Pierre-Auguste
Renoir, Baile en el Moulin de La Galette. Óleo sobre tela, 1876
https://es.wikipedia.org/wiki/Baile_en_el_Moulin_de_la_Galette#/media/File:Pierre-Auguste_Renoir,_Le_Moulin_de_la_Galette.jpg
Lector
Ludi No. 88
Iván
Rodrigo García Palacios
La
Harmonía, El nuevo mundo amoroso.
Erótica
y política
¿Cuál
es la mejor sociedad posible?
Para
Charles Fourier: La Harmonía:
"El tema parece frívolo a esos
civilizados que relegan el amor al rango de cosa inútil y lo hacen,
bajo la autoridad de Diógenes, ocupación de los perezosos. Tampoco
lo admiten más que a título de placer constitucional sancionado por
el matrimonio; no sucede lo mismo en La Harmonía, donde, al
volverse los placeres asunto de Estado y fin especial de la
política social, debe darse necesariamente gran importancia al amor,
que en efecto retiene el primer rango entre los placeres; la cábala
gastronómica, otro placer de La Harmonía, retiene el primer
rango en títulos, pero el amor lo retiene en la realidad.
Se trata aquí de asegurar a las
personas de toda edad el encanto del amor… como podemos encontrarlo
en la juventud." (Charles Fourier, La armonía pasional del
nuevo mundo, Taurus, Madrid, 1973, p. 221).
Los
componentes primordiales de La
Harmonía
de Charles Fourier son, por una parte, eso que se denomina la
felicidad, a la que habría que integrar con el placer, el bienestar,
la satisfacción, y por la otra, con el amor, el que también habrá
que integrar con el sexo, la sexualidad y eso que llaman erotismo o
erótica, lo que, junto con la comida, ("la
cábala gastronómica"),
como dice Fourier, son los dos placeres básicos y naturales del Homo
y a los que la ciencia actual considera de igual forma 1.
***
Se puede decir que, desde que el Homo se
hizo consciente, la gran preocupación o propósito que decide y
dirige su vida y su existencia ha sido el deseo de alcanzar ese
estado corporal y de ánimo al que se ha llamado felicidad, placer,
bienestar, satisfacción, etc. y el cual se corresponde con el estado
corporal y mental mediante el cual el cuerpo informa al cerebro del
equilibro o armonía del sistema homeostático y por el cual se
expresa su salud y vitalidad con una sensación agradable y
placentera tanto física como anímica.
"Los biólogos sostienen que
nuestro mundo mental y emocional está regido por mecanismos
bioquímicos modelados por millones de años de evolución. Como
todos los demás estados mentales, nuestro bienestar subjetivo no
está determinado por parámetros externos como el salario, las
relaciones sociales o los derechos políticos. Está determinado, en
cambio, por un complejo sistema de nervios, neuronas, sinapsis y
varias sustancias bioquímicas como la serotonina, la dopamina y la
oxitocina" (Yuval Noah Harari, De animales a dioses, Debate,
Madrid, 2014).
Por otra parte, felicidad, placer,
bienestar, satisfacción, etc., son estados corporales y anímicos
que también han sido relacionados con el enamoramiento y el amor,
que, a su vez, son esos estados del cuerpo y del ánimo a los que la
cultura y las ideologías han fundido y confundido con actividades y
conceptos de connotaciones y denotaciones que muy poca relación
tienen con los estados fisiológicos y anímicos que los provocan y
que se tratan de definir, describir y explicar con ellos, hasta el
punto de que han sido un obstáculo al explorar, experimentar y
descubrir la naturaleza biológica, fisiológica, anímica y
psicológica, tanto de aquellos como del enamoramiento y del amor,
porque se les niega buena parte de sus componentes biológicos,
evolutivos, fisiológicos, etc. al considerarlos manifestaciones
ajenas o apenas relacionadas con la mecánica biológica y evolutiva
del cuerpo.
Ahora bien, tal como se ha entendido
desde la antigüedad y como ahora lo están demostrando las
neurociencias, la felicidad, placer, bienestar, satisfacción, etc.,
así como el amor (y en algo el enamoramiento, porque este un estado
fisiológico), son objetivos, logros y realizaciones individuales y/o
colectivos, posibles de ser logrados por las personas y las
colectividades cuando realizan y ejercitan de manera equilibrada o
armónica la combinación de actos y actividades sencillas que
provocan estados corporales, mentales y anímicos que producen
resultados saludables tanto fisiológicos como en estado del ánimo.
