4 de marzo de 2006

LECTOR LUDI-26

Del imperio de la palabra
a la dictadura de la imagen


PRIMERA PARTE

- La percepción y la expresión humanas en la evolución: la revolución de los sentidos

Por Iván Rodrigo García Palacios

¿Qué diferencias pueden existir en las formas de ser y comportarse de los humanos cuyos ámbitos culturales están dominados por las palabras o por las imagénes?

Como bien se sabe, cultura y lenguaje determinan buena parte de lo qué somos y cómo nos manifestamos o comportamos. Somos lo que pensamos, y pensamos, sentimos, imaginamos, etc., de acuerdo al lenguaje en el cual nos hemos desarrollado. Las anteriores afirmaciones parecieran, a estas alturas del conocimiento humano, axiomas o verdades de Perogrullo.

Pensaba en estos días de total ocio en el ejercicio de la lectura y de la escritura de mis LECTOR LUDI y CUADERNOS DE CITAS, en las notables diferencias y las características de las películas de distribución masiva y comercial producidas en Hollywood hasta los ochentas y el cine y demás producciones audiovisuales de los últimos años. Y me preguntaba, ahora que tanto se habla de que las nuevas generaciones son formadas y dominadas por los medios audiovisuales y electrónicos, ¿qué me diferenciaba a mí, nacido en 1945, de mi hijo, nacido en 1988?

Esta, aparentemente simple cuestión, me sumió en estático estado de teorización -en el pleno sentido que los griegos daban a este concepto, y del cual ya hice, hace algún tiempo una anotación definitoria-, que si bien me obligaba o a establecer un riguroso método de estudio, arduo y eterno, o a razonable y lúdicamente especular, relacionar, sugerir, sobre algunas ideas, para que cada quien se inquietara y pensara a su gusto.

Obviamente y acorde con mi manera de ver la vida, opté por la segunda alternativa, no sé si de mayor riesgo, pero al fin y al cabo, el camino fácil del que moralmente criticaban mis maestros antiguos (1), al que siempre he considerado el camino que más demandaba la suma de sagacidad e inteligencia, y considerándome apenas un ejercitador y promotor de ambas cualidades, porque pienso que la facilidad (la sencillez) es el origen de las leyes, conocidas o no, del universo -complicar las cosas es tarea de la mediocridad-, y es más lúdico y gozoso vislumbrar la perfección de lo sencillo.

En fin y de todas maneras, la primera respuesta que se me vino a la mente fue comprender que la visión del mundo que tenían mis padres, salvo algunas divergencias ideológicas, mayores o menores, era similar a la que yo me había formado y aprehendido: un mundo que se conocía y explicaba, me condicionaba y me determinaba, a través de las palabras. Nosotros eramos los hijos de las leyes escritas en el Libro, los efectos audiovisuales eran sólo eso, efectos. Y que, tres mil años de escritura y quinientos de imprenta, habían acumulado suficiente conocimiento sobre el poder y manejo de las palabras, hasta el punto de permitir la dominación de la mente humana.

Por el contrario, mi hijo y sus contemporáneos, como bien se ha demostrado, nadan como peces en el agua en sus peceras de imagénes, en un mundo en el que ellos son "casi" una imagen más, una percha de las apariencias, que tienen grandes dificultades con las palabras, las que poco más les sirven para expresarse, y sin que exista todavía un lenguaje o sistema articulado y universal que les permita entender y expresar los que sienten con la imaginación. Para ellos toda respuesta está motivada por un estímulo visual: videos musicales, video juegos, modas, cine, etc., para no hablar de las drogas psicotrópicas que les hacen ver el mundo en otras dimensiones ¿Será eso lo que los hace ser tan emotivamente expresivos y tan aceleradamente perceptivos de lo que ven e imaginan? Sólo preguntas y especulaciones. No estoy de acuerdo con los que dicen que los miembros de las generaciones recientes carecen de imaginación, pienso, más bien, que carecen de ese lenguaje o sistema articulado y universal con el cual expresarse y hacerse entender. Véase si no la sagacidad e inteligencia de todos aquellos muchachos que han sido los generadores y desarrolladores en el ámbito de las nuevas tecnologías: les sobra imaginación y capacidad para crear, les hace falta, eso sí, los medios adecuados para expresarse, comunicarse y relacionarse con los otros ...cada cual se ve y se entiende muy bien a sí mismo.

La comparación que tenía pendiente y para no dejarla de lado, era sencilla. El viejo cine era prácticamente una lectura visual de textos escritos y como tal se veía en la pantalla, con una gramática asimilada de los idiomas escritos, la que bien evolucionaría hasta su propio sistema expresivo: historias contadas con la lentitud, la expansión y el detalle, de un libro escrito; un cine tan afecto a los gustos de los viejos críticos y espectadores.

