verdadera le entrega al hombre, siguiendo un camino que la mente de la época considera perfectamente experimental, la posibilidad de arrancar a la naturaleza la producción de ciertos fenómenos, fuera del curso ordinario y según la voluntad humana los desea. Para ello basta sólo con que esa voluntad empiece por plegarse a las exigencias que para tales resultados reclama la naturaleza misma” (José Antonio Maravall, El mundo social de La Celestina, Madrid, Gredos, 1972, p.p. 148-49).


Mago es quien conoce y trasforma el mundo


¿Dónde está, pues, la verdad? En el objeto sensible está solamente como en un espejo, en la razón por modo de argumentación y discurso, en el entendimiento por modo de principio y conclusión, en la mens está en su propia y viva forma (Sobre el Infinito Universo y los Mundos, diálogo I).


Simplificando al mínimo, se podría decir que Giordano Bruno se propuso dos objetivos como maestro: el primero, la formulación de lo que él llamó una "verdadera filosofía" mediante la cual explicar, casi sería mejor decir unificar, el conocimiento de la naturaleza trascendental y el de la naturaleza natural de lo que perciben los sentidos del Homo-Humano. Y, segundo, un método, una magia, como él la llama, mediante el cual desarrollar la obtención, la comprensión, la conservación y la acción, de ese conocimiento tanto por parte del mismo "Mago" como en su aplicación y obrar en la generación de maravillas.
Existen, tanto sobre "la verdadera filosofía" como sobre la magia de Giordano Bruno, innumerables estudios y análisis, a los cuales remito a los interesados, porque lo que limito mi interés, si se quiere, a "especular" sobre aquel asunto que ya emprendí en Platón eleusino y en Sensaciones epicúreas, y que Giordano Bruno expresa de manera perentoria:
¿Por qué, digo yo, son tan pocos los que comprenden y hacen suyo el poder interior? ... Aquel que ve en sí mismo todas las cosas y es, a un mismo tiempo, todas las cosas (Giordano Bruno, De Imaginum, signorum et idearum compositione).
Y me pregunto: ¿Cómo se hace "Mago" el Lector Ludi?


Retornando a lo que ya indiqué antes, el asunto es la memoria, esa propiedad de sentir y conciencia, esa que permite sentir y ser consciente de lo qué se es y, a la vez, el actuar del Ser y Estar en el mundo.
Así que el asunto se reduce al desarrollo, formación y funcionamiento de la mente, que es de donde emergen aquellas cualidades que hacen humano al Homo-Humano: sentir y sentirse y tener memoria de ello. De ahí en adelante y luego de la satisfacción de las necesidades primarias, metabólicas e instintivas, proceder a apetecer, desear, imaginar, pensar, conocer y anhelar en el espacio y en el tiempo: construir el Ser y el Estar en el mundo.
Se trata pues de actuar y construir el cuerpo que y con el que se es y se está en el mundo, lo único real y concreto de lo que se dispone para cumplir con los imperativos naturales de la mejor forma posible.
Y es esa, la mejor forma posible, lo que me interesa: la vida biológica que vive una existencia humana que busca el equilibrio entre los extremos del placer y el dolor. La bruniana Armonía de contrarios físicos y existenciales.


El Arte de la Memoria fue el método que Giordano Bruno implementó con el fin de que aquellas personas, debidamente preparadas, pudieran almacenar y manejar en su mente una cantidad ingente de información y que al mismo tiempo les permitiera desarrollar un sabio "entendimiento", "al descubrimiento de muchas facultades". A diferencia de la tradición del Arte de la Memoria, la mnemotecnia mecánica, técnica y retórica de memorizar cosas, en la que Giordano Bruno también se inserta, su propósito va más allá: para él el Arte de la Memoria es el punto de partida para explorar en lo desconocido, pero no aquello desconocido en lo que se ocultan mágicos y misteriosos poderes, sino en la búsqueda del conocimiento de la naturaleza de la Naturaleza y de la naturaleza de la existencia humana.
