10 de octubre de 2017

Lector Ludi No. 91 Iris Murdoch y Martha Nussbaum




    Iris Murdoch - Martha Nussbaum
Lector Ludi No. 91
Por Iván Rodrigo García Palacios
Del ardiente eros de Iris Murdoch
al amor apolíneo de Martha Nussbaum


Los académicos de las ciencias sociales y humanas no se pueden permitir el gozo de jugar y tratar como seres humanos las vidas y las obras de sus objetos de estudio, pues eso son, objetos y no personas de ardiente carne que sienten y que aman y padecen. Algo que si me puedo permitir y por ello … juego como los niños aprehenden/aprenden el mundo.
De manera simplista se pudiera decir que las personas y en particular las mujeres, por esa forma tan propia de Ser y Estar en sí mismas y en el mundo de ellas, desean, seleccionan, se conectan y actúan, con aquello que se les “parece” desde lo más profundo de su ser intimo y eso las hace, a cada una, única y especial.
Así son Iris Murdoch y Martha Nussbaum, dos mujeres tan cercanas y tan lejanas la una de la otra que en sus afinidades electivas y en sus diferencias, la vida y la obra de la primera es un influjo daimónico sobre la vida y la obra de la otra, quien emprende una lucha vana por exorcizar el demonio del eros que la posee. La una, llama al viento, la otra, Atenea dorada.
He aquí algunos datos para incitar a un juego de espejos:
La vida y las obras de Iris Murdoch están imbuidas del eros/manía, cósmico y carnal, del Sócrates de Platón que asciende por la escala de la sabiduría desde la carne hasta espíritu.
La vida y las obras de Martha Nussbaum, están construidas en la frialdad apolínea del amor/filia del Aristóteles, abstracto e intelectual.
Para Iris Murdoch “los Grandes Asuntos” son: Lo Bello, Lo Bueno, El Placer, La Felicidad.
Para Martha Nussbaum son: La Belleza, El Bien, La Virtud, La Justicia.
Para la una, el cuerpo, para la otra, el alma o ese algo que es “la excepción”.
Para Iris Murdoch, el eros es la pura fuerza del espíritu que anhela el futuro. Para Martha Nussbaum, es el intelecto que se empeña en someter, dominar y domesticar las fuerzas eróticas y ponerlas al servicio del intelecto, el que será, entonces, el objeto de la sabiduría.. He ahí la paradoja.
Iris Murdoch esta poseída por un demonio erótico como el de Sócrates en Fedro y Banquete y, para ella, la suprema realización es el individuo que se eleva en la escala del deseo de lo bello que es el eros de la sabiduría que enseña Diotima a Sócrates:
"Deseo de la generación y procreación en lo bello" (Platón, Banquete, 206 e).
Martha Nussbaum es la diosa hierática que ilumina sobre el conjunto de los hombres como una Atenea, diosa de la sabiduría, de esa sabiduría abstracta y fría que propone Aristóteles y que luego consagrará el cristianismo. El bien por sobre lo bueno.
La vida y la obra, tanto la de Iris Murdoch (Dublín, Irlanda, junio 15 de 1919 – febrero 8 de 1999) como la de Martha Nussbaum (Nueva York, mayo 6 de 1947), se corresponden con las circunstancias que les tocó vivir.
La primera, de clase media baja inglesa, luego criada en Londres durante los turbulentos años veinte y educada en lo mejor de las instituciones educativas inglesas. Fue alumna de Ludwig Wittgenstein. Y, luego, profesora del St Anne's College, de Oxford. Tuvo una vida intensa y contradictoria en todos los sentidos, teniendo que lidiar con su temperamento fuerte y oscuro, marcado por fuertes tensiones en su sexualidad y relaciones con los otros. La película sobre su vida es un buen documento.
La segunda, de clase alta neoyorkina, fue criada en esa burbuja social y educada en las mejores y más costosas instituciones educativas, como que se graduó en Harvard en filosofía.
Eso explica su postura frente a lo político. Para la una lo político está determinado por eros/poder. Para la otra, por filia/poder.
Ambas se encontraron un par de veces y de esos encuentros la una marcó la vida y la obra de la otra cual conjuro que fuera necesario exorcizar. La lucha de Apolo y Dionisio.
Aquí un testigo del peso de Platón nos sugiere en cambio que Apolo y Dionisos tienen una afinidad fundamental, y particularmente en el terreno de la “manía”: juntos, agotan la esfera de la locura y no hacen falta argumentos para formular la hipótesis - atribuyéndose la palabra y el conocimiento a Apolo y la inmediación de la vida a Dionisos- que la locura poética se debe al primero y la erótica al segundo” (Giorgio Colli, El nacimiento de la sabiduría).


¿Cómo se siente una joven formal?