En
orden y en una escala hacia el logro de la felicidad, placer,
bienestar, satisfacción, etc.
y hacia el amor, incluso la sexualidad y el enamoramiento 2,
un primer estado se corresponde con la salud del cuerpo, la que se
logra por el adecuado tratamiento y satisfacción de las necesidades
básicas: alimentación, higiene, salud, vestido, hogar, protección
frente a los elementos naturales y de los riesgos exteriores. El
segundo, sería el tratamiento y satisfacción de las necesidades
emocionales y de los sentimientos, las cuales se inician en una
crianza adecuada 3
y en las buenas conexiones, correspondencias y relaciones sociales y
sentimentales con otras personas 4.
El tercero se refiere a la satisfacción de las necesidades
intelectuales, lo cual significa que cada persona y la comunidad en
la que habita, le sea posible realizar y desarrollar actividades
atractivas y agradables para el propio beneficio y para el beneficio
de la colectividad 5.
El cuarto estado, se corresponde con las necesidades espirituales,
aquellas que se explican en conexión y correspondencia con el anhelo
6,
o sea, esa cualidad de la materia por perseverar en su forma 7
y la que se expresa en el cuerpo y en la mente como el sentir y,
luego, como el sentimiento superior de alcanzar el futuro, de poder
viajar hasta confín del universo y de ser libre para emprenderlo 8.
***
Harmonía
ha sido un complejo y rico concepto desde antes y después de los
griegos: Homero, Hesíodo, los presocráticos, Platón, Aristóteles
y, desde de ellos y en adelante, para la cultura helénica, romana,
cristiana, renacentista, moderna y para las actuales filosofías
prácticas o espirituales que tanto se han popularizado.
Así
que se puede pensar que Charles Fourier al denominar, en los
comienzos del siglo XIX, su "Nuevo mundo amoroso" con el
nombre de La Harmonía, estaba consciente y en
concordancia o en armonía con esa tradición conceptual, religiosa y
filosófica, que se remonta a las más antiguas culturas del oriente,
por las que también fueron influidos los griegos.
Para
las cosmogonías orientales, al igual que para las cosmogonías
egipcia, las del Medio Oriente y las griegas, Harmonía es el
estado al que tiende el universo al emerger del caos.
Así
definieron la Harmonía y la armonía algunos de los griegos:
"La tradición, con fidelidad
según creo, cuenta que Pitágoras afirmó que el alma era, o que
contenía, una armonía, o mejor, una harmonia. Y esto
porque en griego la palabra harmonia, no quiere decir
"armonía" si armonía tiene para nosotros la connotación
de referirse a varios sonidos concordantes. A esto los griegos lo
llamaban symphonía. Harmonia significaba en su origen
el ajustamiento ordenado de las partes en una fábrica compleja;
después, en particular, la afinación de un instrumento musical,
afinación compuesta de varias notas producidas por las cuerdas
afinadas. Lo que nosotros llamamos los «modos" serían para los
griegos las harmoniai." (Francis Cornford, La filosofía
no escrita, Ariel, Barcelona, pp. 54-55).
Harmonía
es también la oposición de los contrarios en Heráclito, así como
"La Esfera del Amor" de Empédocles.
De
la Teoría de la Harmonía de
Pitágoras, Platón toma tanto el sentido de ajuste complejo de
un conjunto de partes o de personas o del universo y como un modo de
vida, así como sus teorías musical y matemática. También, como
una Harmonía cósmica. Y con todo ello, para Platón,
también, "[...] el concepto de harmonía, o recto
ordenamiento de las partes, como fundamento de salud en el cuerpo y
en el alma" 9.
Helénicos
y romanos mantuvieron las mismas definiciones, explicaciones y usos
de los griegos para Harmonía y
armonía.
Serían
los cristianos quienes introducirán nuevas definiciones,
explicaciones y usos para los conceptos de Harmonía y
armonía, empezando por la división y relaciones entre cuerpo y
alma, así como por la creación, origen y funcionamiento del
universo.