El método de Giordano Bruno, por analogía, funciona como lo hacen los computadores actuales: con "hardware" y "software". Tal "hardware" lo integran engranajes de ruedas complementadas con gráficos de círculos al rededor de un cuadrado interior, los cuales, segmentados por líneas, unen y conectan puntos y forman otras figuras geométricas. El "software" lo constituyen signos, letras, imágenes, emblemas, sellos, figuras, etc., con significados debidamente definidos y conectados tanto con significados preestablecidos como con sensaciones, afectos y sentimientos y por medio de los cuales se establecen relaciones y combinaciones que permitan tanto recordar como imaginar y elaborar nuevos conceptos, significados, sensaciones, afectos y sentimientos, descubrir nuevos conocimientos.
Con este método, Giordano Bruno esperaba lograr que se desarrollara lo que él llamó una "escritura interior" mediante la cual lograr el desarrollo de una "memoria o mente artificial".
Intuición o no, Giordano Bruno, pareciera anticipar lo que las neurociencias actuales están demostrando: así es como funcionan el cuerpo y el cerebro:
El cerebro -otra vez la analogía- es un procesador, "casi" ilimitado e interminable, de códigos físico-químicos que por extensión y articulación se convierten en códigos metabólicos, sensoriales, instintivos, apetitivos, emocionales, afectivos y, finalmente, en códigos artificiales articulados de sensaciones, gestos, señas, sonidos, olores, signos, símbolos, imágenes, letras, números, etc. Y que, a partir de la articulación de todos esos códigos, forman, conforman y trasforman, la mente y la memoria para así poner en movimiento los órganos mediante los cuales el Homo-Humano inventa las extensiones con las que se lanza hacia el infinito universo y los infinitos mundos.


El Homo-Humano es concebido, gestado y se desarrolla, extendiendo la analogía, a partir del "hardware" de su cuerpo y dotado del "software" evolutivo de "inicio", de maduración y de libre operación.
A partir de las propiedades y cualidades de la materia, el diseño biológico y la conformación del cuerpo humano están determinados por el código genético, el cual establece su formación y funcionamiento desde el mínimo nivel físico-químico y metabólico, hasta permitir el libre desarrollo y funcionamiento de las más complejas habilidades mentales superiores.
El Homo-Humano, una vez conformado, "iniciado", su cuerpo y al salir al mundo, comienza a "madurar" su cerebro desde las primeras impresiones sensoriales, las cuales establecen circuitos neuronales de funcionamiento y memoria; algunos de estos circuitos son fijos, es decir, son marcas permanentes y, otros, son plásticos, modelables y personalizables, durante la vida del cuerpo. El total de estos circuitos conforman la mente, la que, en términos simples, es, en primer lugar, un "mapa" o guía de instrucciones de operación y funcionamiento del cuerpo: el sistema homeodinámico, en segundo lugar, la memoria físico-química y, en tercer lugar, la memoria virtual, casi ilimitada e interminable, la que evoluciona y cambia permanentemente.
La mente son los mapas (imágenes) mediante los cuales se unifica el caos interior y exterior y se hacen memoria.
La memoria son "los archivos" en el espacio y el tiempo de lo que fui, de lo que Soy, de lo que seré y de lo que se conoce.
La imaginación es el escenario de la memoria en el que se refleja, contempla, actúa, extiende, combina, recuerda y se trasforma la mente en el espejo del mundo.


Platón, Epicuro y Giordano Bruno, concuerdan en proponer una erótica del cuerpo "poseído" por un "daimón" y por medio de la cual el hombre sabio busca la unidad a partir de la multiplicidad.
