28 de agosto de 2007

CUADERNO DE CITAS-20


De Séneca a Bruno, de Bruno a Shakespeare


- Génesis y verificación de una hipótesis descabellada


Por Iván Rodrigo García Palacios

Bruno intertextualizó a Séneca, Shakespeare a Bruno...

En estos días que he estado trabajando sobre la ESCRITURA VIRTUAL, tuve la necesidad de indagar en la Internet sobre tal asunto y, ya que estaba ahí, no resistí la tentación de entretenerme un rato con un "juego de biblioteca virtual" para aprovechar y buscar algunos libros digitalizados que me interesaban.

Uno de ellos fue: Los heroicos furores, de Giordano Bruno, del que apenas existe una traducción al español, editada por Tecnos y ya fuera del mercado, pero encontré una en italiano y otra en inglés, que en algo suplen la necesidad.

Sin embargo, no todo fue perdido en la búsqueda, porque me apareció un artículo de José Carlos Fernández, sobre El Amor en la obra de Shakespeare que me llamó la atención, puesto que por allá en julio y agosto de 2005 (LECTOR LUDI-20 y 21) (1), había comentado la hipótesis descabellada de la influencia que Giordano Bruno, junto con la cultura latina y renacentista, habían ejercido sobre la cultura inglesa del período isabelino y en especial sobre William Shakespeare, sin que en ese momento supiera de dónde había emergido semejante idea. Hipótesis descabellada que posteriormente revisé y complementé en mi libro: LECTOR LUDI. Manual de iniciación a la alquimia de la lectura (2).

Así que leí el texto de José Carlos Fernández y me encontré con el siguiente párrafo:

"El personaje principal de esta obra (Trabajos o Penas de Amor Perdidos) es Berowne, ardiente, apasionado, de enorme penetración, lucidez mental, ingenio y gracia en la expresión. Francis Yates insiste en que el modelo de este personaje teatral es Giordano Bruno; (véase la similitud de nombres), quien precisamente, y en Inglaterra, en los mismos años, escribió sus Heroicos Furores, que es un tratado del amor heroico y místico. Giordano Bruno y el autor de las obras de Shakespeare habrían coincidido en la corte de Isabel y la impresión que causara el filósofo italiano en el dramaturgo inglés debió de ser profunda e indeleble" (3).

Y se hizo la luz en mi memoria. Recordé que hacía muchos años había leído el libro de Frances A. Yates (y no Francis como anota José Carlos Fernández), Giordano Bruno y la tradición hermética (Ariel Filosofía, Barcelona, 1983), pero no me acordaba de la conexión que ella hacia entre Bruno y Shakespeare.

Así que salté del "juego de biblioteca virtual" al "juego con mi vieja biblioteca" y busqué el libro de Frances A. Yates. Claro, ella asociaba las obras de Giordano Bruno: Los heroicos furores y Spaccio della bestia trionfante, con la comedia, Trabajos o Penas de Amor Perdidos, de Shakespeare:

"Estas imágenes de alabanza al amor (se refiere a los versos en IV, 3, citados previamente) son pronunciadas por el homónimo de Giordano Bruno, Berowne, en la comedia de Shakespeare Trabajos o Penas de amor perdidos. Una larga serie de autores, entre ellos yo misma, han sostenido que el personaje de Berowne es un eco de la estancia de Bruno en Inglaterra, pero ninguno de nosotros ha sabido qué buscar en tal comedia al no comprender en absoluto sobre qué tema podría estar hablando bruno. Ahora me parece absolutamente claro que el discurso de Berowne sobre el amor hace referencia muy concreta al Spaccio della bestia trionfante, donde todos los dioses, en una de las constelaciones, se deshacen en alabanzas al amor. Por otra parte, el hecho de que la comedia se halle ambientada en una corte francesa -la del rey de Navarra-, donde Berowne es el adalid de poetas y amantes, parece ser un hecho bastante significativo, por cuanto relaciona a Berowne-Bruno con el mensaje proveniente de la corte francesa y con la atmósfera europea de "esperanzada expectativa" ante el posible advenimiento de Enrique de Navarra al poder" (4).

Frances A. Yates hace también la conexión de los spiritus mágicos de Ficino con El Mercader de Venecia (V, 1), de Shakespeare, pero ese es otro asunto que tiene que ver pero para el cual no es el momento.

Así que ese había sido el génesis de mi hipótesis descabellada de julio y agosto de 2005.

Pero, ya que había empezado este "juego de biblioteca", tenía que continuar.

Así que pasé a los libros del experto bruniano, Miguel Ángel Granada y del experto en Shakespeare, Harold Bloom, pues como se me presentaban las cosas, el influjo que Bruno ejerció sobre Shakespeare es mucho mayor y más profundo que el inferido por Frances A. Yates sobre Trabajos o Penas de Amor Perdidos. A lo que habría que añadir, como más adelante muestro, las conexiones que otro estudioso italiano establece con Antonio y Cleopatra.

