18 de abril de 2019

Cartas Abelardinas – 6




https://www.vix.com/es/btg/tech/14814/conoces-el-verdadero-significado-detras-de-algunos-de-tus-emoticones-favoritos


Cartas Abelardinas – 6


Medellín, miércoles 17 de abril 2019
Abelardo
Hablemos de la dictadura del deseo que complementa ese asunto de la política de la carta anterior.
A manera de continuación:
Sin embargo, hay otra amenaza peor aun, más que para el patriarcado para la propia humanidad. Nada nuevo, pero si nueva en su forma de irrupción e invasión, no en la política y en los asuntos del poder, sino en el propio futuro de la humanidad Es eso que llamo: la dictadura del deseo.
Para Platón y todos los platónicos desde entonces, el deseo es carencia. Para Spinoza el deseo es potencia, conatus, perseverar, la producción de sí mismo. Y en esa diferencia cabe todo un mundo.
Para Laurent Bove son tres “las entradas” por las que Spinoza platea el problema de la servidumbre:
La definición del hombre como deseo, la ilusión inmediata de su libertad (como libre albedrío), su comportamiento espontáneamente finalista en su búsqueda de la utilidad propia, son las tres entradas al problema de la servidumbre” (Lauren Bove, La estrategia del conatus. Afirmación y resistencia en Spinoza, Tierradenadie Ediciones, Madrid, 2009, p. 182).
No es que ahora se haya dejado de utilizar la violencia y el miedo como las armas con las que los poderosos intimidan, someten y dominan a los individuos y a las comunidades. No, todavía siguen siendo armas tan poderosas como las propuso Maquiavelo y que, antes que él, fueron utilizadas en todos los imperios y en las grandes civilizaciones. A ello deben el haber sido grandes y, por supuesto, la causa de su caída y la emergencia de otras.
En fin, junto con la violencia y el miedo, también ha operado otros dispositivos de sometimiento y dominio. Ya los había denunciado Epicuro: la superstición y el miedo a la muerte, o sea, los fundamentos sobre los que se organizan las religiones. Las religiones han sido y continúan siendo la herramienta que someten y dominan a los individuos y las comunidades al poder desde la misma cuna y por el resto de la vida, pues con el adoctrinamiento se condicionan los comportamientos y la voluntad. Ese es un tema sobre el que existe amplia información y virulentos debates, así que ahí lo dejo. A manera de ejemplo, la lectura que hace Spinoza de Epicuro y la que hace Marx de Epicuro y de Spinoza. Todo un asunto para los neo-marxistas desde Althusser.
Pero lo que si ha cambiado desde la antigüedad es que a esos dispositivos de sometimiento y dominio de la voluntad se le ha agregado otra arma más poderosa: las nuevas tecnologías.
Eso que llaman “dataísmo”, que son los dispositivos tecnológicos desarrollados por las ciencias de la materia y de mente con el fin de predecir, condicionar y dirigir los deseos y comportamientos de los individuos y de las comunidades a partir del análisis e interpretación estadística y operativa de la inmensa cantidad de información que producen las personas al usar los dispositivos electrónicos mediante los cuales realizan la mayor parte de sus tareas y actividades, comparten sus asuntos y se comunican unos con otros. En fin, eso que se hace en la internet, en los teléfonos inteligentes y en todos los artefactos con los que se procesan todas las actividades humanas, desde el trabajo hasta la vida íntima.
Pues bien, esos sistemas de almacenamiento, manejo, análisis, interpretación de la información (Big Data, Deep Learnig, Machine Learning, Inteligencia Artificial y todos sus derivados) se están utilizando para determinar, condicionar y provocar los deseos, condicionar la voluntad y dirigir las acciones de las personas y las comunidades. Eso es lo que se mostró con lo de Cambridge Analitica y el uso que están haciendo las granjas de inventores de fake news y de conspiraciones. Si se analiza bien, se notará la manipulación de los deseos más primitivos y profundo de las personas: miedo, rabia, envidia. Además, ¿Qué otras cosas horribles se están haciendo en esos laboratorios ocultos? ¿Cómo sabe Google o las redes sociales que publicidad dirigir a las páginas y demás que cada usuario está consultado? Esto es más aterrador que el 1984 de George Orwell o más parecido a Neuromante, la novela de William Gibson de la que ya he hablado en otro sitio. Mejor dicho, he ahí otra novela en busca de autor.