En el Renacimiento el concepto de
Harmonía también estuvo constreñido por los preceptos que
la Iglesia Católica había impuesto a sangre y fuego desde su
fundación, salvo que para ese momento ya estaban siendo subvertidos
con nuevas visiones científicas y filosóficas. Los humanistas
renacentistas retornaron a los conceptos, definiciones y
explicaciones de Harmonía y
armonía de los antiguos griegos.
Ya
en los tiempos finales del Renacimiento así se expresó Giordano
Bruno y pagó con su vida por ello:
"Se contempla a continuación la
armonía y consonancia de todas las esferas, inteligencias, musas e
instrumentos conjuntamente; allí, el cielo, el movimiento de los
mundos, las obras de la naturaleza, el discurso de los intelectos, la
contemplación de la mente, el decreto de la divina providencia,
todos a un mismo compás celebran la elevada y magnífica vicisitud
que iguala las aguas inferiores a las superiores, cambia la noche en
día y el día en noche, a fin de que la divinidad esté en todo, del
modo en que todo entraña todo, y de que la infinita bondad
infinitamente se comunique según la capacidad de las cosas"
(Giordano Bruno, Heroicos furores, Argumento del quinto diálogo de
la segunda parte, Tecnos, Madrid, 1987, p. 24-25). Ver también: p.
86).
***
De
la República, la utopía política de Platón, a la comunidad
amorosa de Charles Fourier o de la erótica y de La Harmonía
social y política, respectivamente.
Mientras
que la República de Platón está concebida como el Estado por y
para hombres sabios cuya misión es el ejercicio justo del poder. La
Harmonía de Charles Fourier es propuesta para hombres comunes y
corrientes que manejan sus vidas individuales y colectivas por un
"modelo de asociación por atracción pasional y de trabajo
atractivo".
Tanto
Platón como Fourier proponen un Estado que procure la felicidad
individual y colectiva. Platón, por la paideia y Fourier, por
la "atracción apasionada". Ambas propuestas son, también,
un modelo político motivado por Eros o la satisfacción de los
deseos. A partir de "las cuatro locuras divinas" para
Platón y, para Fourier, por un Estado en el que los placeres son su
asunto y el Falansterio su ámbito y lugar.
La
República y otros diálogos de Platón son un tratado de filosofía
política del más alto nivel teórico. El nuevo mundo amoroso de
Charles Fourier, es la descripción minuciosa, hasta la monotonía,
de los modos y formas de sentir y de vivir en La Harmonía.
La
de Platón es una propuesta política y, a su vez, erótica. Para la
civilización occidental, lo que hizo Platón en sus diálogos, fue
una propuesta de explicación, formalización y sistematización
teórica de esa organización y gobierno de las comunidades a la que
se denomina Estado. Lo que me interesa de la propuesta platónica es
que es tanto erótica como política y, por ello, abarca tanto lo
individual como lo comunitario y es, también, tanto ideal o teórica
como real y empírica. Mejor dicho, véase la explicación que hace
Giorgio Colli:
"La doctrina del Eros 10
es lo que permite a Platón llegar a este punto culminante: el éros
es como el puente tendido sobre el abismo de lo real y lo ideal, que
realiza su función mediadora de un modo mucho más completo que la
educación musical, porque es más universal que ésta el significado
que adquiere el amor como fuerza cósmica que impulsa a todos los
seres hacia la idea de lo bello. El éros tiene sus raíces en
la parte afectiva del hombre y tiende a lo bello a través del
contacto que establece entre los hombres: esta fuerza, este impulso
del individuo que lo lleva a alcanzar lo ideal, halla su realización
gracias a la comunidad. Platón, una vez más, ha unido los
contrarios, y en esta ocasión la victoria tiene visos de ser
definitiva: el pesimismo del Fedón es sustituido por el optimismo
del Banquete, la comedia sucede a la tragedia, y de nuevo la vida
política está justificada" (Giorgio Colli, Platón político,
Sexto piso, México, 2011, p. 64).
[...]
