M.
C. Escher, Metamorfosis II.
Lector
Ludi No. 78
Por
Iván Rodrigo García Palacios
El
Homo-Humano, doméstico
Publio Ovidio Nasón,
Metamorfosis, Invocación:
"Mi
espíritu me induce a relatar cambios de forma de unos cuerpos en
otros nuevos; dioses, inspirad mis comienzos (puesto que también
vosotros los cambiasteis) y llevad mi poema sin interrupción desde
el origen del mundo hasta mi época".
Sin
obviar la inmensa complejidad que se le da al concepto de cultura,
pero obviando todos esos complejos conceptos, teorías,
interpretaciones y definiciones que las filosofías y las mal
llamadas ciencias sociales y humanas hacen de él, prefiero pensar la
cultura en el contexto de la teoría de la evolución y de la
selección natural y sexual y proponerla como aquellas expresiones
resultantes de la evolución de las características que la selección
natural y la selección sexual han privilegiado y desarrollado en la
biología y anatomía del cuerpo y por medio de las cuales cada
especie establece y desarrolla pautas de conducta, comportamiento y
acción con los cuales mejorar el éxito de su reproducción,
supervivencia y adaptación y cuyas consecuencias inciden, a su vez,
sobre el proceso evolutivo tanto del organismo mismo como de su
actividad 1.
A
manera de ejemplo. Sólo en el momento en el que, por la evolución y
selección biológica, se desarrolló el aparato y el sistema fonador
humano, fue posible que se pudieran desarrollar los códigos y los
lenguajes 2,
empezando por los sonidos, la música, y todo lo que ellos significan
en la historia de la evolución y del desarrollo humano, hasta el
punto de que los lenguajes y códigos son el fundamento de lo que se
llama la naturaleza y la condición humana: lo humano como naturaleza
y condición biológica y anatómica universal y propia de la
subespecie Homo sapiens sapiens,
pero, también, como característica, propiedad y cualidad de
lo que llamaré Homo-Humano, o sea, el Homo que se hace humano en la evolución
cultural.
Además,
la cultura es, a su vez, el conjunto de mecanismos y dispositivos
mentales y conductuales resultantes de la evolución biológica y de
la evolución cultural, mediante los cuales, tanto la subespecie
hombre moderno, como el Homo-Humano, son domesticados y se domestican
a sí mismos, es decir, mediante los cuales se adaptan tanto a las
condiciones del ambiente como a las normas y condiciones que ellos
mismos se imponen como individuos y colectivos para determinar y
regir sus visiones y sus acciones consigo mismos, con los otros y con
el mundo: la domesticación, que, a su vez, es la finalidad de la
ética, la política, la religión, etc.
La
naturaleza humana es todo aquello que hace humano al humano en el
genoma, o sean las características biológicas y anatómicas propias
de la especie humana. La naturaleza cultural es todo aquello que a
partir de las condiciones de la naturaleza biológica y anatómica le
permiten al humano desarrollar los mecanismos y dispositivos con los
cuales expresarse, conectarse y relacionarse consigo mismo, con los
otros y con el mundo, eso que se define como cultura, cualquiera sea
el concepto y el significado que se acepte.
Lo
humano es aquello que a partir de la naturaleza biológica y
anatómica le permite al Homo sapiens sapiens elaborar y
desarrollar las expresiones y manifestaciones propias de los humanos,
lo que lo hace Homo-Humano. Lo humano es esa naturaleza y es la
generación de cultura a partir de esa naturaleza. La cultura es la
domesticación de la naturaleza.
Y
será la complejidad de cada cultura la que determine el grado y las
condiciones de la domesticación, es decir, hasta que punto los
miembros de una comunidad cultural han desarrollado sus capacidades
de definir y de medir conceptos y actividades tan complejos, por
abstractos, como la felicidad y la libertad, el bien y el mal, el
espacio y el tiempo, etc., que no son otras cosas que la evolución
de una abstracción que se inició en el sentir placer y dolor. Y
cada cultura inventa y desarrolla sus propios mecanismos y
dispositivos según sus necesidades y anhelos, y cada Homo-Humano lo
hará según sienta al mundo, a los otros y a sí mismo y se conecte,
corresponda y relacione con todo ello.
El
grado de domesticación se puede establecer según prime lo natural o
lo cultural en la acción, los comportamientos, las expresiones y las
manifestaciones de los Homo-Humanos.
***
¿En
que momento el Homo sapiens sapiens se domesticó y se
transformó en Homo-Humano?
En
el momento en el que se inventó a los dioses masculinos como motivo
y figura de poder e impunidad mediante los cuales dominar y someter a
sus deseos a las hembras, a los otros y a la Naturaleza y, por
supuesto, a toda la cultura que a partir de allí se desarrollo. Las
culturas que de allí emergieron fueron el resultado de cambiar la
visión del mundo, de los otros y de sí mismos como hijos de la
Naturaleza, de La Gran Madre, lo matricial, para empezar a considerar
a la Naturaleza y los Homo-Humanos como creaciones y criaturas de
dioses masculinos autocreados, sin madre, lo patricial 3.
Hoy por hoy, ni lo uno ni lo otro, pero ese asunto, junto con la
significación de las diosas femeninas, requiere otra explicación.
¿Qué
es el Homo-Humano? El Homo sapiens sapiens es la subespecie de
los Homo en la cual la paleo-antropología agrupa a los
humanos modernos clasificados por su anatomía.
A
diferencia de la clasificación anatómica, voy a utilizar el término
Homo-Humano para definir a los humanos, no por su especie, sino por
lo que se entiende son sus cualidades de humanos. Ese proceso de
humanización y culturización que propongo como el proceso de su
domesticación, es decir, el desarrollo de aquellas características
no anatómicas que hacen humano al Homo sapiens sapiens.
