11 de abril de 2019

Cartas Abelardinas – 5



El papel la mujer en la famosa rebelión de Tupac Amaru II. Perú y Bolivia, 1781.
http://elhistorico.com.ar/2018/04/20/resistencias-y-adaptaciones-indigenas-al-orden-colonial/


Cartas Abelardinas – 5


Medellín, jueves 11 de abril 2019
Abelardo
Hablemos de política:
Los hombres luchan por su esclavitud (servidumbre) como si se tratara de su salvación” (Spinoza, Tratado Teológico-Político, Prefacio, I).
Claro que como muchos y a pesar de que somos seres sociales y, por lo mismo, políticos, yo también tengo prejuicios y repulsiones, pero más que por las ideas o las ideologías, por mi profundo, fisiológico y psicológico, rechazo a toda manifestación prepotente del poder. Pero eso también más por la represión con que se le impone que por la misma naturaleza del poder como aspecto constitutivo de la vida social.
Sin embargo, no es ese el asunto del que me gustaría hablar, ya Foucault y sus comentaristas han hablado más de la cuenta del asunto del poder. Lo que quiero es tratar de pensar sobre lo que esta sucediendo en Colombia y en todo el mundo, nada nuevo, pero si distinto a lo que siempre ha sucedido, porque ahora y gracias al poder de las nuevas tecnologías, se ha vuelto más confuso y complicado y, por supuesto, poderoso y tenebroso.
Veamos. Desde que la democracia es democracia es y ha sido un modelo de domesticación social en evolución que se desarrolla a partir de fuerzas sociales e individuales propias y contrarias, tal y como lo hacen la vida y la cultura en la evolución biológica y cultural. Y como en la evolución, la única cualidad inmodificable de la democracia es el conatus, ese concepto que propuso Spinoza y que ha sido ampliamente explicado e interpretado desde entonces y el cual se refiere a la persistencia de las cosas en su forma y el deseo de perdurar de la vida, eso que llamo el gran anhelo: el deseo de futuro.
Pues bien y para entrar en explicaciones. Ahora la democracia pasa por otro de sus momentos de fracaso y esperanza. Los políticos de todas la ideologías y tendencias fueron infectados por ese mal congénito de la humanidad: la corrupción. En consecuencia se ha levantado una ola de indignación con dos direcciones. La una, la de querer sanear la actividad política tradicional con mayores controles y férrea actitud ética. La otra, la de remplazar los gobiernos manejados por políticos tradicionales y corruptos, por gobiernos a imagen y semejanza de un capo y su mafia.
Y ahora me voy a explicar. Para confusión de las gentes, se está diciendo que esos nuevos personajes autoritarios son o populistas o fascistas, nada más inadecuado. Tanto el populismo como el fascismo, en todas sus posibles versiones, son, de alguna manera, políticos, así sea de ideologías extremas. Nada de lo cual se puede aplicar a estos individuos y mafias, pues sus únicos intereses son los del poder para obtener beneficios personales y de la mafia “a cualquier precio”. Mafia es un nombre más tradicional para llamar a una banda criminal. El poder absoluto a disposición de un capo.
Hoy precisamente le comentaba a un amigo su columna en El Colombiano y le preguntaba si era adecuado hablar de izquierdas o derechas en las dictaduras, pues en las dictaduras sólo son los que tienen la sartén por el mango y los que están en la sartén caliente. Y, por supuesto, los aparatos de represión a disposición del dictador. Como en el dicho del viejo político colombiano: “el poder para qué”.
Y es que todo eso no es gratuito. Desde hace años esos que llaman el 1% de la población, los que son los dueños de las mayores riquezas de mundo y las grandes corporaciones multinacionales, han sido los dueños de los políticos. Pero, parece que últimamente no estaban satisfechos con esos políticos que se movían hipócritamente entre dios y el diablo y si bien cumplían con las ordenes de los patrones, también le daban migajas a los mal llamados ciudadanos por sus votos. En cierta forma, algunas leyes de control a los dueños del capital. Así que, al parecer, estos decidieron tomar la sartén por el mango y manejar ellos mismo el poder de los países y todos a una organizaron la toma del poder por la vía sencilla: la propia democracia.
Lo primero que hicieron fue comprar a esas iglesias que llaman evangélicas, las que desde hace quinientos años ambicionan poder instaurar un poder universal similar al de la iglesia católica, el mismo que ya habían tratado de subvertir con la llamada Reforma. Esos evangélicos se sueñan con ejercer el poder absoluto de una nueva inquisición igualitica a la antigua congregación de la doctrina y la fe católica. Y con esos votos cautivos y masivos, ya son dueños del poder en Estados Unidos, Colombia, Brasil y no recuerdo donde más. ¡Y qué inquisición! Los nuevos herejes son los LGTBI; todos los de color de piel diferente, negros, pardos, amarillos; los de las otras religiones y razas y opiniones, etc. Y, por supuesto, como desde siempre, las mujeres, al fin que estas son la vaca familiar: crías y carne que hay que mantener bajo estricto sometimiento y dominio. O sino, para qué esas apps con las que los hombres árabes controlan los movimientos de sus mujeres.
Pero lo paradójico y terrible de lo anterior, es que el mayor enemigo y el mayor temor de esos capos y sus mafias no son ningún movimiento político que se levante para combatirlos y subvertir su poder. No, su nemesis no es otra que las mujeres. En los últimos años se ha desatado un movimiento de conquista del poder por parte de las mujeres. Llámense feminismo o “metoo” o igualdad, etc. las mujeres están sublevadas, todavía algo pordebajiadas por todos los sectores de la sociedad, pero en movimiento creciente y van por el poder. Así que los días de patriarcado están contados.
Pero eso no quiere decir que las cosas van a ser mejores o diferentes. Por lo que se puede apreciar y según lo que hacen las mujeres que actualmente ejercen algún poder importante, pareciera que lo hacen igual o peor que los hombres. Esta tragedia está cantada, a menos que en cualquier momento ellas vayan a proponer una visión diferente para el futuro de la humanidad. Esa podría ser una mutación en la evolución cultural que va subvertir la sociedad patriarcal. Amanecerá y veremos.
En fin, a la hora de la verdad, la cosa de la política y de los políticos es, más que un asunto del logos o de la razón o del pensamiento, es cosa de las emociones, los deseos, los sentimientos, las pasiones, mejor dicho, de los bajos instintos. Y volvemos a Spinoza.
Y ese es el asunto de la próxima carta.
Por ahora, que goces de
Salud y alegría,
Iván Rodrigo.



Cartas Abelardinas – 10 Pietro Citati, charlando entre amigos sobre la y algunas novelas del siglo XIX

Lectura en grupo. https://elpais.com/elpais/2014/12/12/album/1418422523_273005.html Cartas Abelardinas – 10 Pietro Citati, ch...