"En primer lugar, el éros,
nótese bien, se desarrolla en el individuo y es precisamente la
actividad que lleva a la individualidad a su plena manifestación en
su aspecto universal. Ahora bien, ¿cómo se manifiesta esta
actividad? El Thymós, el alma que se mueve impulsada por ese
anhelo, intenta sobre todo acercarse a otros hombres, primero a uno,
después a un número lo más elevado posible; primero al cuerpo,
después al alma, para continuar el proceso descrito en el Banquete,
esto es, en otras palabras, tiende a inmortalizar su individualidad
por medio de la vida en comunidad y a través de la acción y la
creación en la comunidad. Todos aspiran a la idea suprema de lo
bello, y con este afán se agrupan solamente para poder alcanzar el
fin último con la generación que les da la inmortalidad, y para
generar, es necesaria la vida común, la reunión de los seres, su
colaboración mutua. En la escala infinita de perfección de los
seres, reina este principio porque, así como cada uno de ellos se
reúne con el objetivo de generar a sus hijos, así también es
imprescindible la existencia de la comunidad y del Estado para que
los legisladores, Licurgo y Solón, puedan generar a sus hijos
inmortales, las leyes y la virtud" (Giorgio Colli, Platón
político, Sexto piso, México, 2011, p. 68).
***
Más
allá de la propuesta política y erótica platónica, La Harmonía
o Nuevo mundo amoroso de Charles Fourier está concebido a partir de
la "atracción apasionada", la cual él asimila a la Ley de
la gravitación universal y a las leyes del movimiento de Newton en
las ciencias físicas y a las matemáticas del cálculo tanto de
Newton como de Leibniz, pero que son unas ciencias que él mismo
Fourier inventa, propone, define, describe, en la Teoría de los
cuatro movimientos y los destinos generales, el primer libro
publicado por él en 1808, pero de forma anónima:
"La primera ciencia que descubrí
fue la teoría de la atracción apasionada.
[...]
... y, con ello, llegué al cálculo
analítico y sintético de las atracciones y repulsiones
apasionadas (cursivas en el original).
[...]
La teoría de las atracciones y
repulsiones apasionadas es fija y aplicable por completo a los
teoremas de la geometría.
[...]
Muy pronto me di cuenta de que las
leyes de la atracción apasionada correspondían punto por punto a
las de la atracción material explicadas por Newton y Leibniz, y que
existía una unidad del sistema del movimiento para el mundo
material y espiritual (cursivas
en el original).
[...]
Así
fue descubierta una nueva ciencia fija (la segunda de Fourier): la
analogía de los cuatro movimientos (*), material, orgánico, animal
y social, o analogía de las modificaciones de la materia con la
teoría matemática de las pasiones del hombre y de los animales
(cursiva en el original)" (Charles Fourier, Teoría de
los cuatro movimientos y de los destinos generales, Barral,
Barcelona, 1974, pp. 29-30).
(*) En el ejemplar
anotado por Fourier rectifica esta división de las ramas del
movimiento e indica cinco en lugar de cuatro. Ver el libro.
***
"Las
pasiones son matemáticas animadas", cita Octavio Paz de Charles
Fourier y agrega:
"Para Fourier, cambiar a la
sociedad significa liberarla de los obstáculos que impiden la
operación de las leyes de la atracción apasionada. Esas leyes son
leyes astronómicas, psicológicas y matemáticas, pero también son
leyes literarias, poéticas. En el «discurso preliminar» de la
Théorie des qttatre mouvements et des destinées genérales (1818)
hace un resumen de su concepción: «La primera ciencia que descubrí
fue la teoría de la atracción apasionada... Pronto me di cuenta de
que las leyes de la atracción apasionada se conformaban en todos sus
puntos a las leyes de la atracción material explicadas por Newton:
el sistema de movimiento del mundo material era el del mundo
espiritual. Sospeché que esta analogía podía extenderse de las
leyes generales a las leyes particulares y que las atracciones y
propiedades de los animales, los vegetales y los minerales quizás
estaban coordinadas de la misma manera que las de los hombres y los
astros... Así fue descubierta la analogía de los cuatro
movimientos: material, orgánico, animal y social... Apenas estuve en
posesión de las dos teorías, la de la atracción y la de la unidad
de los cuatro movimientos, comencé a leer en el libro mágico de la
naturaleza» (Charles Fourier, Théorie des qttatre mouvements et des
destinées genérales, París, Editions Anthropos, 1967)"
(Octavio Paz, Los hijos del Limo, Analogía e ironía).
Además
del ensayo Analogía e ironía, incluido en el libro Los hijos del
Limo, aquí citado, Octavio Paz escribió un ensayo específico sobre
Charles Fourier, La mesa y el lecho. Y con posterioridad, escribe el
libro de la erótica, La llama doble, de 1993.