Platón, Aristóteles, Epicuro y luego Giordano Bruno, parten del cuerpo humano que conoce a partir de la sensación para luego desarrollar la imaginación, los sentimientos, el pensamiento, el entendimiento. Imaginación, porque toda sensación se corresponde con una imagen. Sentimientos porque con ellos se conoce y reconoce en lo otro. Pensamiento, porque la mente abstrae, une, con la razón o lo "raciocinante" a partir de las imágenes. Entendimiento, porque con los sentimientos, la imaginación y el pensamiento descubre el conocimiento, la unidad en el caos de la multiplicidad de la Naturaleza. Que es lo mismo que las neurociencias actuales están demostrando.
Platón lo plantea en Fedón (96 b):
"¿O ninguno de estos factores, sino que el cerebro es quien presenta las sensaciones del oír, ver, y oler, y a partir de ellas puede originarse la memoria y la opinión, y de la memoria y la opinión, al afirmarse, de acuerdo con ellas, se origina el conocimiento?" 10.
Aristóteles, en De Anima, hace numerosos comentarios a las sensaciones y a las imágenes como punto de partida del pensamiento:
"Puesto que el inteligir es algo distinto de la sensación y puesto que abarca, según parece, tanto el imaginar como el enjuiciar, nos ocuparemos de esta última actividad una vez que hayamos precisado lo relativo a la imaginación. Pues bien, si la imaginación es aquello (428a) en virtud de lo cual solemos decir que se origina en nosotros una imagen —exclusión hecha de todo uso metafórico de la palabra— ha de ser una de aquellas potencias o disposiciones, por medio de las cuales discernimos y nos situamos ya en la verdad ya en el error. Y éstas son sentido, opinión, intelecto y ciencia" (Aristóteles, De Anima, Capítulo Tercero: Que se dedica al estudio de la imaginación señalándose cuidadosamente los rasgos diferenciales que la distinguen del resto de las actividades cognoscitivas).
[...]
"En vez de sensaciones, el alma discursiva utiliza imágenes. Y cuando afirma o niega (de lo imaginado) que es bueno o malo, huye de ello o lo persigue. He ahí cómo el alma jamás intelige sin el concurso de una imagen" (Aristóteles, De Anima, Capítulo Séptimo: De cuál es la conexión existente entre las distintas facultades cognoscitivas y muy especialmente entre la imaginación y el intelecto).
[...]
"De ahí también que cuando se contempla intelectualmente, se contempla a la vez y necesariamente alguna imagen: es que las imágenes son como sensaciones sólo que sin materia" (Aristóteles, De Anima, Capítulo Octavo: Continúa tratando de cómo se relacionan entre sí sensaciones, imágenes e intelecciones).
Epicuro propone las sensaciones como primera memoria y criterio de verdad, tal y como lo comenta Diógenes Laercio:
(31) [...] los criterios de la verdad son las sensaciones (aistheseis), las prenociones (prolépseis) y las afectaciones (páthe), y los epicúreos añaden las proyecciones imaginativas de la mente (phantastikaí epibolaí tês dianoías)” 11.
De las sensaciones como criterio de verdad, también Aristóteles lo había propuesto, pero no con la imperatividad epicúrea y bruniana. He aquí lo que dice Giordano Bruno:
«[...] no hay nada en la razón que no haya sido anteriormente percibido por los sentidos [quod prius non fuerit in sensu], y no hay nada que, partiendo de los sentidos, pueda llegar hasta la razón sin pasar por la fantasía» (Giordano Bruno, Theses de Magia, XLIII, vol. III, pág. 481).


La mente es la memoria sensorial del cuerpo, el escenario de la imaginación, donde se despliegan las emociones y los sentimientos, actúa el pensamiento y juegan los recuerdos y los sueños


La memoria del Homo-Humano es el resultado de la evolución biológica, pero es la evolución cultural la que determina la evolución de la memoria humana. De la salud en la formación y desarrollo de la memoria depende la salud existencial del Homo-Humano y de la humanidad.
