14 de mayo de 2007

LECTOR LUDI-ALQUIMIA DE LA LECTURA-Definiciones

Capítulo 5

El juego y la lectura

¿Cómo se hace un buen lector? Jugando


Es necesario volver a jugar como los niños. Ser como los niños. Inventar de nuevo y muchas veces el universo como lo hacen los niños al jugar.

¿Qué es jugar? ¿Qué es y qué significa el juego?

Para responder a estas preguntas me apoyo en las teorías del ruso Lev S. Vigotski, quien, a partir de sus observaciones del juego de los niños, formuló, entre muchas otras importantes conclusiones, estas dos.

La primera:

"El momento más significativo en el curso del desarrollo intelectual, que da a luz las formas más puramente humanas de la inteligencia práctica y abstracta, es cuando el lenguaje y la actividad práctica, dos líneas de desarrollo antes completamente independientes, convergen" (1).

La segunda, lo qué significaba para Lev S. Vigotski, “el proceso mental superior”, según lo explica Alex Kozulin:

"Más que una simple extensión de un proceso natural que se origina en la biología humana, el proceso mental superior es función de una actividad socialmente significativa [...] La función mental superior se crea mediante la actividad; es una objetivación de la acción" (2).

En consecuencia, puedo proponer la siguiente definición:

JUGAR:

Jugar es ejercitar plenamente, en compañía de otros, las percepciones, los procesos mentales y cerebrales y las expresiones de la mente: sensación, asociación, pensamiento, imaginación, memoria, emoción, ánimo, etc., con la finalidad de aprender a manejarlos y usarlos adecuadamente para que de esta manera se establezcan, flexible y plásticamente, en el cerebro y la mente por el resto de la vida.

El niño, al jugar, actúa y se hace preguntas y hace preguntas a sus compañeros de juego: ¿qué son las cosas?, ¿para qué sirven?, ¿cómo funcionan?, ¿qué resulta de combinarlas, mezclarlas, reunirlas, hacerlas mover, cambiarlas, etc.? Reflexiona y actúa y viceversa. Piensa en voz alta porque, al jugar, paralelamente, se está creando para sí mismo su pensamiento, su lenguaje, su cultura, sus ciencias, etc., está creando y compartiendo conocimiento e información.

En fin, en el juego de los niños se plantean y ejercitan todas las preguntas y actividades posibles, íntimas y compartidas, para luego, sentirlas, imaginarlas, experimentar con ellas, deducir, comprender, conocer, inventar y así, sucesivamente, en un juego de nunca acabar en el que se van formulando las propias conclusiones y acumulando experiencias, todo ello mediante un método que se va inventando y se va depurando, acorde con sus errores y aciertos, fracasos y éxitos.

Un método tan científico como el que más, pero el cual, el niño no deja que se convierta, como en la academia, en algo rígido y obtuso que le impida asombrarse a cada instante con las infinitas posibilidades, variaciones y resultados de sus procesos físicos y mentales, en los que la lúdica es el viaje y no el destino, como ya lo había dicho.

O, mucho mejor, un método que actúa tal y como se supone que actúa la alquimia sobre el alquimista: trasmutándolo.

Pero hay algo más, mucho más asombroso:

Es en ese jugar que el que el niño, en el ámbito de la lengua de su cultura, crea sus propias palabras y su propio lenguaje, las dos herramientas fundamentales del pensar y del actuar de los Homo-Humanos. Y, esa creación de sus palabras y su lenguaje, es lo que hace único, exclusivo y diferente a cada Homo-Humano.

Así fue como lo plantearon el mismo Lev S. Vigotski y otro ruso, igualmente genial, Mijaíl M. Bajtín:

“Los factores sociales modelan la mente y construyen el psiquismo. Así como: El lenguaje es un producto de la actividad humana y es una práctica social” (3).

Ahora, esas ideas de Vigotski y Bajtín, me inspiran para plantear mi hipótesis descabellada:

A pensar se aprende jugando, al igual que todo lo demás en la vida. Y, más allá, el Homo-Humano se hace Humano, jugando.

Pero, si lo anterior parece muy poco Filosófico (en su estatus académico de seriedad y reverencia), para remediarlo, recomiendo estudiar la segunda parte del diálogo platónico: Alcibíades, junto con el análisis que de ese tema realizó Michel Foucault en su curso en el Collège de France, 1981-82 (4).

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Definido así el sendero, es entonces necesario abrir ahora las puertas y ventanas a través de las cuales el Homo-Humano inicia su mirar y su caminar desde sí mismo hacia el universo y del universo hacia sí mismo. Desde y hacia esa emanación de la vida natural que es el espíritu del que habla George Santayana (5).

Las llaves que abren esas puertas y ventanas son los sentidos que perciben y expresan, conectan y modelan, la realidad de la propia conciencia y las realidades exteriores.

Los sentidos son los que se encargan de leer esas realidades y suministrar a la mente los elementos y materiales por medio de los cuales realizar la primera lectura de sí mismo y del universo. Leer y lectura son asuntos diferentes como ya se explicará.

Esa es la lectura natural, es decir, aquella que el niño, desde que tiene conciencia, comienza a ejercitar, en un proceso sin límites que termina sólo con la muerte, percibiéndose y percibiendo todo a su alrededor, como su único medio para aprehender las realidades que lo rodean y lo forman y así aprender a relacionarse con ellas con el fin de interpretarlas, manejarlas o trasformarlas, en otras palabras, a crear conocimiento.

Eso es la lectura: leer para interpretar, manejar y transformar, tanto al que hace la lectura como a la materia leída. Todas las realidades que somos y nos rodean, son legibles, siempre y cuando se conozcan las claves y códigos para descifrarlas y decodificarlas.