***
Y
para agregar un breve comentario: La sociología (si es que así se
puede llamar la propuesta amorosa de Fourier) del nuevo mundo amoroso
o sociología erótica de Charles Fourier, antes que considerar a la
sociedad y a las personas objetos económicos y políticos,
consideraba a la personas y a la comunidad como el fundamento para
alcanzar una existencia armónica, placentera y satisfactoria tanto
individual como colectiva.
Mejor
dicho, así como El Jardín de Epicuro fue refugio ante la crisis
ateniense, los falansterios fueron los Jardines epicúreos para
liberarse de las fauces de la Revolución Industrial. Tanto el Jardín
como los falansterios eran regidos por las leyes de la erótica y no
por las leyes del mercado. Un bello tema que hay que disfrutar ... en
cualquier momento.
***
Finalmente.
La más universal de las leyes que afecta al comportamiento y
sentimiento del Homo-Humano es la del deseo 11.
Cuando
los Homo-Humanos dejaron de ser cazadores recolectores para
convertirse en agricultores, domesticados por los cereales y por
otras plantas, igual cambiaron las formas del vivir y de la
organización de las comunidades. Una lectura a las explicaciones
propuestas por Yuval Noah Harari en su libro: De animales a hombres,
me lleva a proponer las hipótesis descabellada de que el modo de
vida de los grupos de cazadores-recolectores, en todos los aspectos y
sentidos, se podría asimilar con los modelos del Jardín de Epicuro
y el del Falansterio de Charles Fourier, salvo porque aquellas eran
comunidades nómadas 12,
se podría decir, entonces, que aquellos grupos eran jardines o
falansterios itinerantes 13.
Pero,
ya avanzados en la historia de las civilización agraria, el
falansterio de Charles Fourier es, a su vez, algo así como El Jardín
de Epicuro de los tiempos modernos. A semejanza de Epicuro, Fourier
propuso unas comunidades formalizadas y reguladas con la finalidad de
satisfacer las necesidades materiales, emocionales, intelectuales y
espirituales del cuerpo y, por supuesto, aquel sentimiento de futuro
que es el anhelo.
Para
ambos, la fuerza que mueve al Homo-Humano y con él a sus
comunidades, es el deseo. Dice Epicuro:
"Hay que considerar que de los
deseos unos son naturales, otros vanos; y de los naturales unos son
necesarios, otros sólo naturales; y de los necesarios unos lo son
para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo, otros para la
vida misma.
Un recto conocimiento de estos deseos
sabe, en efecto, supeditar toda elección o rechazo a la salud del
cuerpo y a la serenidad del alma, porque esto es la culminación de
la vida feliz" (Epicuro, Carta a Meneceo).
Para
Fourier el deseo es tal y como lo fuera para Epicuro, pero, en su
teoría, el deseo actúa como el regulador de la atracción
apasionada, la que funciona por el sistema o mecanismo societario de
las Series pasionales:
"Todos estos trabajos se harán
atractivos bajo el influjo de una distribución del todo desconocida
y que llamaré Series pasionales 1) Series de grupos opuestos. 2)
Este es el mecanismo al que tienden todas las pasiones, el único
orden conforme a los deseos de la naturaleza. El salvaje no adoptará
nunca el sistema industrial, si no es que lo vea actualizado en
Series pasionales" (Charles Fourier, El nuevo mundo industrial y
societario).
***
Será
Walter Benjamin quien hará una de las más novedosas aproximaciones
a la obra y a la utopía de Charles Fourier y lo hace precisamente en
el extraño libro que concibió en 1924 al influjo del enamoramiento
por Asja Lacis y que luego estuvo preparando durante los últimos 13
años de su vida y para el que el tiempo ni le alcanzó ni le iba a
alcanzar, porque tampoco le hubiera sido suficiente así hubiera
sobrevivido a su huida de Francia y a aquella fatalidad que le
ocurrió en los Pirineos catalanes y que es el enigma de su muerte,
pues ese Libro de los Pasajes podría considerarse como su "Cábala"
14,
esa escritura sin fin sobre la existencia de la humanidad.
