Iris Murdoch -
Martha Nussbaum
Lector
Ludi No. 91
Por
Iván Rodrigo García Palacios
Del
ardiente eros de Iris Murdoch
al
amor apolíneo de Martha Nussbaum
Los
académicos de las ciencias sociales y humanas no se pueden permitir
el gozo de jugar y tratar como seres humanos las vidas y las obras de
sus objetos de estudio, pues eso son, objetos y no personas de
ardiente carne que sienten y que aman y padecen. Algo que si me puedo
permitir y por ello … juego como los niños aprehenden/aprenden el
mundo.
De
manera simplista se pudiera decir que las personas y en particular
las mujeres, por esa forma tan propia de Ser y Estar en sí mismas y
en el mundo de ellas, desean, seleccionan, se conectan y actúan, con
aquello que se les “parece” desde lo más profundo de su ser
intimo y eso las hace, a cada una, única y especial.
Así
son Iris Murdoch y Martha Nussbaum, dos mujeres tan cercanas y tan
lejanas la una de la otra que en sus afinidades electivas y en sus
diferencias, la vida y la obra de la primera es un influjo daimónico
sobre la vida y la obra de la otra, quien emprende una lucha vana por
exorcizar el demonio del eros que la posee. La una, llama al viento,
la otra, Atenea dorada.
He
aquí algunos datos para incitar a un juego de espejos:
La
vida y las obras de Iris Murdoch están imbuidas del eros/manía,
cósmico y carnal, del Sócrates de Platón que asciende por la
escala de la sabiduría desde la carne hasta espíritu.
La
vida y las obras de Martha Nussbaum, están construidas en la
frialdad apolínea del amor/filia del Aristóteles, abstracto e
intelectual.
Para
Iris Murdoch “los Grandes Asuntos” son: Lo Bello, Lo Bueno, El
Placer, La Felicidad.
Para
Martha Nussbaum son: La Belleza, El Bien, La Virtud, La Justicia.
Para
la una, el cuerpo, para la otra, el alma o ese algo que es “la
excepción”.
Para
Iris Murdoch, el eros es la pura fuerza del espíritu que anhela el
futuro. Para Martha Nussbaum, es el intelecto que se empeña en
someter, dominar y domesticar las fuerzas eróticas y ponerlas al
servicio del intelecto, el que será, entonces, el objeto de la
sabiduría.. He ahí la paradoja.
Iris
Murdoch esta poseída por un demonio erótico como el de Sócrates en
Fedro y Banquete y, para ella, la suprema realización es el
individuo que se eleva en la escala del deseo de lo bello que es el
eros de la sabiduría que enseña Diotima a Sócrates:
"Deseo de la generación y
procreación en lo bello" (Platón, Banquete, 206 e).
Martha
Nussbaum es la diosa hierática que ilumina sobre el conjunto de los
hombres como una Atenea, diosa de la sabiduría, de esa sabiduría
abstracta y fría que propone Aristóteles y que luego consagrará el
cristianismo. El bien por sobre lo bueno.
La
vida y la obra, tanto la de Iris Murdoch (Dublín, Irlanda, junio 15
de 1919 – febrero 8 de 1999) como la de Martha Nussbaum (Nueva
York, mayo 6 de 1947), se corresponden con las circunstancias que les
tocó vivir.
La
primera, de clase media baja inglesa, luego criada en Londres durante
los turbulentos años veinte y educada en lo mejor de las
instituciones educativas inglesas. Fue alumna de Ludwig Wittgenstein.
Y, luego, profesora del St Anne's College, de Oxford. Tuvo una vida
intensa y contradictoria en todos los sentidos, teniendo que lidiar
con su temperamento fuerte y oscuro, marcado por fuertes tensiones en
su sexualidad y relaciones con los otros. La película sobre su vida
es un buen documento.
La
segunda, de clase alta neoyorkina, fue criada en esa burbuja social y
educada en las mejores y más costosas instituciones educativas, como
que se graduó en Harvard en filosofía.
Eso
explica su postura frente a lo político. Para la una lo político
está determinado por eros/poder. Para la otra, por filia/poder.