La memoria del cuerpo humano, la de la mente, al igual que las memorias artificiales, evolucionan genética, epigenética y culturalmente.
Las evoluciones genética y epigenética, se suceden sobre el genoma humano en respuesta tanto a los cambios ambientales como culturales. La evolución cultural se sucede por y en las extensiones de si mismos que los humanos inventan y desarrollan como respuestas adaptativas y expansivas en los modos y maneras de superar sus necesidades. Los eventos de esas evoluciones se "memorizan", operan y se expresan en la memoria de la materia biológica y en la memoria de la mente. La memoria de la mente es tanto homeodinámica, como instintiva, apetitiva, emocional y cultural.
Estas evoluciones operan en los niveles de la naturaleza humana:
Nivel metabólico: el sistema homeostático que regula el estado biológico del cuerpo.
Nivel instintivo: regula los instintos imperativos de supervivencia, reproducción y adaptación.
Nivel apetitivo: que regula la atracción y rechazo de las sensaciones.
Nivel emocional: que regula la atracción y rechazo, las reacciones ante las circunstancias y situaciones en las que se desenvuelve el individuo.
Nivel sentimental: que regula la interpretación, comprensión y respuesta que el individuo realiza sobre los estímulos que lo afectan.
El nivel intelectivo será aquel que el individuo desarrolla a partir del desarrollo y funcionamiento de la mente y de la memoria.
De esta forma, se puede decir que el Homo-Humano posee dos memorias:
Una es la memoria natural que es tanto memoria biológica y epigenética, la memoria de la materia de su cuerpo, así como memoria cultural, que es la memoria que su mente construye con la información y datos de los estímulos que percibe su cuerpo y que, finalmente, procesa con el pensamiento.
Otra es la memoria artificial que es aquella que su mente construye tanto a partir de los códigos que ha inventado como de los artefactos, los medios, que ha construido para conservar, preservar y procesar las informaciones y datos.
La evolución de la expansión de la memoria:
La memoria es la formación, conservación y procesamiento, de imágenes virtuales por parte del cerebro, a partir de las sensaciones, y las que constituyen la mente que siente, imagina y piensa, esa memoria se expresa a través de los medios propios del cuerpo o por aquellos medios que inventa y desarrolla como extensiones del cuerpo.
La memoria sensorial se expandió y expresó por medio de sonidos y gestos: cantos y danzas.
La memoria de gestos y señales, se expandió por medio de signos y símbolos: las pinturas y tallas.
La memoria escrita, se expandió por la invención de códigos articulados de signos que se conservan o graban en un medio físico.
Memoria audiovisual, es el desarrollo científico y tecnológico de artefactos para grabar y reproducir sonidos e imágenes.
Memoria virtual: es aquella extensión del cuerpo que se equipara a la memoria mental, inventada y desarrollada por las ciencias y las tecnologías.


Si bien la historia de la memoria del Homo-Humano empieza con la evolución biológica, es sólo cuando el cerebro se ha desarrollado que se hace humano en todo sentido, hasta el punto que se hace consciente de tener conciencia, es decir, cuando siente que siente y recuerda lo que siente y actúa a partir de ello.
La memoria es la capacidad de conservar, almacenar, procesar y trasmitir, datos, informaciones, imágenes (cuando se habla de imágenes me refiero a que la sensación percibida es convertida en impresión sensorial: visual, auditiva, olfativa, de gusto o táctil, bien independiente o combinada una con otras o con todas), para su uso posterior y será determinada por los mecanismos de conservación, almacenamiento, procesamiento y uso.
Una es la memoria biológica y otra es la memoria cultural. La primera es la propiedad y cualidad de la materia y de los organismos vivos de almacenar y usar las sensaciones de sus experiencias internas y externas para regular su estado y sus reacciones cuando esas o similares experiencias se les presentan. La segunda es aquella habilidad que los organismos dotados de cerebro tienen para inventar códigos con los cuales conservar, almacenar, procesar y usar, los datos e informaciones codificados y almacenados tanto en el cerebro como en los artefactos inventados y dispuestos para ello.