Por el otro lado están las actividades de persecución y censura con las que los Estados y los poderosos vigilan y controlan a las personas: el reconocimiento facial y otros reconocimientos; la escucha y lectura de la información que compartimos por los dispositivos de comunicación; la localización permanente por medio de GPS; el control, la distorsión y la supresión de la de la información que se distribuye. Ahora, ya son esos dispositivos los que determinan qué clase de persona es cada quien y qué clase de vida y actividad puede vivir y disfrutar, según las políticas de cada Estado.
Claro que esas ciencias y tecnologías también se usan para desarrollar dispositivos artificiales que funcionan y actúan con lo que se denomina Inteligencia artificial (AI), algo así como “la creación” de los humanos artificiales que ya se han anticipado en la literatura de la ciencia ficción y a los que tanto temen los moralistas que todavía pretenden que el ser humano es un imperio dentro del imperio de la naturaleza, como lo denunció Spinoza.
¿Cuáles son los datos que las empresas de internet recopilan sobre sus usuarios y con los cuales hacen grandes negocios? Para ser simple, todo aquello que atrae la atención del usuario o porque le gusta o porque le disgusta. Con eso al hacer la analítica en el Big Data, se elaboran perfiles de cada usuario hasta en sus más mínimas preferencias y disgustos. De esa manera esas plataformas pueden vender a las empresas los datos personales de cada usuario y de esa manera determinar los mensajes que le dirigen para provocar sus deseos y determinar y dirigir sus acciones. Tales perfiles son usados por empresas comerciales, partidos políticos y todo tipo de empresa interesada en someter y dominar la voluntad de los usuarios o clientes o de todas las personas.
El problema es como en el viejo dicho: “todo el mundo dice de donde es sin preguntarle”, mejor dicho, todo usuario, voluntaria o involuntariamente, desnuda su intimidad en internet de una manera tan patológica que se está convirtiendo en una epidemia universal.
Para hacer eso, las plataformas digitales han creado dispositivos para averiguar y recopilar la información de cada usuario desde cuando este abre una pagina o consulta cualquier tema o, más a fondo, haciendo que los usuarios marquen con un click lo que les gusta o les disgusta, lo que prefieren o lo que rechazan. O, más aun, que los usuarios identifiquen sus emociones, deseos, sentimientos y pasiones por medio de emoticones. Y a partir de esa información y de los perfiles desarrollados en la analítica es que esa información se vuelve valiosa para las corporaciones económicas, los políticos y otras instituciones, pues con ella pueden elaborar y dirigir mensajes con los estímulos adecuados para disparar las emociones, los deseos, los sentimientos, las pasiones, positivas o negativas, mejor dicho, con los cuales estimular y provocar los bajos instintos, es decir, aquellos motivadores que no son conscientes para la persona.
De esa manera se estimula y provoca el miedo, la ira, la aversión o asco, la tristeza, por el lado de las emocione primarias negativas. Y para contrarrestarlas, pareciera que solo hay un par de emociones primarias positivas: la alegría y la atracción.
Lo cierto es que el asunto del deseo, los apetitos, las emociones, los sentimientos, las pasiones, es algo con mucha y muchas historias. En la próxima carta hablaré de algo de ello.
Salud y alegría,
Iván Rodrigo.





1 comentario:

martiniano dijo...

Querido Ivancho, para completar tus inquietudes, te cuento que un equipo completo de publicistas, biólogos, sicólogos y expertos en mercadeo, descubrió que los seres humanos nos comportamos como cardúmenes y que estos últimos obedecen al principio de imitación. De ahí que resulte tan fácil imponer una moda, ya se trate de vestidos, ideas, credos, perfumes, tatuajes, piercings o prácticas sexuales.
Mejor, dicho, antes que primios de los simios somos hermanos de las sardinas y los bocachicos.

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