Lector
ludi No. 74
“El
pensador y La Mujer sentada” dos cerámicas, procedentes de
Cernavodă, Cultura Hamangia, 5000-4600 AC National History Museum of
Romania.
Por
Iván Rodrigo García Palacios
De
qué hablamos cuando hablamos de familia
Antes
de decir algo acerca de la familia y de la crianza, es necesario
decir que decir algo sobre la familia parece una paradoja y una broma
cruel cuando mucho más de la mitad de los niños (y niñas para
seguir las imposiciones del lenguaje inclusivo) que nacen en el mundo
carecen de las más mínimas condiciones, suficientes y necesarias,
para una crianza adecuada, pues su infancia y casi todo el resto de
sus vidas están condenadas a soportar y padecer hambre, necesidades,
violencia, dolor, miedo, precisamente aquello contra lo que la
selección natural ha desarrollado como crianza y que la evolución
cultural ha establecido como familia 1.
En
una historia de la familia y de la crianza, habría que empezar por
distinguir los modelos de familia y de crianza en un ámbito
matricial y en un ámbito patricial. Un ámbito matricial es aquel en
el que predomina una visión de sí mismo, de los otros y del mundo,
a partir de considerar a la Naturaleza y a sus leyes desde la
metáfora de la Gran Madre Tierra. Por su parte, un ámbito patricial
es aquel en el que predomina una visión de sí mismo, de los otros y
del mundo a partir de la consideración de que la Naturaleza y todo
lo existente y lo no-existente son creaciones de un dios o dioses
masculinos, nacidos ellos mismos de ninguna madre, o sea, de dioses
sin madre.
Es
muy probable que en el ámbito matricial el modelo de familia y
crianza fuera colectivo y solidario, en contraposición al modelo
trinitario heterosexual -padre, madre, hijo, eso que llaman familia
nuclear- del ámbito patricial que es el que ha estado vigente desde
la invención de los dioses masculinos y en los miles de años de
historia conocida y documentada, muchas veces explorada y explicada a
partir de prejuicios y discriminación, es decir, los científicos
parten del supuesto de que la historia de la humanidad ha sido
determinada en un ámbito patricial.
También
hay que decir que, junto con el modelo de familia trinitario
heterosexual, es necesario considerar los nuevos modelos de las
familias constituidas por parejas del mismo sexo que si bien
conservan la característica trinitaria, los miembros de la pareja no
son heterosexuales, pero los hijos e hijas bien pueden serlo o no.
También se presentan casos de familias monoparentales o familias
mixtas, o sea, aquellas en las que se crían los hijos de uno o de
ambos miembros de la pareja, pero habidos con otra pareja en otra
relación familiar y la familia extensa o extendida, esa de toda la
parentela.
En
cuanto a la crianza, sus modelos estarán determinados tanto por los
anteriores modelos de familia como por otras características propias
de los sistemas sociales y jurídicos, tal el caso de la adopción o,
en el peor de los casos, pero no tampoco menos escasos, el de
aquellos niños abandonados y criados por extraños.
Los
estilos de familia
En
cuanto a las familias trinitarias heterosexuales o no, podría ser
que esos modelos de familia y crianza se encuadren en aquellos
"marcos" que George
Lakoff describe en su libro No pienses en un elefante:
"[...] dos estilos diferentes de
familia: la familia del padre estricto y la familia de los padres
protectores (Nurturant)" (1).
(1) En el original, nurturant
parent family. Nurturant, neologismo acuñado por Lakoff.
Derivado del verbo nurture, alimentar, amamantar, criar,
cuidar, cultivar, educar, nutrir, y, como nombre, alimento, crianza,
educación... En lo sucesivo, y al igual que en este contexto,
utilizaré principalmente «proteger», «protección» y sus
derivados porque, hasta cierto punto, son los que más se aproximan
en castellano a los significados y a la dimensión metafórica que
confiere Lakoff a un término ya de por sí tan polisémico como
nurturant, y, por otra parte, «raro» en inglés. Ahora bien,
en determinadas ocasiones, y cuando el contexto lo exija, utilizaré,
como veremos, algunos de los otros significados que acabo de
mencionar, emparentados con aquel término, e indicándolo en nota.