Los mecanismos de memoria del cerebro están constituidos por circuitos y cadenas neuronales que se forman por programación genética, por acción epigenética o por actividades que se realizan y en los que se conservan los datos y las informaciones de las sensaciones producidas por las percepciones de actos y situaciones que los afectan, los cuales se activan cuando la situación memorizada se vuelve a presentar bien sea física y concretamente provocada o bien cuando es provocada por una evocación o por la simulación de una experiencia similar o por necesidad emocional, sentimental o intelectual.
Estos mecanismos de la memoria funcionan en los distintos niveles del organismo: en el nivel primario o metabólico, es decir, la homeostasis, que regula el estado del organismo. En los niveles emocionales, es decir, en el de las reacciones instintivas, apetitivas y de las emociones que se encargan de la preservación y protección del individuo y su confrontación con los otros y con el mundo. En el nivel de los sentimientos y de las actividades intelectuales superiores, es decir, en su identidad e identificación con los otros y con el mundo. A partir del último nivel, se desarrolla la memoria artificial, es decir, la conservación y almacenamiento de las imágenes, datos e informaciones, creados mediante los códigos culturales, la cual funciona en el cerebro y en los artefactos desarrollados para ello: gestos, pinturas, lenguajes, escrituras, gráficos, lecturas, etc., así como en los artefactos construidos para ello: rocas, cortezas, pieles, tablillas, papiros, papel, medios de grabación de sonidos e imágenes, etc.
Por las neurociencias se sabe que los organismos, desde el más simple hasta el más complejo, perciben y convierten en sensaciones todo contacto interno y externo que los afecta y guardan memoria de ellas para así organizar y condicionar sus reacciones, la reactividad. Es a partir de esa memoria o repertorio de sensaciones que determinan sus acciones y actividades.
Si, según los descubrimientos de las neurociencias, la mente es la memoria sensorial del cuerpo, serán, entonces, esa mente y esa memoria el fundamento biológico y existencial de la humanización y de lo que nos hace ser humanos: una mente que se hace consciente de estar en el espacio y en el tiempo, y se expande hacia el universo por medio del conocimiento.
También he afirmado que los organismos operan a partir de códigos: los unos, físico-químicos, los más primarios, que son los que operan la actividad cerebral y son el "sistema operativo" de la mente y, los otros, los códigos artificiales, virtuales, los más complejos.
Ahora me interesan los códigos virtuales, los que son de dos clases:
La primera, la de aquellos códigos que procesan lo que el cuerpo percibe, los estímulos, y que producen las sensaciones para convertirlas en impresiones (visuales, sonoras, olfativas, táctiles y gustativas), o sea, en imágenes: la conciencia de sentir, a partir de lo cual el cuerpo procede a manejar sus reacciones: instintivas, apetitivas, emocionales, sentimentales, intelectuales y creativas, se hace consciente.
La segunda, la de los códigos artificiales, aquellos que el Homo-Humano inventa para organizar las sensaciones y darle expresión a l0 que sienten sus sentidos e inventar expresiones, es decir, los códigos para comunicar, compartir, comparar, memorizar, lo que siente, por medio de lo cual proyecta y extiende su Ser y Estar en el mundo.
Es así como el contacto, el estímulo, se convierte en la sensación, que se convierte en imagen, que se convierte en código, que se convierte en emoción, que se convierte en sentimiento, que se convierte en pensamiento, que se convierte en extensión (acción y lenguaje): mirar-ver, oír, tocar, hablar-cantar y saborear, actuar (manufacturar, dibujar, escribir, calcular, construir, explorar, experimentar, inventar, etc.), a partir de lo cual se inventa su sí mismo y a sí mismo e inventa y construye la cultura.