Para Miguel Ángel Granada, no sólo la conexión existe, sino que también aporta otros elementos bien interesantes: la relación de Bruno con Séneca que muestro a continuación al transcribir las citas correspondientes.

Así que primero, la relación de Bruno con Séneca documentada por Miguel Ángel Granada, la que, al tiempo que conecta la obra de ambos, complementa el aspecto de la influencia de la cultura romana, latina y renacentista, en Shakespeare y en la cultura de la Inglaterra isabelina:

"La presencia de Séneca, más allá de la del estoicismo en general, en la obra de Giordano Bruno es de sobras conocido. En primer lugar tenemos la cita frecuente en los diálogos italianos de pasajes de las tragedias, por lo general sin indicación del nombre del autor latino. Es el caso, por ejemplo, de los versos de Medea citados en La cena de las cenizas, en el lugar importantísimo de la transición del elogio de Copérnico al elogio de Bruno mismo. La cena recurre también a una cita anónima del Oedipus para ilustrar mediante la relación entre Manto y su padre Tiresias la compleja relación entre Copérnico y Bruno. Finalmente, en Los heroicos furores el "trágico poeta" es de nuevo aducido, en cita de Fedra, versos 279-282 y 293, para ilustrar la furia del fuego amoroso" (5).

En el resto del ensayo, Miguel Ángel Granada muestra de manera detallada los diversos textos tomados de las obras de Séneca y en especial de sus Epístolas que Bruno incluye en algunas de sus obras.

Pero, si bien, este es un asunto importante y se relaciona con lo que estoy mostrando, si requiere ser tratado en otro lugar y oportunidad.

Así que para concentrarme en la conexión Bruno-Shakespeare, transcribo la siguiente cita en la que Miguel Ángel Granada la trata y documenta:

"Que Shakespeare presente en Love's Labour's Lost, pieza en la que se ha señalado la presencia de tantos motivos brunianos e incluso de Bruno mismo a través del personaje de Berowne, a una princesa (con muchos rasgos de Isabel I) oficiando la caza-sacrificio de un ciervo cuya sangre -de origen celeste- es esparcida sobre la tierra, procurando a la celebrante "gloria" y "honor" (*), más allá de la aversión que le produce, es quizás algo más que una casualidad y acaso abone la tesis de un alineamiento bruniano con las posiciones anglicanas que teorizaría en el siglo siguiente Hobbes en su Leviatán" (6).

(*) A continuación transcribo el pie de página que Miguel Ángel Granada incluye en la cita anterior:

"William Shakespeare, Love's Labour's Lost, IV, 1, 20-35; IV, 2, 1-7. Desarrollamos sugerencias comunicadas epistolarmente por Gilberto Sacerdoti, autor de un importante libro sobre la relación de Bruno-Shakespeare, Nuovo cielo, nueva terra. La rivelazione copernicana di "Antonio e Cleopatra" di Shakespeare, Il Mulino, Bolonia 1990. Para nuevos trabajos de Sacerdoti sobre el tema véase: "Cosa significa questo? Sopra uno "strano trucco" shakespereano in Antonio e Cleopatra", Intersezioni XII (1992), pp. 35-62; "T re re, Erode di Giudea e un bambino", Intersezioni, XIV (1994), pp. 171-2009. Pero véase ahora sobre la cuestión G. Sacerdoti, "Caccia al cervo e potestas ecclesiastica in "Pene d'amore perdute", Intersezioni (1997), pp. 229-249 (7).

Los expertos shakesperianos de lengua inglesa han sido renuentes a considerar la conexión Bruno-Shakespeare. Sus motivos tendrán. Sin embargo, allá ellos, no saben lo que se pierden.

Es lo que sucede con Harold Bloom, quien ni tiene en cuenta la conexión Bruno-Shakespeare ni menciona la propuesta de Frances A. Yates. Sin embargo, al leer su análisis de Trabajos o Penas de Amor Perdidos (8), se puede inferir la evidente pero tácita presencia de Giordano Bruno en esa obra, especialmente de Los heroicos furores, de la misma forma como reconoce lo que Trabajos o Penas de Amor Perdidos significó para la obra posterior de Shakespeare. Es evidente el interés que manifiesta Harold Bloom por el estoicismo y por Maquiavelo en Shakespeare, procedente, por supuesto, de Bruno y de la cultura latina y renacentista:

"C. L. Barber llamó Penas de amor perdidas "un comienzo impresionantemente fresco, una ruptura más completa con lo que [Shakespeare] había estado haciendo antes" que cualquiera otra parte de su carrera excepto la transición de las tragedias a las últimas historias caballerescas. El descubrimiento de que sus recursos verbales eran ilimitados alimentó a Shakespeare para crescendo lírico de 1595-1597 que incluye Ricardo III, Romeo y Julieta, Sueño de una noche de verano y el sorprendente acto V de El Mercader de Venecia. En cuanto a mí, yo interpretaría este movimiento hacia el drama lírico como parte de la final emancipación de Shakespeare respecto de Marlowe, puesto que fue seguido por el gran acto de capacitación que fue la creación de Falstaff, el anti-Maquiavelo y por ende anti-Marlowe" (9).