(N. de la T.) (George Lakoff, No pienses en un elefante, p. 8).
Yo
preferiría llamar a estos modelos de familia y de padre: "padre
egoísta" 2
y "padre solidario" 3.
Me explico. Se es estricto porque se tiene una visión de sí mismo,
de los otros y del mundo, única e indiscutible, mejor dicho,
egoísta. Y, por supuesto, se es solidario porque se tiene una visión
de sí mismo, de los otros y del mundo compartida y comunitaria,
mejor dicho, la celebre frase de los tres mosqueteros de Alexander
Dumas: "Uno para todos y todos para uno".
Otra
cosa. Prefiero traducir nurturant,
el término y neologismo en inglés que utiliza George Lakoff,
como solidaridad, en
lugar de protector que explica la traductora, pues en
español, protector se refiere sólo a una de las cualidades que debe
tener un padre según el término nurture
del que se deriva el neologismo nurturant.
Además, vale la pena anotar que estos términos latinos tienen una
larga historia filológica y filosófica: natura
naturans, lo que hace nacer,
engendrar, “lo que surge”, “lo que nace”, “lo que engendra”
y natura naturata,
lo que ha nacido, naturaleza generada, engendrada. O lo que en
términos comunes se usa para implicar natura y cultura. Por mi
parte, prefiero referir estos asuntos y términos a Spinoza 4.
Padre egoísta y padre
solidario
Hechas las anteriores aclaraciones, estos
son los estilos de familia descritos por George Lakoff:
1. Familia de padre estricto
(egoísta):
El
padre estricto de James Dobson, según el análisis de George Lakoff
en No pienses en un elefante, pp. 9-10:
"El modelo del padre estricto
parte de esta serie de supuestos:
El mundo es un lugar peligroso, y
siempre lo será, porque el mal está presente en él. Además, el
mundo es difícil porque es competitivo. Siempre habrá ganadores y
perdedores. Hay un bien absoluto y un mal absoluto. Los niños nacen
malos, en el sentido de que sólo quieren hacer lo que les gusta, no
lo que es bueno. Por tanto, hay que conseguir que sean buenos.
Lo que se necesita en un mundo como
éste es un padre fuerte, estricto, que pueda:
• proteger a la familia en un mundo
peligroso
• sostenerla en un mundo difícil
• enseñar a los niños la
diferencia entre el bien y el mal.
Al niño se le pide obediencia, porque
el padre estricto es una autoridad moral que distingue el bien del
mal. Después se asume que el único modo de enseñar a los niños a
obedecer —es decir, el bien del mal— es el castigo, un castigo
doloroso, cuando se comportan mal. Esto incluye pegarles, y algunos
autores de orientación educativa conservadora recomiendan que se les
golpee con palos, cinturones y zapatillas de felpa en el trasero
desnudo. Algunos autores sugieren que esto debe comenzar desde que
nacen, pero Dobson es más liberal. «No hay excusa para dar azotes a
los niños menores de quince o dieciocho meses» (Dobson, The New
Dare to Discipline).
La justificación del castigo físico
es ésta: Cuando los niños hacen algo mal, si se los castiga
físicamente, aprenden a no volverlo a hacer, lo que significa que
desarrollarán una disciplina interna que los librará de obrar mal,
y así en el futuro serán obedientes y actuarán moralmente bien.
Sin ese castigo, el mundo se iría al traste. Sería un mundo sin
moral.
Esa disciplina interna tiene un efecto
secundario. Trata de lo que se necesita para tener éxito en un mundo
difícil, competitivo. Es decir, si las personas son disciplinadas y
persiguen su propio interés en un país de oportunidades como
América, prosperarán y serán autosuficientes. Así, el modelo del
padre estricto asocia moralidad con prosperidad. La misma disciplina
que se necesita para ser moral es la que permite prosperar. El
engarce entre ambas es la búsqueda del propio interés.
La existencia de oportunidades y la
disciplina en la búsqueda del propio interés te permitirán
prosperar.
