4 de febrero de 2011

Carta eleusina No. 6

Iván Rodrigo García Palacios


Espíritu - es la vida que muerde en la propia carne ¡en su padecimiento acrecienta su saber!” (Nietzsche).



Apreciado Lucilio, "te saludo"

Continuando con mis juegos de gaya ciencia:

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El Homo-Humano, los otros, el mundo y la Naturaleza son tan sencillos y simples como se lean o escriban, pero también, tan complejos, asombrosos y fascinantes, como la lectura y la escritura que se realice de ellos.

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En una Naturaleza y un mundo caótico e ingobernable, la vida se debate entre el caos y el orden. Al cerebro le repugna el desorden y de la misma forma que regula el funcionamiento fisiológico, trata de regular, de darle un orden, de mantener una organización, un sistema, un modelo, una estructura, un gobierno, a todo lo que percibe y, a partir de ello, se desarrollan la mente, la cultura y el descubrimiento de conocimiento.

Pero también, el cerebro es arrastrado, inevitablemente, por el poder, las fuerzas y las leyes del caos y la entropía, esas que todo construyen y todo destruyen.

Dionisios y Apolo jugando con el destino del Homo-Humano.

De la materia y la energía organizadas, emergió la vida. La vida evolucionó hasta la conciencia y se hizo consciente de sí misma y de la materia y la energía que la hicieron posible: Dionisios y Apolo, indisolubles.

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El Homo-Humano es lo que es: bestia, ángel y demonio.

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Aun cuando, pensándolo mejor, el Homo-Humano es un poquito de materia y energía organizadas, pero con pretenciones.

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El hombre común, desea.

El hombre superior, anhela.

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Para un breviario de las Leyes de la Vida:

- Leyes imperativas:

Supervivencia, reproducción, adaptación.

- Leyes de lo vivo:

Sentir y reaccionar (para Giorgio Colli: Interioridad y expresión).

- Leyes derivadas:

- Ley del Saber Vivir:

"Goza y haz gozar" (D'Holbach).

- Ley de la Adaptación o Ley del Conocimiento:

Sé que soy cuerpo que siente y reacciona.

A partir de lo conocido se explora en lo desconocido:

Si se conocen las causas del sentir (sensación) y del reaccionar (reacción), es posible determinar las consecuencias. O como lo propone Giorgio Colli: interioridad (Dionisios) y expresión (Apolo).

"Se aclara ahora el significado final dado por nosotros a lo dionisíaco: es la fase de aspiración íntima de ciertos hombres antes de alcanzar toda expresión, el impulso de superar todo lo que es humano, como interioridad del gran individuo. Lo dionisíaco individual es interioridad pura, sentimiento y voluntad desnudos de imágenes. Ellos están convencidos de que en su alma está el secreto del mundo, y en el curso de la vida heróica que han elegido para sí se elevan a sus intuiciones místicas". (Giorgio Colli, Einleitung a Ellenismo e oltre, p. 230).

[...]

"Lo apolíneo es entonces, en sentido amplio, expresión". (Giorgio Colli, Einleitung a Ellenismo e oltre, p. 211).

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- Ley de la Solidaridad:

Solidaridad es la unión voluntaria de las fuerzas individuales en un grupo o comunidad para enfrentar unidos al miedo y al peligro y así satisfacer las necesidades de todos, individuales y colectivas, con equidad.

- Ley de la Filosofía:

"Actuar sobre las causas supone que se conoce la naturaleza y que se la "corrige" (...). Los motivos actúan, sí, pero es posible actuar sobre ellos. Buena nueva, sin duda, porque, de lo contrario, no es posible ninguna filosofía, en la medida en que toda filosofía propone un deber ser como remedio al ser" (Michel Onfray, Los ultras de las luces, p. 252).

- Leyes de la sabiduría y la estulticia del cuerpo y la cultura:

El cuerpo es sabio y estulto, porque si bien ha evolucionado hasta asombrosos grados de complejidad para cumplir los imperativos de la supervivencia, la reproducción y la adaptación, también tiene las capacidad de engañarse y perjudicarse (resistencia al cambio).

La cultura es sabia y estulta, porque, así como ha inventado la filosofía, las ciencias y las artes, también tiene la capacidad de producir interferencias, consigo misma y con el cuerpo, las que perjudican a la vida, por ignorancia, estupidez y malas intenciones (fundamentalismos).

- Ley de la Madre:

Es aquella que se origina en la necesidad de la madre de proteger a sus hijos y que se representa en el hogar, la fogata, el fogón, que crea una esfera cálida y solidaria donde se acogen, se refugian, los miembros del grupo o la comunidad, los hijos de la Madre Tierra, para enfrentar unidos el miedo y la necesidad por medio de la solidaridad.

- Ley del Padre:

Es la ley institucionalizada, de las instituciones, que el hombre se ha inventado para imponer su dominio sobre los otros y el mundo, construyendo fronteras, barreras, muros, con el fin de establecer y perpetuar su poder y propiedad.

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MATRICIAL-PATRICIAL

Matricial: La Naturaleza es la gran diosa, la gran madre de todo lo existente, en relación solidaria.

Patricial: Dioses masculinos, inventados por los hombres, los cuales, con o sin la participación de diosas mujeres, crearon el universo y en él a las mujeres y a los hombres y al resto de las cosas, para su disfrute.

Aquellas cosmogonías y mitologías de la Gran Madre, “matriciales”, horizontales, solidarias, fueron sustituidas por las nuevas cosmogonías y mitologías invocadas por los hombres: “patriciales”, verticales, jerarquizadas y violentas, el Gran Padre que discrimina entre hombres y mujeres, fuertes y débiles, bien y mal, etc., y quien delega en el hombre y no en la mujer, el dominio sobre todas sus creaciones.

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Es de la carne viva (materia y energía organizadas) de donde emergen los anhelos y las obras de los Homo-Humanos, pero sólo serán del espíritu su bondad o perversión.

En fin, otra historia sin fin.

(Escribí para mí, para ti, para quien sea),

"Que sigas bien"

Iván Rodrigo García Palacios.

"Alegría es la redención, el éxtasis fuera del mundo" (Giorgio Colli, Einleitung a Ellenismo e oltre, p. 230).



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