Para no extenderme, los invito para que realicen un sencillo experimento: comparen las versiones originales de Godzilla y King Kong, con las de reciente realización, especialmente de la segunda que se supone es una "fiel" copia actualizada con las actuales tecnologías. En mi opinión, para sólo poner un ejemplo, en los efectos incluidos con las nuevas tecnologías se pierde el sentido dramático y literario que en las mismas escenas contenía la versión original. ¿Exagero?, el cine de Hollywood es ahora, más que antes, un aparato de reproducción ideológica imperial y capitalista, parodiando a Marx, "el cine es el opio del pueblo".

EL IMPERIO DE LOS SENTIDOS
Y como me gusta viajar por la historia antropológica, se me ocurrió pensar que, antes que la palabra, como lenguaje o sistema articulado, determinara la supervivencia, evolución y desarrollo de la especie y se estableciera el pensamiento como hoy se le conoce, fue el predominio de los sentidos los que jugaron ese papel: contacto físico y visual, olores, sabores y sonidos, eran el único vínculo y medio de socialización en el cual se realizaban los intercambios de conocimiento y reconocimiento (2).

Allí, en aquel reducido espacio tribal y en aquel largo tiempo histórico, se inició la evolución del pensamiento, comenzando con un tipo de pensamiento, al que yo denomino "sensual", el que todavía hace parte importante de la naturaleza humana, del cual se continuó, con el desarrollo de cada vez más adecuados, eficaces y artificiales, sistemas de lenguaje, al surgimiento de las condiciones que dieron paso al pensamiento en palabras (conceptos abstractos, etc.), con el cual se llegaría a la modelación de la mente racional que alcanza su máxima expresión en la modernidad, pero al que la posmodernidad, con todas sus manifestaciones antropológicas, culturales, filosóficas, científicas, etc., introduce en un nuevo campo de experimentación evolutiva del que todavía poco más se conoce, pero, estoy seguro, se continuará en una nueva forma de pensamiento y desarrollo mental que se sumará y perfeccionará a los anteriores.

¿Mayor poder y horror para la humanidad?, o, por el contrario, ¿al fin, se descubrirá ese utópico reino de La Cucaña, en donde todos serán felices? "Amanecerá y veremos, dijo el ciego".

Se puede afirmar que esas transformaciones mentales son el resultado de mutaciones generadas por condiciones culturales biológicas y que una nueva mutación ya está en proceso de universalización, por ejemplo, como consecuencia de las simbiosis lingüísticas y culturales entre Occidente, identificado por la racionalidad fundada en la palabra, y Oriente, identificado por sus lenguajes ideográficos y el manejo común del imaginario y las imágenes. Los ojos y los sentidos de unos y otros, perciben de manera diferente el mundo.

Señales de esa nueva mutación, y para continuar con la anécdota del cine, se manifiestan en la nueva ola de películas, muy populares, realizadas por chinos, japoneses y otros orientales, así como por los descendientes de orientales, para la industria cinematográfica de Hollywood, en las cuales ya se evidencia la aparición de un nuevo lenguaje visual y una nueva sensibilidad para percibir a la humanidad y la imagen que tenemos del mundo y los demás.

Sería asunto de estudiar éstos y otros fenómenos culturales y psicológicos para demostrar que esas transformaciones se están manifestando y que, si bien, cada nuevo ser que nace es diferente de sus progenitores y sus descendientes, la antropología y la historia saben que hay rasgos comunes que se continúan y lentamente cambian en la evolución, pero que también se presentan mutaciones dramáticas que transforman aspectos fundamentales de las especies para adaptarlas a las circunstancias cambiantes de los ámbitos que habitan.

Lo cierto es que, ahora como lo fue antes, un nuevo pensamiento y una nueva mente se están forjando, y así tiene que ser. Llámese posmodernidad, o quizás esa ya sea una vieja etiqueta, el caso es que la humanidad requieres de una nueva mente y un nuevo pensamiento para comprender y conocer el cosmos, el microcosmos, así como las cosmologías, que la mente y el pensamiento actual le han estado descubriendo (3).

SUEÑOS, PESADILLAS Y MONSTRUOS
Pareciera que se hubiera instaurado la visión de Goya: "El sueño de la razón produce monstruos"...

Como bien lo saben mis amigos LECTOR LUDI, el asunto de los sueños me ha inquietado y ya escribí algunas notas anteriormente para ustedes.

Ahora, como pienso que palabras, imágenes y sueños están íntimamente relacionados, en una segunda parte continuaré con mis ideas e hipótesis descabelladas.

Hasta pronto.

NOTAS
(1) Referencia que puede ser explorada en: Thomas Bernhard, Maestros antiguos, Alianza, Madrid, 1991 (193 p.)
(2) Para una más amplia apreciación de estos conceptos: Peter Sloterdijk, En el mismo barco, Siruela, Madrid, 1994 (108 p.), particularmente, ps. 22-36
(3) A los interesados y curiosos sugiero la lectura sobre las nuevas teorías sobre lenguaje y pensamiento, desarrolladas por neurolingúistas y neurocientíficos, que con toda seguridad les darán mayor ilustración sobre estos asuntos.

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