Leer claves y códigos para proceder a realizar la lectura, son el punto de partida hacia la formación y comprensión de Ser humanos, ese Homo-Humano que crea conocimiento y acumula información para interpretar, manejar y transformar, tanto a sí mismo como al resto de la Naturaleza.

Definido lo anterior, es pues el momento de hablar del aprender a leer y el aprender la lectura. De qué y para qué son leer y lectura se trató en el capítulo 2, por ahora sólo me interesa una aproximación a la importancia que para una vida saludable representa ese proceso que, iniciado con una sana lectura natural deberá conducir a la lectura eficaz de textos escritos y de materiales audiovisuales.

El primer paso, necesario y esencial, es aprender a leer las claves y códigos de las realidades, pues dependerá, de esa aproximación a la lectura natural, el cómo se aprenda a leer o se traumatice la lectura, tanto la misma lectura natural como la lectura de textos, sonidos e imágenes.

Todo Homo-Humano, normal y saludable, ha sido dotado por la naturaleza con los elementos y mecanismos necesarios para leer y para la lectura, de la misma manera que lo fue para aprender a hablar y a comunicarse con los demás.

El problema de aprender a leer y de realizar una buena lectura, al igual que puede suceder con el aprender a hablar o a caminar, a oler, a sentir, etc., es que durante el proceso de formación y aprendizaje se generen traumas y anormalidades: dislexias o psicopatías, según el caso. Como los problemas de la lectura no han sido estudiados, sus anormalidades todavía no tienen nombre.

En consecuencia, la lectura será parte de la salud mental, emocional e intelectual de la persona en todas sus múltiples manifestaciones físicas y mentales, pues, a partir de un aprendizaje saludable, en todos los estadios de la lectura natural, el niño podrá continuar con los procesos más complejos de la lectura de signos y símbolos, así como de su interpretación, comprensión y de la consiguiente elaboración de su propio universo simbólico e imaginario.

Universo simbólico o visión del mundo del que dependerá el enriquecimiento del pensamiento y de la imaginación y el desarrollo de una amplia y profunda creatividad (6).

En fin, todo lo que significan percepción, imaginación, pensamiento, etc., para el saludable desarrollo y la formación de un Homo-Humano, trascendente, libre, sereno y, muy posiblemente, feliz.

En consecuencia, quien ha aprendido a leer y es un buen lector de sí mismo y de su ámbito, inmediato y mediato, simultáneamente, aprenderá a leer y será un buen lector de textos elaborados con los signos del lenguaje y de las imágenes con las que se reproducen o simbolizan las diversas realidades.

Si el niño ha sido saludablemente iniciado en la aprehensión e interpretación de su ámbito primario, su primera lectura natural, su paso a la lectura de signos y símbolos, no sólo le será sencilla y rápida, sino de una amplitud y profundidad que tienen el horizonte como limite.

Como puede verse, e insisto, la lectura natural no sólo es esencial, es también compleja y está conectada con la totalidad del desarrollo del Ser Humano. Sobre estos temas ya se irá explorando en los próximos capítulos de este libro.

En consecuencia, la lectura propiamente dicha, estará condicionada, de igual manera, por el mismo tratamiento que se ha seguido en la lectura natural, es decir, debe ser parte de un proceso de aprendizaje y formación que involucre todos los sentidos, el cerebro, la mente y, por supuesto, el espíritu. De ello, también dependerá la salud emocional e intelectual de la persona, en todas sus inteligencias y sus manifestaciones físicas.

Esto significa, en primer lugar que, de ninguna manera, su aprendizaje será parte de un sistema único y uniforme para todos los niños y personas. Cada Homo-Humano es único y diverso, así la necesidad obligue a la integración y adaptación dentro de conjuntos o grupos sociales.

Por ejemplo, las reglas y normas del idioma unas y únicas, al igual que lo son los métodos en el aprendizaje de cualquier otro asunto de conocimiento, pero, cada Homo-Humano, dentro de los límites comunes de interpretación y comprensión, puede leer, escribir, aprender y crear conocimiento libre y eficazmente.

Por ello, siendo como somos Homo-Humanos libres, únicos y diversos, de la riqueza de esa libertad y diversidad dependerán el que el futuro sea mejor para todos, así como mayores las posibilidades de supervivencia.

Y hablando de ser felices. Quien ha aprendido a ser buen lector, ya está listo para apropiarse de su propia vida, se tendrá a sí mismo como objeto de desvelos, se conocerá y conocerá sus realidades y, lo que es más importante, tendrá el poder de la Sabiduría y la serenidad.

Ese es el poder que se va a tratar de demostrar, en las páginas de este libro, con sus fórmulas mágicas y transformadoras de las realidades concretas y trascendentes, para el propio y ajeno Bien y Belleza.

NOTAS

(1) Lev S. Vigotski, El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, Crítica, Barcelona, 198 (226 p.), pp. 47 y 48.

(2) Alex Kozulin, La psicología de Vigotski, Alianza, Madrid, 1994 (294 p.), p. 114.

(3) Adriana Silvestri y Guillermo Blanck, Bajtín y Vigotski: la organización semiótica de la conciencia, Anthropos, Barcelona, 1993 (286 p.), p. 24 y 32.

(4) Michel Foucault, La hermenéutica del sujeto, Fondo de Cultura Económica, México, 2002.

(5) George Santayana, Platonismo y vida espiritual, Trotta, Madrid, 2006, p. 57.

(6) Temas tratados en los capítulos de la tercera parte: Iván Rodrigo García Palacios, Beso Rico o el Eros alquímico. Hipótesis descabelladas sobre la mente, el enamoramiento, el soñar y el imaginar, Sin publicar, Medellín, 2007.

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