Ambas
se encontraron un par de veces y de esos encuentros la una marcó la
vida y la obra de la otra cual conjuro que fuera necesario exorcizar.
La lucha de Apolo y Dionisio.
“Aquí un testigo del peso de
Platón nos sugiere en cambio que Apolo y Dionisos tienen una
afinidad fundamental, y particularmente en el terreno de la “manía”:
juntos, agotan la esfera de la locura y no hacen falta argumentos
para formular la hipótesis - atribuyéndose la palabra y el
conocimiento a Apolo y la inmediación de la vida a Dionisos- que la
locura poética se debe al primero y la erótica al segundo”
(Giorgio Colli, El nacimiento de la sabiduría).
¿Cómo
se siente una joven formal?
Cuando
ocurrió este primer encuentro, Iris Murdoch tenía 66 años y Martha
Nussbaum tenía 38.
“Sin embargo, al leer «When She
Was Good» (*), Nussbaum se presenta a sí misma mucho más alejada
de Murdoch de lo que aquí pudimos intuir y desarrollar. En ese texto
Nussbaum narra un encuentro personal que tuvo con Murdoch y su marido
en la casa que ambos compartían en Oxford, cuyo relato resulta
revelador y puesto al servicio de reforzar los argumentos que expone
en el texto sobre la personalidad de Murdoch: «Nos conocimos en
Nueva York en 1985 y me invitó a almorzar a la casa en Charlbury
Road, Oxford, donde ella y Bayley vivían en ese momento. Di una
vuelta por la casa, muy nerviosa y torpe, y me senté durante dos
horas en la caótica cocina siendo escudriñada, tal como lo sentí,
por sus agudos e inquisitivos ojos [...] Todo el tiempo sentí que su
intensa mirada iba directo a través de mí, hacia algo que no era yo
en absoluto, pero a lo que yo estaba relacionada de alguna manera
[...] No puedo olvidar esos ojos depredadores, y el modo en el que
atendían a algo de enorme importancia que estaba, como digo, no
exactamente fuera de mí, pero que no era precisamente yo. Tampoco
puedo olvidar jamás el misterio esencial de su cara, mucho más viva
que la mayoría de las personas, tan flameante de pasión inflexible,
tan atenta a cosas que no estaban exactamente en la habitación.
(Recuerdo haber tenido un pensamiento triste: que esta iba a ser una
esperada amistad con una mujer brillante, pero que es, después de
todo, tan sólo un encuentro con otro hombre depredador. Control
erótico y control artístico: ¿Dónde terminó uno y empezó el
otro?)». (M. Nussbaum: «When She Was Good», New Republic, 31 de
diciembre de 2001).
(*) “M. Nussbaum: «When She Was
Good», New Republic, 31 de diciembre de 2001. Nótese que el título
coincide con el nombre de la segunda novela -y única protagonizada
por una mujer- de Philip Roth, publicada en 1967. El personaje
principal, Lucy Nelson, es una joven tremendamente moralista, que
hace de reformar a todos los hombres que la rodean la causa de su
vida, a riesgo de su propia destrucción. A Maria Antonaccio sin
embargo, el título le evoca una popular poesía infantil acerca de
una pequeña niña que dice: «When She Was Good, she was very, very
good; but when she was bad she was horrid» [«Cuando era buena, ella
era muy, muy buena; pero cuando era mala era horrible»]. Las
traducciones del inglés son propias. «‘The predatoriness of
Love’: Martha Nussbaum on Iris Murdoch: A Life», The Iris Murdoch
Newsletter, 17, 2004, pp. 1-7, p. 2”.
Tomado de: Anabella Di Tullio
Arias, Herencias y tensiones. La influencia de la obra de Iris
Murdoch en el pensamiento de Martha Nussbaum (∆αίμων. Revista
Internacional de Filosofía, no 60, 2013, 111-125. ISSN: 1130-0507).
Excitada
por el deseo de conocer a la mujer, escritora y filósofa, a la que
considera una diosa o demonio, se siente desconcertada al ser
observada como la presa de un depredador erótico que la posee con el
poder de un demonio, el mismo demonio erótico de Sócrates en Fedro
y Banquete. Ese Dionisio tácitamente presente en esos dos diálogos
platónicos. Pero al que ella teme reconocer y ceder.