Cuando ocurrió este primer encuentro, Iris Murdoch tenía 66 años y Martha Nussbaum tenía 38.
Sin embargo, al leer «When She Was Good» (*), Nussbaum se presenta a sí misma mucho más alejada de Murdoch de lo que aquí pudimos intuir y desarrollar. En ese texto Nussbaum narra un encuentro personal que tuvo con Murdoch y su marido en la casa que ambos compartían en Oxford, cuyo relato resulta revelador y puesto al servicio de reforzar los argumentos que expone en el texto sobre la personalidad de Murdoch: «Nos conocimos en Nueva York en 1985 y me invitó a almorzar a la casa en Charlbury Road, Oxford, donde ella y Bayley vivían en ese momento. Di una vuelta por la casa, muy nerviosa y torpe, y me senté durante dos horas en la caótica cocina siendo escudriñada, tal como lo sentí, por sus agudos e inquisitivos ojos [...] Todo el tiempo sentí que su intensa mirada iba directo a través de mí, hacia algo que no era yo en absoluto, pero a lo que yo estaba relacionada de alguna manera [...] No puedo olvidar esos ojos depredadores, y el modo en el que atendían a algo de enorme importancia que estaba, como digo, no exactamente fuera de mí, pero que no era precisamente yo. Tampoco puedo olvidar jamás el misterio esencial de su cara, mucho más viva que la mayoría de las personas, tan flameante de pasión inflexible, tan atenta a cosas que no estaban exactamente en la habitación. (Recuerdo haber tenido un pensamiento triste: que esta iba a ser una esperada amistad con una mujer brillante, pero que es, después de todo, tan sólo un encuentro con otro hombre depredador. Control erótico y control artístico: ¿Dónde terminó uno y empezó el otro?)». (M. Nussbaum: «When She Was Good», New Republic, 31 de diciembre de 2001).
(*) “M. Nussbaum: «When She Was Good», New Republic, 31 de diciembre de 2001. Nótese que el título coincide con el nombre de la segunda novela -y única protagonizada por una mujer- de Philip Roth, publicada en 1967. El personaje principal, Lucy Nelson, es una joven tremendamente moralista, que hace de reformar a todos los hombres que la rodean la causa de su vida, a riesgo de su propia destrucción. A Maria Antonaccio sin embargo, el título le evoca una popular poesía infantil acerca de una pequeña niña que dice: «When She Was Good, she was very, very good; but when she was bad she was horrid» [«Cuando era buena, ella era muy, muy buena; pero cuando era mala era horrible»]. Las traducciones del inglés son propias. «‘The predatoriness of Love’: Martha Nussbaum on Iris Murdoch: A Life», The Iris Murdoch Newsletter, 17, 2004, pp. 1-7, p. 2”.
Tomado de: Anabella Di Tullio Arias, Herencias y tensiones. La influencia de la obra de Iris Murdoch en el pensamiento de Martha Nussbaum (∆αίμων. Revista Internacional de Filosofía, no 60, 2013, 111-125. ISSN: 1130-0507).
Excitada por el deseo de conocer a la mujer, escritora y filósofa, a la que considera una diosa o demonio, se siente desconcertada al ser observada como la presa de un depredador erótico que la posee con el poder de un demonio, el mismo demonio erótico de Sócrates en Fedro y Banquete. Ese Dionisio tácitamente presente en esos dos diálogos platónicos. Pero al que ella teme reconocer y ceder.
Años después Martha Nussbaum escribirá ese texto en el que trata de exorcizar o desmitificar el demonio de Iris Murdoch, a la que consideró la encarnación de un dios: Dionisio. Texto que es esa expresión de su lucha por liberarse de aquel influjo que la poseyó desde su primer encuentro. Significativamente, ese texto se titula: When She Was Good -Cuando ella era buena- (New Republic, 31 de diciembre de 2001). Su último párrafo dice así:
What is surprising in this passage [A Fairly Honourable Defeat: Una derrota bastante honorable]1 is not just the suggestion of happiness, but more particularly the suggestion of an erotic happiness and even an erotic goodness, the Dionysian images linked with the imagery of angels’ hands. There is no false comfort in Murdoch, but sometimes there is a comfort that is true”.
https://newrepublic.com/article/122264/iris-murdoch-novelist-and-philospher
Dionisio, he ahí el dios que aterra a Martha Nussbaum, una persona “políticamente correcta” y una filósofa conservadoramente liberal. En ella se encarna el enigma de las relaciones Dionisio y Apolo y que ella intenta eliminar en su obra al dar prioridad a la luz de Apolo. Al igual, son esas dos fuerzas las que chocan en las relaciones entre ambas mujeres.