Estoy seguro de que si Harold Bloom hubiera explorado la conexión Bruno-Shakespeare, se había encontrado con más de una sorpresa y algunos buenos enfoques para el análisis de las obras que le siguieron a Trabajos o Penas de Amor Perdidos.

Porque no me queda duda de que Shakespeare, por una parte, conoció a Giordano Bruno o supo por buena fuente de su estancia en Londres entre 1584 y 1587, y, por la otra, que leyó algunas de las obras de Bruno, en especial los diálogos publicados en esa ciudad, con particular énfasis, como dije antes, Los heroicos furores y Spaccio della bestia trionfante.

Porque si se hace una juiciosa lectura comparada de Trabajos o Penas de Amor Perdidos con Los heroicos furores y Spaccio della bestia trionfante, se podrá notar que las conexiones entre ellas son más que meras coincidencias.

Bien se sabe que Shakespeare era buen conocedor de la historia y la literatura romana, así como de la literatura latina y renacentista y que en sus obras manifiesta una especial predilección por sus personajes, al igual que por algunos lugares de Italia.

Sin embargo, es en Trabajos o Penas de Amor Perdidos en donde, además de las transformaciones anotadas por los expertos en Shakespeare, se pueden notar otras que, si bien pueden estar relacionadas con Bruno y sus diálogos ingleses y Los heroicos furores y Spaccio della bestia trionfante, también pueden responder a la corriente de pensamiento que Bruno encarnaba y que se extendía por Europa, muy notoriamente en los países nórdicos, la cual proponía una postura subversiva frente a la dictadura radical y fundamentalista de la iglesia católica sobre los asuntos científicos, sociales, políticos, etc. Los intelectuales europeos proponían una nueva visión del Ser humanos, del ejercicio de la filosofía y del papel del filósofo, así como del conocimiento científico a partir de las ideas copernicanas que el mismo Bruno defendía, discutía y enseñaba.

Es notorio en Trabajos o Penas de Amor Perdidos, además de la relación Bruno-Berowne, el tratamiento que Shakespeare le da a los personajes femeninos y a ese personaje hermético que es Amor, el cual parecieran encarnar esa corriente hermética en la cual la Dama, Amor, Eros, representaban la guía de acceso a la Sabiduría, a lo que habría que agregar el espíritu subversivo de Bruno-Berowne.

O, como ya sugirió Miguel Ángel Granada, Dama que en Los heroicos furores, también puede referirse a Isabel I, como la elegida para esparcir esa revolución por la anquilosada Europa.

En fin, eran aquellos tiempos en los que se desarrolló un bello lenguaje hermético y alegórico para poder escribir y hablar de aquellos asuntos que no se ajustaban a las disposiciones del "recto pensar", cuyas transgresiones eran castigadas con la hoguera y de la que Giordano Bruno, junto a tantos otros, fue su víctima expiatoria en Campo dei Fiori el 17 de febrero del año 1600.

NOTAS

(1) Publicado en el Blog: http://lectorludi.blogspot.com/, Medellín, agosto de 2005.

(2) Iván Rodrigo García Palacios, LECTOR LUDI. Manual de iniciación a la alquimia de la lectura, Séptima parte: Hipótesis descabelladas sobre genética literaria en Fernando González.

(3) José Carlos Fernández, El Amor en la obra de Shakespeare, www, nueva-acropolis.org.ar/El-Amor-en-la-obra-de-Shakespe.

(4) Frances A. Yates, Giordano Bruno y la tradición hermética, Ariel Filosofía, Barcelona, 1983, pp. 408.

(5) Miguel Ángel Granada, La reivindicación de la filosofía de Giordano Bruno, Apéndice 2: "Quel che viviamo é un punto...". Nota sobre el uso de Séneca por Giordano Bruno en De Gli Eroici Furori", Herder, Barcelona, 2005, p. 259.

(6) Miguel Ángel Granada, Giordano Bruno. Un universo infinito, unión con Dios, perfección del hombre, Segunda parte, capítulo 4: "Maquiavelo y Bruno: religión civil y crítica del cristianismo", Herder, Barcelona, 2002, p.p. 195-196.

(7) Miguel Ángel Granada, Giordano Bruno. Un universo infinito, unión con Dios, perfección del hombre...., p. 196.

(8) Harold Bloom, Shakespeare. La invención de lo humano, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2001, p.p. 149 a 176.

(9) Harold Bloom, Shakespeare. La invención de lo humano..., p. 163.

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