En este contexto, son, también, dos las memorias, la memoria natural y la memoria artificial, las que si bien están estrechamente conectadas y relacionadas, son dos campos de exploración diferentes, El primero, el de la memoria natural, es asunto de las neurociencias y el que me interesa porque de su formación y desarrollo depende la salud existencial del Homo-Humano. El segundo, el de la memoria artificial, una curiosidad histórica 12 que me interesa porque fue Giordano Bruno quien, con sus propuestas de un Arte de la Memoria y el poder de la imaginación, intuyó o anticipó, por un lado, lo que ahora funciona como internet y por el otro, algunos de los conceptos y mecanismos mentales que ahora exploran las neurociencias.
La historia y el desarrollo del Arte de la Memoria, mnemotecnia, debió comenzar mucho antes que aquella historia que se atribuye a Simónides y de toda la importancia que los antiguos griegos le daban a Mnemosine, de lo contrario, poco sería lo que se recuerda de todos aquellos que antes que ellos, conservaron y trasmitieron los recuerdos de sus mentes y culturas e inventaron los sistemas y mecanismos para memorizarlos, preservarlos y trasmitirlos.
Sin embargo, son las historias que se remontan a los antiguos griegos y las que de allí siguieron, las más documentadas y trasmitidas, las que parecen marcar todos los estudios que se realizan sobre el Arte de la Memoria y su evolución y desarrollo en los últimos 2.500 años, lo cual no tiene nada de malo, salvo que, con mínimas excepciones, muy poco se avanzó en la exploración sobre la propia naturaleza de la mente que memoriza y recuerda por dar prelación a los mecanismos de memorizar y recordar, prácticamente. Es así como toda la información y tratados sobre la mnemotecnia, se concentran en esa mecánica, a veces, fenomenológica y que, sólo como intuición, se refieren a la naturaleza biológica y psicológica de la memoria, lo que las neurociencias actuales están reivindicando.
Son también, entonces, dos las aproximaciones a la historia de la memoria. La una, la de la mnemotecnia o Arte de la Memoria dedicada a los métodos de memorizar y recordar. La otra, y la que me interesa, la mente como memoria sensorial del cuerpo, esa que actualmente exploran las neurociencias y la que también tiene sus antecedentes en la antigüedad, así sea como meras intuiciones, pero a las que no se siguió un desarrollo consecuente, tal el caso de lo planteado por Platón, Aristóteles y Epicuro y que Giordano Bruno asimiló en las propuestas de su Arte de la Memoria y el poder de la imaginación.
Platón ya plantea las diferencias entre los dos concepciones de la memoria. Primero, en Fedro (274 d y ss.) el célebre mito de Theuth y Thamus con el cual hace su polémica critica a la escritura como medio de memoria. Segundo, en Fedón (96 b), ya citado antes, plantea la memoria a partir de las sensaciones:
"¿O ninguno de estos factores, sino que el cerebro es quien presenta las sensaciones del oír, ver, y oler, y a partir de ellas puede originarse la memoria y la opinión, y de la memoria y la opinión, al afirmarse, de acuerdo con ellas, se origina el conocimiento?" 13.
Aristóteles dedica un tratado a sus consideraciones sobre la memoria y también considera a las sensaciones como inicio de la memoria.