Esto
dijo Walter Benjamin de las propuestas de Charles Fourier y sobre los
falansterios en el resumen de 1939, escrito para presentar aquel
"inconcluso" Libro de los Pasajes y titulado igual que el
anterior resumen de 1935, París, capital del siglo XIX:
Falansterio
https://www.histoire-image.org/sites/default/pin4_anonyme_004f.jpg
"II
"Nada hay de sorprendendente en
el hecho de que todo interés de masas, la primera vez que aparece,
supere con mucho, en la idea o representación que uno se hace de
ello, sus verdaderos límites".
Marx y Engels, La Sainte-Familie [La
sagrada Familia].
El más íntimo impulso dado a la
utopía fouriesta se encuentra en la aparición de las máquinas. El
falansterio debía devolver a los hombres a un sistema de relaciones
donde la moralidad ya no tiene más cabida. En él Nerón se habría
convertido en un miembro más útil para la sociedad que Fenelón.
Para ello Fourier no piensa confiar en la virtud, sino en un
funcionamiento eficaz de la sociedad, cuyas fuerzas motrices son las
pasiones. Mediante los engranajes de las pasiones, mediante la
compleja combinación de las pasiones mecanicistas con la pasión
cabalista, Fourier se representa la psicología colectiva como si
fuera un mecanismo de relojería 15.
La armonía fouriesta es el producto necesario de este juego
combinado.
Fourier insinuá en el mundo de las
austeras formas del Imperio el idilio colorista del estilo de los
treinta. Pone a punto un sistema donde se mezclan los productos de su
visión colorista y de su idiosincrasia de las cifras. Las "armonías"
de Fourier no pertenecen de ninguna manera a una mística de los
números tomada de una tradición cualquiera. Han nacido de hecho
directamente de sus propios decretos: elucubraciones de una
imaginación organizadora que en él estaba extremadamente
desarrollada. De esa manera previó la significación de la cita para
el habitante de la ciudad. La jornada de los habitantes del
falansterio no se organiza en sus casas, sino en enormes salones
semejantes a los vestíbulos de la Bolsa, donde las citas son
concertadas por corredores.
En los pasajes Fourier reconoció el
canon arquitectónico del falansterio. Es lo que acentúa el carácter
"imperio" de su utopía, que el propio Fourier reconoce
ingenuamente: "El Estado societario será desde el principio
tanto más brillante cuanto más tiempo ha sido diferido. Grecia en
la época de los Solón y los Pericles podía ya haberlo emprendido"
Los pasajes que originalmente sirvieron a fines comerciales pasan en
Fourier a ser viviendas. El falansterio es una ciudad hecha de
pasajes. En esta "ciudad en pasajes" la construcción del
ingeniero presenta un carácter de fantasmagoría. La "ciudad en
pasajes" es un sueño que acariciará la mirada de los parisinos
hasta bien entrada la segunda mitad del siglo. Todavía en 1869 las
"calles-galería" de Fourier facilitan el trazado de la
utopía de Moilin, París en el año 2000. La ciudad adopta allí una
estructura que la convierte, con sus almacenes y sus apartamentos, en
el decorado ideal para el flâneur.
Marx se enfrento a Carl Grün para
defender a Fourier y valorar su "colosal visión del hombre".
Consideraba a Fourier el único hombre, junto con Hegel, que había
calado la mediocridad primordial del pequeño burgués. A la
superación sistemática de este tipo en Hegel le corresponde en
Fourier su aniquilación humorística. Uno de los más notables
rasgos de la utopía fourieista es que la idea de la explotación de
la naturaleza por el hombre, tan generalizada en la época posterior,
le es ajena, la técnica se presenta más bien para Fourier como la
chispa que prende fuego a la pólvora de la naturaleza. Quizás esté
ahí la clave de su extraña idea según la cual el falansterio se
propaga "por explosión". La concepción posterior de la
explotación de la naturaleza por el hombre es el reflejo de la
explotación efectiva de los hombres por los propietarios de los
medios de producción. Si la integración de la técnica en la vida
social ha fracasado, la culpa es de esta explotación".
(Walter Benjamin, Libro de los
pasajes, París, capital del siglo XIX, I, Fourier o los pasajes,
Akal, Madrid, 2005, p. 52-53).
Y como el asunto del Nuevo mundo amoroso
de Charles Fourier es el del deseo, otro cuento será también el que
para Walter Benjamin el deseo será aquello a lo que va dirigida la
atracción de las mercancías como la producción masiva del deseo.