Ahora bien, Dobson tiene muy clara la
conexión entre la visión del mundo del padre estricto y el
capitalismo de libre mercado. El engarce lo constituye la moral del
propio interés, que es una versión de la concepción capitalista de
Adam Smith. Adam Smith sostuvo que si cada uno persigue su propio
beneficio, el beneficio de todos será maximizado por la mano
invisible —es decir, por naturaleza— de manera natural. Cuando
persigues tu propio beneficio, ayudas a todo el mundo.
Esto enlaza con una metáfora general
que identifica el bienestar con la riqueza. Por ejemplo, si yo te
hago un favor, tú dices: «Te debo otro.» Hacerle algo bueno a
alguien es, metafóricamente, como darle dinero. El te «debe» algo.
Y dice: «¿Cómo podré pagarte?»
Aplicando esta metáfora a la «ley de
la naturaleza» de Adam Smith, si cada uno persigue su propio
interés, entonces, a través de la mano invisible, por naturaleza,
se maximizará el interés de todos. Es decir, es moral perseguir tu
propio interés, y hay una expresión para definir a aquellos que no
lo hacen. Esa expresión es «los que van de redentores por la vida»
(5). Una persona que va de redentora por la vida es alguien que está
tratando de ayudar a los demás sin que nadie se lo pida,
interfiriéndose en el camino de quienes persiguen su propio interés.
Los redentores estropean el sistema.
En este modelo hay también una
definición de lo que significa llegar a ser una buena persona. Una
buena persona —una persona moral— es alguien lo bastante
disciplinado como para ser obediente, para aprender lo que es bueno,
para hacer lo que está bien y no hacer lo que está mal, y alguien
que persigue su propio interés para prosperar y llegar a ser
autosuficiente. Un niño bueno se desarrolla para llegar a ser así.
Un niño malo es el que no aprende a ser disciplinado, no funciona
moralmente, no hace lo que está bien y, por tanto, no es lo bastante
disciplinado para prosperar. No sabe cuidarse a sí mismo y así se
hace dependiente.
Cuando los niños buenos se hacen
mayores, o han aprendido disciplina y pueden prosperar, o no la han
aprendido. A partir de ese momento, el padre estricto no se
entrometerá más en sus vidas. Políticamente, esto se traduce en
que el gobierno tampoco se entrometerá".
(5) En el original, do-gooders;
literalmente, «los que hacen el bien», en el sentido irónico del
texto. (N. de la T.) (George Lakoff, No pienses en un elefante, pp.
9-10).
2. Familia de padre protector
(solidario):
El
padre protector (Nurturant)
según George Lakoff, No pienses en un elefante, pp. 12-14:
"Pero
hablemos un poco ahora de cómo conciben los progresistas su
moralidad y de su sistema moral. Este sistema procede también de un
modelo de familia, el que llamo el modelo familiar protector. La
visión del mundo del padre estricto recibe este nombre porque, de
acuerdo con sus creencias, el padre es el jefe de la familia. La
visión del mundo de la familia protectora es neutral por lo que se
refiere al género.
El padre y la madre son igualmente
responsables de la educación de sus hijos. Se parte del supuesto de
que los niños nacen buenos y pueden hacerse mejores. El mundo puede
llegar a ser un lugar mejor y nuestra tarea es trabajar para
conseguirlo. La tarea de los padres consiste en criar a sus hijos y
en educarlos para que ellos, a su vez, puedan criar y educar a otros.
¿Qué entendemos por crianza? Dos
cosas: empatía y responsabilidad. Si tienes un hijo, tienes que
saber lo que significa cada grito, tienes que saber cuándo tiene
hambre, cuándo hay que cambiarle el pañal, cuándo tiene
pesadillas. Y tienes una responsabilidad: tienes que cuidar a ese
hijo. Como tú no puedes cuidar a alguien si no te cuidas a ti,
tienes que cuidarte lo bastante para poder cuidar a tu hijo.
No es nada fácil. Cualquiera que haya
criado un hijo sabe que es duro. Hay que ser fuerte. Hay que
dedicarse. Hay que trabajar mucho. Hay que ser muy competente. Hay
que saber muchas cosas.
Además, de la empatía y la
responsabilidad derivan inmediatamente otra serie de valores.
Piénsalo.