Para Epicuro, tal y como lo interpreta Diógenes Laercio, la memoria se forma a partir de las sensaciones (aistheseis), las cuales forman las prenociones (prolépseis), la base de los recuerdos:
(33) La prólepsis (prenoción, impresión, impronta, “imprintig”), dicen los epicúreos, es como una comprensión (katálepsis), una opinión recta, un pensamiento (énnoia), una noción general que está en nosotros como un recuerdo (mnéme), de lo que muchas veces se nos ha presentado desde fuera. Por ejemplo, aquello que se me está presentado de esa manera es un hombre. Porque en el momento mismo en que se dice hombre, gracias a la prólepsis, se piensa, al mismo tiempo, en su imagen genérica (týpos), según las sensaciones que antes se han tenido. Para todo hombre, pues, aquello que es primeramente significado en él se nos presenta como evidente. Y nosotros no podríamos llevar adelante investigación alguna, si no tuviéramos ya de antemano algún conocimiento. Por ejemplo, cuando decimos: ¿aquello que hay allí es un caballo o un buey? Porque para hacer tal pregunta es preciso haber conocido alguna vez la forma (morphé) de caballo o de buey. No podríamos, pues, nombrar cosa alguna, si antes no conociésemos, por medio de la prólepsis, su imagen genérica, su týpos. Las prolépseis son, pues, evidentes” 14
Epicuro es, en esta historia, el único que ofrece un ámbito, unas condiciones y unas concepciones adecuadas para el desarrollo saludable del Homo-Humano y en particular, para la formación saludable de la memoria, que es el asunto que me interesa.
Giordano Bruno, inspirado en Epicuro, también considera que la memoria se forma a partir de las sensaciones y de lo que será mejor para una saludable formación del individuo:
"Sólo en virtud de aquellas cosas que preexisten en nosotros conseguimos no sólo las imágenes, sino también las formas, virtudes, y en suma la sustancia en aquello que se participan y comunican. Así, por lo conocido adquirimos el conocimiento de lo desconocido... Por lo que tenemos poseído y concebido de antemano logramos aquello de lo que carecemos y deseamos. Sólo recoge el que sembró, y al que nada tiene nada se le dará... Conviene por consiguiente que haya previamente algunos principios y semillas de donde nazca la ilimitada abundancia de las imágenes y las cosas imaginables" (Giordano Bruno, De Imaginum, signorum et idearum compositione).
En algunas de las propuestas de Giordano Bruno es posible asimilar su descripción y funcionamiento de la memoria, con la de la mente como imagen (idea: eîdos y forma: morphē) o la mente como memoria del cuerpo, que será lo que luego Spinoza expondrá en su Ética y que las actuales neurociencias estudian, como ya se dijo antes.

NOTAS

1 Paolo Rossi, Clavis unlversalis , El arte de la memoria, y la lógica combinatoria de Lulio a Leibniz , Fondo de Cultura Económica, México, 1989, pp. 24-25:
"La idea de un arte del recordar y del pensar que se desarrolle de modo "mecánico", adquirirá nueva fuerza cuando, entre la mitad del siglo XVI y la mitad del XVII, se establezca un contacto entre tres diferentes tradiciones de arte de la memoria: 1) las inspiradas en Cicerón, Quintiliano y en la Rhetorica ad Herennium; 2) las derivadas del De memoria et reminiscentia de Aristóteles, de los comentarios de San Alberto, de Santo Tomás y Averroes; 3) aquellas directamente ligadas al ars magna de Lulio. Entonces tendrá una nueva suerte el proyecto de un mecanismo conceptual que, una vez puesto en movimiento, pueda "trabajar" solo, de manera relativamente independiente de la obra particular, hasta llegar a una comprensión total y posibilitando a los hombres la lectura del gran libro del universo. Para darse cuenta del peso que esta idea tendrá en la filosofía moderna, basta, pensar en la máquina que Bacon intentaba construir mediante su nueva lógica, en el mirabile inventum cartesiano, buscado antes que en la geometría analítica, en los textos de Lulio y Agripa; en los libros "portadores de luz universal" de Comenio; en fin, en esa llave maravillosa que pretendía ser la "característica" leibniziana".