Ahora bien, ese proceso de humanización
y culturización se inició en el momento en el cual las expresiones
y comportamientos, naturales o salvajes, del Homo sapiens sapiens
empezaron a ser regidos por la naturaleza cultural o por la cultura,
es decir, en el momento en el cual la cultura empieza a regir y
determinar los comportamientos de los Homo-Humanos por sobre las
expresiones y comportamientos naturales o salvajes. Esto es lo que
podría denominarse como el momento en el cual el comportamiento
cultural o doméstico prima sobre el comportamiento natural o
salvaje.
Lo
anterior se puede afirmar porque, como lo dice en antropólogo
cultural Marvin Harris, los antropólogos, al igual que,
paleontólogos psicólogos, sociólogos, etc., aceptan que las
distintas subespecies de Homo
desarrollaron dispositivos culturales con los cuales tener éxito
como especie 4.
Y no sobra enfatizar, con
la teoría evolutiva, que todo ello se hace para lograr el éxito de
la reproducción, de la supervivencia y de la adaptación de la
especie.
Al
igual que otras especies animales a las que el Homo-Humano domesticó
a lo largo de su evolución natural y cultural, él mismo, como
animal, ha sido sometido por el proceso de domesticación
desarrollado por la propia especie y por las distintas culturas por
ella desarrolladas a lo largo de la evolución cultural 5,
y vuelvo a decirlo, la humanización y la culturización del
Homo-Humano son un proceso de domesticación. La lucha, entonces, es
entre la expresión salvaje y la expresión doméstica. Domesticar:
dominar lo salvaje para construirse a sí mismo, construir a los
otros y construir al mundo a "imagen y semejanza" de lo que
inventa el Homo-Humano.
Consecuencia
final. Gústenos o no, la naturaleza salvaje jamás podrá ser
domesticada ... totalmente. La vida es una fuerza que se manifiesta
en el imperativo de la reproducción y la supervivencia de la
especie. Una fuerza a la que en la cultura se le denomina Eros, tanto
como eros vulgar o como el Eros cósmico, ese que todo construye y
todo destruye.
La
aporía. El anhelo de futuro, eso que ya he definido como El
Espíritu, es infinito como infinito es el universo.
La
tragedia. El Homo-Humano es la única especie sobre la tierra que
tiene en sus manos el destino final de la habitabilidad en el planeta
y, con ella, del destino de la especie: la extinción. Nada de que
extrañarse, al fin y al cabo, si el universo se formó en un Big
Bang, acabará en un Big Crunch,
estemos nosotros o no.
Notas
1
Michael S. Gazzaniga, ¿Qué nos hace
humanos? La explicación científica de la singularidad de nuestra
especie, Paidós, Barcelona, 2010, p. 43.
"El cerebro humano es en verdad un extraño mecanismo, diseñado
por la selección natural con un propósito principal: tomar
decisiones que favorezcan el éxito reproductor".
2
Daniel Everett, Language: The Cultural Tool, Profile Books Ltd.
London 2013.
3
Fue aquel momento en el que aquellas cosmogonías y mitologías de
la Gran Madre, “matriciales”, horizontales, solidarias e
igualitarias, fueron sustituidas por las nuevas cosmogonías y
mitologías invocadas por los hombres: “patriciales”,
verticales, jerarquizadas y violentas, el Gran Padre que discrimina
entre hombres y mujeres, fuertes y débiles, etc.
Matricial:
La Naturaleza era la gran diosa, La Gran Madre de todo lo existente,
en un mundo y las comunidades de humanos regidas por la Ley de la
Madre, el matriarcado.
Patricial:
Dioses masculinos, autocreados, con o sin la participación de
diosas mujeres, crearon el universo y en él a las mujeres y a los
hombres y al resto de las cosas. Un mundo y las comunidades de
humanos regidos por la Ley del Padre, el patriarcado.
Ley de
la madre: Es aquella que se origina en la necesidad de la madre
de proteger a sus hijos y que se representa en el hogar, la fogata,
el fogón, que crea una esfera cálida y solidaria donde se acogen,
se refugian, los miembros del grupo o la comunidad, los hijos de la
Madre Tierra, para enfrentar unidos el miedo y la necesidad por
medio de la solidaridad.
Ley del
Padre: Es la ley institucionalizada, de las instituciones, que
el macho, se ha inventado para imponer su dominio sobre las hembras
y sobre los otros, construyendo fronteras, barreras, muros, con el
fin de establecer y perpetuar su poder y propiedad.
4
Marvin Harris, Antropología cultural, Alianza, Madrid, p. 30. "La
mayoría de los antropólogos coincidirá en que todas las
sociedades humanas han de tener dispositivos culturales de índole
conductual y mental para satisfacer las necesidades de la
subsistencia, la reproducción, la organización del intercambio de
bienes y trabajo, la vida en el seno de grupos domésticos y grandes
comunidades, así como los aspectos creativos, expresivos, lúdicos,
estéticos, morales e intelectuales de la vida humana".
5
Luigi Cavalli Sforza, La evolución de la cultura. Propuestas
concretas para futuros estudios, Anagrama, Barcelona, 2007.
1 comentario:
Querido Ivancho : tu reflexión me devuelve a la imagen final de 2001, Odisea del espacio, el bello poema visual de Stanley Kubrick y, por supuesto, a la novela que le da origen. Solo trascendiéndose a sí mismo, es decir, dejando de ser humano para convertirse en otra cosa( mejor o peor, eso no lo sabemos), el hombre estará en condiciones de conquistar otros reinos.
Desde luego, lo del " espacio" es apenas una metáfora para remitirse a asuntos mucho más complejos y profundos.
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