Algo así como "el lado oscuro", el aspecto perverso de "la
atracción apasionada", esa analogía de la función de la
prostituta y de la prostitución en La Harmonía, lo que
Charles Fourier expone en su Teoría de los cuatro movimientos y en
el libro póstumo, Nuevo mundo amoroso.
Véase
lo que anota Susan Buck Morss:
"Como cosificación del deseo,
las mercancías, más que satisfacer sueños, los generaban. Para
Benjamin, esa transición hacia la venta de sueños estaba
personificada por la prostituta "que es a la vez vendedora y
mercancía" (Walter Benjamin, Poesía y capitalismo, p. 185)"
(Susan Buck Morss, Walter Benjamin escritor revolucionario,
Interzona, Buenos Aires, 2005, p. 43).
Y
de manera profética, Walter Benjamin anticipa y desvela el poder
aterrador de ese sistema que, tal y como hace la prostituta,
convierte las mercancías en deseo, y es, a la vez, uno de los
motivos a partir de los cuales él desarrollará sus teorías
sociales, políticas, económicas, estéticas, así como de la de la
formación subversiva del revolucionario, mejor dicho, la vida que
Walter Benajamin proyecta en su obra. He aquí la nota de Susan Buck
Morss:
"El mercadeo masivo de sueños
dentro de un sistema que impedía su realización constituía
naturalmente una industria en crecimiento. Como gratificaciones y
cosificaciones sustitutas del sueño utópico, las mercancías
dependían de lo nuevo -lo cual, por definición, nunca puede
realmente satisfacer necesidades- para generar una demanda repetitiva
y siempre idéntica: "Lo nuevo es una cualidad independiente del
valor de uso de la mercancía. Es el origen de ese halo
intransferible de las imágenes que produce el inconsciente
colectivo. Es la quinta esencia de la conciencia falsa cuyo
incansable agente es la moda. Este halo de lo nuevo se refleja, tal
un espejo en otro, en el halo de lo-siempre-otra-vez-igual"
(Walter Benjamin, Poesía y capitalismo, p. 186)". (Susan Buck
Morss, Walter Benjamin escritor revolucionario, Interzona, Buenos
Aires, 2005, p. 44).
Para
el momento en el que Benjamin escribió lo anterior, tenían gran
influencia las ideas psicoanalistas tanto de C. G. Jung como de
Sigmud Freud, pero ese es un asunto largo de dilucidar.
Pero,
si es del caso anotar que las visiones de Charles Fourier en su
sistema social, político y económico de los falansterios, en los
cuales la actividad de las personas estaba dirigida a lograr la
felicidad, el placer, el bienestar,
la satisfacción, libres de los engaños de lo que el llamaba
Civilización, fueron consideradas una utopía que "casi"
fracasó en algunos de los experimentos que de ellas se realizaron
durante el siglo XIX y siglo XX. Todo lo contrario a lo que sucedió
con las apocalípticas profecías que Walter Benjamin expuso a partir
de su inconcluso trabajo del Libro de los Pasajes, pero que quedaron
ampliamente explicadas en algunas de sus anotaciones y en el resto de
sus escritos.
Finalmente,
para Benjamin, la vida y la obra de Charles Fourier fue motivo de
especial atención e interés y es así como en el Libro de los
Pasajes dedica, además de lo ya citado atrás, también el apartado
correspondiente a la letra W, así como otros apartes de citas y
pasajes tomados y comentados de muchos otros autores y libros.
NOTAS
1
Lynn Margulis & Dorion Sagan, ¿Qué es el sexo? (1997).
2http://enamoramientoyevolucion.blogspot.com.co/
3Jordi
Agustí, Enric Bufill y Marina Mosquera, El precio de la
inteligencia. La evolución de la mente y sus consecuencias,
Crítica, Barcelona, 2012, p. 187.
4George
Lakoff, No pienses en un elefante, Editorial Complutense, Madrid,
2007, pp. 9-14.
5
Martha C. Nussbaum, Paisajes del pensamiento. La inteligencia de las
emociones, Paidós, Barcelona, 2008.