Años
después Martha Nussbaum escribirá ese texto en el que trata de
exorcizar o desmitificar el demonio de Iris Murdoch, a la que
consideró la encarnación de un dios: Dionisio. Texto que es esa
expresión de su lucha por liberarse de aquel influjo que la poseyó
desde su primer encuentro. Significativamente, ese texto se titula:
When She Was Good -Cuando ella era buena- (New Republic, 31 de
diciembre de 2001). Su último párrafo dice así:
“What is surprising in this
passage [A Fairly Honourable Defeat: Una derrota bastante honorable]1
is not just the suggestion of happiness, but more particularly the
suggestion of an erotic happiness and even an erotic goodness, the
Dionysian images linked with the imagery of angels’ hands.
There is no false comfort in Murdoch, but sometimes there is a
comfort that is true”.
https://newrepublic.com/article/122264/iris-murdoch-novelist-and-philospher
Dionisio,
he ahí el dios que aterra a Martha Nussbaum, una persona
“políticamente correcta” y una filósofa conservadoramente
liberal. En ella se encarna el enigma de las relaciones Dionisio y
Apolo y que ella intenta eliminar en su obra al dar prioridad a la
luz de Apolo. Al igual, son esas dos fuerzas las que chocan en las
relaciones entre ambas mujeres.
Un
depredador erótico no olvida a su presa
El
siguiente encuentro se sucedió 9 años después:
“Para finalizar, resulta
pertinente traer a colación otra anécdota, esta vez narrada por
Antonaccio. La historia se sitúa en 1994 en la Universidad de
Chicago, en ocasión de una conferencia sobre la influencia de la
obra de Murdoch en la filosofía moral y el pensamiento religioso
contemporáneo. En ella se encontraba presente Nussbaum como una de
las oradoras, y la propia Murdoch. «Nussbaum dio un elocuente
discurso inaugural, ‘Amor y visión. Iris Murdoch sobre eros y lo
individual’, una lectura de la visión filosófica y artística de
Murdoch que fue generosa, matizada y emotiva en sus puntos de vista.
Mientras Nussbaum avanzaba hacia el podio para comenzar su
conferencia, Murdoch, que estaba sentada a mi lado, la miraba con
admiración y susurró: ‘Recuerda a Atenea la de ‘ojos
brillantes’, ¿verdad?’. Era en ese momento, precisamente, la
imagen correcta: Atenea, diosa de la sabiduría y de la guerra».
(María Antonaccio: A Philosophy to Live By: Engaging Iris Murdoch,
cit., p. 264)”.
Tomado de: Anabella Di Tullio
Arias, Herencias y tensiones. La influencia de la obra de Iris
Murdoch en el pensamiento de Martha Nussbaum (∆αίμων. Revista
Internacional de Filosofía, no 60, 2013, 111-125. ISSN: 1130-0507).
Nueve
años después, Martha Nussbaum, ya dueña de sí misma y de la
situación, logra exorcizar aquel demonio y en un acto de
consagración a Iris Mudoch, presenta su vida y obra en una oración
cordial y cálida, con la que logra desencantarse de aquel influjo
daimónico. Para ello contrapone, en la literatura y la filosofía de
Iris Murdoch, los modelos y expresiones del amor, ese eros que la ha
poseído hasta entonces, pero también aquel al que ella aspira
alcanzar, el del eros idealizado en el del amor aristotélico, este
último en la visión de Dante en Divina comedia (ver: Martha
Nussbaum, Amor y visión. Iris Murdoch sobre Eros y lo individual,
∆αίμων. Revista Internacional de Filosofía, no. 60, 2013,
55-73).
Por
su parte, para ese momento el demonio depredador de Iris Murdoch se
había temperado y si bien recordaba a la joven presa, el fuego se le
había trasformado en la calidez de los recuerdos. Es por eso que a
estas alturas reconoce la hierática presencia de esa Atenea a la que
quiso poseer y ahora admira con otra delectación.