2 Georges Charpak y Roland Omnès, Sed sabios, convertíos en profetas, Anagrama, Barcelona, 2005.
3 Ignacio Gomez de Liaño, Mundo, magia, memoria, Biblioteca Nueva, Madrid, 2007, p. 28-29
4 Sobre el Espíritu ya me he expresado en las Cartas eleusinas.
5 Antonio Damasio, En busca de Spinoza. Neurobiología de la emoción y los sentimientos, Drakontos, Barcelona, 2009, p. 250:
"[...] primero, de poseer sentimientos (no simplemente emociones, sino sentimientos) [...] En segundo lugar [...] de poseer dos dones biológicos, la conciencia y memoria (cursivas de Antonio Damasio), que compartimos con otras especies pero que alcanzan mucha más importancia y grado de refinamiento en los seres humanos. En el sentido estricto del término, conciencia significa la presencia de una mente con un yo, pero en términos humanos prácticos, esta palabra realmente significa más. Con ayuda de la memoria autobiográfica, la conciencia nos proporciona un yo enriquecido por los registros de nuestra propia experiencia individual".
6 Susan Greenfield, ¡Piensa! ¿Qué significa ser humano en un mundo en cambio? Ediciones B, Barcelona, 2009, p. 97:
La mente es la personalización del cerebro a través de una conectividad neuronal única, impulsada a su vez por experiencias únicas; si es así, estarán de acuerdo en que si tenemos acceso directo al cerebro, y cambiamos su configuración física, trasformaremos inevitablemente la mente”.
7 Georges Charpak y Roland Omnès, Sed sabios, convertíos en profetas, Anagrama, Barcelona, 2005, pp. 165-166.
Antonio R. Damasio, La sensación de lo que ocurre, Debate, Barcelona, 2001, capítulo 11.
8 Henri Corbin, Ojos de carne y ojos de fuego. La ciencia y la gnosis, 1978:
Una primera fuente de confusión viene del hecho de que los críticos de la gnosis no disponen sino de estas dos categorías: creer y saber, e identifican la gnosis con el simple saber. Se pierde así completamente de vista que entre el creer y el saber, hay un tercer término mediador, todo aquello que connota el término de visión interior, ella misma ordenada hacia este mundo intermediario y mediador olvidado por la filosofía y la teología oficiales de nuestros días, el mundus imaginalis, el mundo imaginal. Lo gnosis islámica dispone aquí de un esquema triádico necesario: hay el conocimiento intelectivo ('aql), hay el conocimiento de los datos tradicionales que son objeto de la fe (naql) y hay el conocimiento que es esta visión interior, revelación intuitiva (kashf). La gnosis es visión interior. Su modo de exposición es narrativo; es un recital. En tanto que ve, sabe. Pero en tanto que aquello que ve no proporciona pruebas "positivas", empíricas o históricas, cree. Es Sabiduría y es Fe. Es Pistis Sophia”.
9 En De magia, Giordano Bruno hace amplia explicación sobre la magia y el "Mago" a los que él se refiere.
10 El primero en afirmar que el cerebro, y no el corazón o el diafragma, era el centro de la actividad intelectual, fue Alcmeón de Crotona. Sostuvo, además, que «todas las percepciones están estrechamente vinculadas con el cerebro», según testimonia Teofrasto. También Hipócrates describió el papel del cerebro en las actividades humanas.
11 Diógenes Laercio, Vida de Epicuro, Libro X, de las Vidas de los filósofos ilustres, citado por Emilio Lledó, El epicureísmo, Taurus, Madrid, 1995, pp. 87.
12 Sobre este tema existen numerosos estudios. Recomiendo el libro de Paolo Rossi, Clavis Universalis. El arte de la memoria y la lógica combinatoria de Lulio a Leibniz, Fondo de Cultura Económica, México.
13 El primero en afirmar que el cerebro, y no el corazón o el diafragma, era el centro de la actividad intelectual, fue Alcmeón de Crotona. Sostuvo, además, que «todas las percepciones están estrechamente vinculadas con el cerebro», según testimonia Teofrasto.
14 Diógenes Laercio, Vida de Epicuro, Libro X, de las Vidas de los filósofos ilustres, citado por Emilio Lledó, El epicureismo, Taurus, Madrid, 1995, pp. 93-94.







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