Un depredador erótico no olvida a su presa


El siguiente encuentro se sucedió 9 años después:
Para finalizar, resulta pertinente traer a colación otra anécdota, esta vez narrada por Antonaccio. La historia se sitúa en 1994 en la Universidad de Chicago, en ocasión de una conferencia sobre la influencia de la obra de Murdoch en la filosofía moral y el pensamiento religioso contemporáneo. En ella se encontraba presente Nussbaum como una de las oradoras, y la propia Murdoch. «Nussbaum dio un elocuente discurso inaugural, ‘Amor y visión. Iris Murdoch sobre eros y lo individual’, una lectura de la visión filosófica y artística de Murdoch que fue generosa, matizada y emotiva en sus puntos de vista. Mientras Nussbaum avanzaba hacia el podio para comenzar su conferencia, Murdoch, que estaba sentada a mi lado, la miraba con admiración y susurró: ‘Recuerda a Atenea la de ‘ojos brillantes’, ¿verdad?’. Era en ese momento, precisamente, la imagen correcta: Atenea, diosa de la sabiduría y de la guerra». (María Antonaccio: A Philosophy to Live By: Engaging Iris Murdoch, cit., p. 264)”.
Tomado de: Anabella Di Tullio Arias, Herencias y tensiones. La influencia de la obra de Iris Murdoch en el pensamiento de Martha Nussbaum (∆αίμων. Revista Internacional de Filosofía, no 60, 2013, 111-125. ISSN: 1130-0507).
Nueve años después, Martha Nussbaum, ya dueña de sí misma y de la situación, logra exorcizar aquel demonio y en un acto de consagración a Iris Mudoch, presenta su vida y obra en una oración cordial y cálida, con la que logra desencantarse de aquel influjo daimónico. Para ello contrapone, en la literatura y la filosofía de Iris Murdoch, los modelos y expresiones del amor, ese eros que la ha poseído hasta entonces, pero también aquel al que ella aspira alcanzar, el del eros idealizado en el del amor aristotélico, este último en la visión de Dante en Divina comedia (ver: Martha Nussbaum, Amor y visión. Iris Murdoch sobre Eros y lo individual, ∆αίμων. Revista Internacional de Filosofía, no. 60, 2013, 55-73).
Por su parte, para ese momento el demonio depredador de Iris Murdoch se había temperado y si bien recordaba a la joven presa, el fuego se le había trasformado en la calidez de los recuerdos. Es por eso que a estas alturas reconoce la hierática presencia de esa Atenea a la que quiso poseer y ahora admira con otra delectación.
Iris Murdoch, que no haya yo encontrado, no escribió comentario alguno o ensayo sobre la vida y la obra de Martha Nussbaum. Para las épocas en las que ellas se conocieron y encontraron, ambas ya habían escrito sus más importantes obras, que, seguramente, cada una había leído las de la otra. Es difícil que Martha Nussbaum no hubiera leído, por lo menos, el libro de las La Romanes Lecture de 1977, titulado, El fuego y el sol. Por su parte, a partir de entonces, Martha Nussbaum elabora una serie de reflexiones sobre las relaciones de la filosofía y la literatura o, para decirlo de otra forma, las relaciones de la filosofía moral y la ficción narrativa, las que forman una buena parte de su proyecto filosófico y de su obra.


Este texto está inspirado por los ensayos de:
- Anabella Di Tullio Arias, Herencias y tensiones. La influencia de la obra de Iris Murdoch en el pensamiento de Martha Nussbaum (∆αίμων. Revista Internacional de Filosofía, no 60, 2013, 111-125. ISSN: 1130-0507).
- Martha Nussbaumb, Amor y visión. Iris Murdoch sobre eros y lo individual, (∆αίμων. Revista Internacional de Filosofía, no 60, 2013, 55-73, ISSN: 1130-0507).
- Martha Nussbaum, When She Was Good, New Republic, 31 de diciembre de 2001.
https://newrepublic.com/article/122264/iris-murdoch-novelist-and-philospher


Notas


1 Iris Murdoch, Una derrota bastante honrosa: “Simon entró por el zaguán y pasó al jardín. El sol estaba aún ardoroso y brillante aunque la estrella de la tarde brillaba ya mucho. En la viña colgaban hermosos y translúcidos racimos y las hojas y zarcillos brillaban con verde palidez extendiéndose, acogedores y quietos, en la tranquila luz del sol. Simon avanzó hacia la parra, inclinó la cabeza bajo el sombrío arco y tocó las cálidas bolas de los racimos.
Salió Axel quitándose la chaqueta y enrollándose las blancas mangas de su camisa. El sol hacia parecer dorado su oscuro cabello.
Le he pedido al patrón que nos traiga una garrafa de vino aquí mismo. Ahora voy a ver nuestra habitación. Quédate tú aquí.
Simon se sentó a la mesa. El patrón, luciendo sus tirantes verdes, llevó una garrafa y dos vasos.
Merci.
Simon se sirvió un poco de vino para probarlo. Era excelente. Las dentadas y verdes hojas de parra extendían por encima, y ante él, su inmóvil pauta de manos angélicas. El aire temblaba con calor y difundiendo la luz.
Simon pensó: «Es un instinto, y no un mal instinto, que el amor lo consuele a uno». Con cautela volvió sobre la pena que le había angustiado tanto tiempo y comprobó que ya la sentía un poco menos, algo menos intensa. Al pensar en Rupert lo hacia ya alejándose a un pasado lejano, a los buenos tiempos que tenían su propia e intocable realidad. Bebió algo más de vino y levantó la cara hacia el deslumbramiento solar entre las hojas y sintió que la juventud lo animaba y le daba nuevas energías. Era joven y saludable, amaba y era amado. Imposible para él, sentado allí a la verdosa luz del sur y esperando a Axel, no sentir en sus venas la ardiente anticipación de una nueva felicidad”.

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