Iris
Murdoch, que no haya yo encontrado, no escribió comentario alguno o
ensayo sobre la vida y la obra de Martha Nussbaum. Para las épocas
en las que ellas se conocieron y encontraron, ambas ya habían
escrito sus más importantes obras, que, seguramente, cada una había
leído las de la otra. Es difícil que Martha Nussbaum no hubiera
leído, por lo menos, el libro de las La Romanes Lecture de 1977,
titulado, El fuego y el sol. Por su parte, a partir de entonces,
Martha Nussbaum elabora una serie de reflexiones sobre las relaciones
de la filosofía y la literatura o, para decirlo de otra forma, las
relaciones de la filosofía moral y la ficción narrativa, las que
forman una buena parte de su proyecto filosófico y de su obra.
Este
texto está inspirado por los ensayos de:
-
Anabella Di Tullio Arias, Herencias y tensiones. La influencia de la
obra de Iris Murdoch en el pensamiento de Martha Nussbaum (∆αίμων.
Revista Internacional de Filosofía, no 60, 2013, 111-125. ISSN:
1130-0507).
-
Martha Nussbaumb, Amor y visión. Iris Murdoch sobre eros y lo
individual, (∆αίμων. Revista Internacional de Filosofía, no
60, 2013, 55-73, ISSN: 1130-0507).
-
Martha Nussbaum, When She Was Good, New Republic, 31 de diciembre de
2001.
https://newrepublic.com/article/122264/iris-murdoch-novelist-and-philospher
Notas
1
Iris Murdoch, Una derrota bastante honrosa: “Simon entró por el
zaguán y pasó al jardín. El sol estaba aún ardoroso y brillante
aunque la estrella de la tarde brillaba ya mucho. En la viña
colgaban hermosos y translúcidos racimos y las hojas y zarcillos
brillaban con verde palidez extendiéndose, acogedores y quietos, en
la tranquila luz del sol. Simon avanzó hacia la parra, inclinó la
cabeza bajo el sombrío arco y tocó las cálidas bolas de los
racimos.
Salió
Axel quitándose la chaqueta y enrollándose las blancas mangas de
su camisa. El sol hacia parecer dorado su oscuro cabello.
—Le
he pedido al patrón que nos traiga una garrafa de vino aquí mismo.
Ahora voy a ver nuestra habitación. Quédate tú aquí.
Simon
se sentó a la mesa. El patrón, luciendo sus tirantes verdes, llevó
una garrafa y dos vasos.
—Merci.
Simon
se sirvió un poco de vino para probarlo. Era excelente. Las
dentadas y verdes hojas de parra extendían por encima, y ante él,
su inmóvil pauta de manos
angélicas. El aire temblaba con calor y difundiendo la luz.
Simon
pensó: «Es un instinto, y no un mal instinto, que el amor lo
consuele a uno». Con cautela volvió sobre la pena que le había
angustiado tanto tiempo y comprobó que ya la sentía un poco menos,
algo menos intensa. Al pensar en Rupert lo hacia ya alejándose a un
pasado lejano, a los buenos tiempos que tenían su propia e
intocable realidad. Bebió algo más de vino y levantó la cara
hacia el deslumbramiento solar entre las hojas y sintió que la
juventud lo animaba y le daba nuevas energías. Era joven y
saludable, amaba y era amado. Imposible para él, sentado allí a la
verdosa luz del sur y esperando a Axel, no sentir en sus venas la
ardiente anticipación de una nueva felicidad”.
1 comentario:
Querido Ivancho. Para empezar, la vida es políticamente incorrecta y esa quizás sea su mayor virtud. En la fina línea que separa a Dionisos de Apolo se han dado las grandes producciones del espíritu. Del equilibrio o desequilibrio entre esas fuerzas surgen las obras de arte.
El cuento es que- a mi modo de ver- las diferencias y contradicciones entre esos mundos son ilusiorias. Como en las esculturas de Jano bifronte , nos asomamos a una u otra de las caras de la divinidad, dependiendo del punto del camino en que nos encontremos.
Al final, los humanos nos disolvemos en la disyuntiva y noa abandonamos, plenos y lúcidos, a la inapelable certeza de nuestra mortalidad.
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