6Así
explica el anhelo el neurocientífico Antonio Damasio: "El
anhelo es un rasgo profundo de la mente humana. Esta implantado en
el diseño del cerebro humano y en el acervo genético que lo
engendra, no menos que los rasgos profundos que nos conducen con
gran curiosidad hacia una exploración sistemática de nuestro
propio ser y del mundo que lo rodea; los mismos rasgos que nos
impulsan a construir explicaciones para los objetos y situaciones de
este mundo. El origen evolutivo del anhelo es completamente
plausible, pero la explicación necesita otro factor para que uno
pueda comprender por qué la constitución humana acabó por
incorporar el rasgo. Creo que en los seres humanos primitivos
funcionó un parecido factor de la misma manera que está
funcionando ahora. Su consistencia tiene que ver con el poderoso
mecanismo biológico que hay tras él: la misma empresa natural de
autopreservación que Spinoza enuncia de forma tan clara y
trasparente como esencia de nuestro ser, el conatus, es llamado
actuar cuando nos enfrentamos a la realidad del sufrimiento y, en
especial, de la muerte, real o anticipada, ya sea la nuestra o la de
los que amamos. La perspectiva misma del sufrimiento y la muerte
trastorna el proceso homeostático del espectador. La empresa
natural para la autopreservación y el bienestar responde al
trastorno con una lucha para evitar lo inevitable y corregir el
equilibrio. La lucha provoca que encontremos estrategias
compensadoras para la homeodinámica que se ha desviado del camino
recto; y el darse cuenta de toda la situación comprometida es causa
de profunda aflicción" (Antonio Damasio, En busca de Spinoza.
Neurobilogía de la emoción y los sentimientos, Crítica,
Barcelona, 2009, p. 249).
7Spinoza,
Ética, II, Proposición IX.
8http://lectorludi.blogspot.com.co/2013/03/lector-ludi-no-67-del-buen-sentir-al.html
9William
Keith Chambers Guthrie, Historia de la Filosofía Griega, 5, Gredos,
Madrid, 1998, p. 296.
10Hago
el siguiente cambio al texto de Giorgio Colli: en el original figura
"doctrina del Amor", pero, prefiero llamar doctrina del
Eros a la que comúnmente es llamada doctrina del Amor, pues el
término Eros es traducido de Platón bien como deseo o bien como
amor, pero, como ambos términos tienen tantas denotaciones y
connotaciones confusas y ambiguas, prefiero utilizar el nombre de
Eros que bien como figura mitológica o como concepto, significa el
que provoca la atracción, tanto de la materia y la energía, de las
cosas. Y, por supuesto, de las personas entre sí tanto en el
sentido de manía o locura divina, como de fuerza creativa, pero
también como el estado previo a la acción de Afrodita, la fuerza
de la atracción sexual. O sea, los significados de Eros cósmico o
Eros vulgar. Esta doctrina es la que Platón propone y explica en
Fedro y Banquete: "Deseo de la generación y procreación en lo
bello" (Platón, Banquete, 206 e).
11http://lectorludi.blogspot.com.co/2016/06/lector-ludi-no-86-eros-el-demonio-del.html
http://lectorludi.blogspot.com.co/2016/03/lector-ludi-no-82-la-ciencia-del-deseo.html
12Una
explicación sencilla de estos cambios la expone Yuval Noah Harari
en su libro: De animales a dioses. Breve historia de la humanidad,
2014.
13
René Schérer, Utopías nómadas, Tirant Lo Blanch, Valencia, 2010.
14"De
acuerdo a la sabiduría de la Cábala, la realidad consiste de dos
fuerzas, o cualidades: el deseo de recibir y el deseo por otorgar ,
también conocida como el Creador. La sabiduría de la Cábala es
una herramienta científica para el estudio de estas dos fuerzas que
son el fundamento de todo a nuestro alrededor". Lo que en otros
términos, podría equipararse como La ley de la atracción y el
rechazo.
http://www.cabalacentroestudios.com/what-is-kabbalah
15Walter
Benjamin llama la atención de que Fourier hizo la propuesta de una
ingeniería social, pero en la que las "redes sociales"
funcionan, no en la realidad virtual, sino en los grandes salones,
en aquellos pasajes parisinos, esos que luego se convirtieron en los
grandes centros comerciales de la segunda mitad del siglo XX. Pero
eso era cuando nos reconocíamos los unos a los otros cuerpo a
cuerpo. Y ese es ya otro cuento.