En primer lugar, si tienes empatía
con tu hijo, le proporcionarás protección. Esto se mezcla con la
política de muchas maneras. ¿De qué proteges a tu hijo? Desde
luego, del crimen y de las drogas. Lo proteges también de los coches
que no tienen cinturones de seguridad del tabaco, de los aditivos
tóxicos en la comida. Asimismo la política progresista se centra en
la protección del medio ambiente, la protección de los
trabajadores, en la protección del consumo y en la protección
frente a la enfermedad. Ésas son las cosas de que los progresistas
quieren que el gobierno proteja a los ciudadanos. Pero hay también
ataques terroristas, respecto a los cuales ni los liberales ni los
progresistas se han pronunciado con mucho acierto en términos de
protección. La protección forma parte del sistema moral
progresista, pero no se la ha puesto en práctica di manera
suficientemente eficaz. El 11-S los progresistas no tuvieron gran
cosa que decir. Fue desafortunado porque los padres protectores y los
progresistas si se preocupan por la protección. La protección es
importante. Forma parte de nuestro sistema moral.
En segundo lugar, si tienes empatía
con tu hijo, quieres que se realice en la vida, que sea una persona
feliz. Y si tú no eres feliz y no te has realizado, no querrás que
otros sean más felices que tú. El Dalai Lama nos lo enseña muy
bien. Por tanto, tienes la responsabilidad de ser una persona feliz y
realizada. Tienes esa responsabilidad moral para contigo mismo.
Además tienes la responsabilidad moral de enseñarle a tu hijo a ser
una persona feliz y realizada, que quiere que otros sean felices y se
realicen. Esto forma parte de la vida familiar protectora. Es una
precondición común para preocuparse por los otros.
Hay otros valores relacionados con la
crianza y la protección:
• Si quieres que tu hijo se realice
en la vida, tiene que ser lo bastante libre para hacerlo. Por tanto,
la libertad es un valor.
• No puedes tener una gran libertad
sin oportunidades y sin prosperidad. Por tanto, las oportunidades
y la prosperidad son valores progresistas.
• Si realmente te preocupas por tu
hijo, quieres que sea honestamente tratado por ti y por los demás.
Por tanto, la honestidad es un valor.
• Si te relacionas bien con tu hijo
y tienes empatía con él, debes tener una comunicación
abierta en las dos direcciones. Una comunicación sincera.
Ésta se convierte en un valor.
• Vives en una comunidad, y esa
comunidad influirá en la manera de crecer de tu hijo. Por tanto, la
construcción de una comunidad, el servicio a la comunidad y la
cooperación con una comunidad se convierten en valores.
Para que haya cooperación debes tener
confianza, y para tener confianza debes tener sinceridad
y una comunicación abierta en las dos direcciones. La
confianza, la sinceridad y la comunicación abierta son valores
progresistas fundamentales, tanto en una comunidad como en una
familia" (George Lakoff, No pienses en un elefante, pp. 12-14).
A
manera de conclusión
En
algún sentido moral y político, que parecen ser la misma cosa, en
la medida que los modelos de familia y crianza diferentes del modelo
trinitario y heterosexual imperante, se hagan más comunes y
aceptados social y jurídicamente, será posible romper el dominio de
la visión y de la conciencia unidimensional que imponen las
instituciones patriciales sobre la cultura y las personas, al mismo
tiempo que se podrá sanar esa disociación y consecuente
esquizofrenia con las que, desde la leche materna, se nos alimenta en
la cuna, es decir, aquello del cuerpo y el alma, de este mundo y el
"otro mundo" y eso de los premios y castigos después de la
muerte y la resurrección imposible de las almas en unos mundos
sobrenaturales.
Notas
1
Jordi Agustí, Enric Bufill y Marina Mosquera, El precio de la
inteligencia. La evolución de la mente y sus consecuencias,
Crítica, Barcelona, 2012, p. 187. "Entorno social,
flexibilidad conductual y plasticidad cerebral: "Lo que todos
los investigadores sí parecen apoyar es que prácticamente no hay
aprendizaje si no hay entorno social, y que el incremento de aquel
está en función directa del incremento de este. De hecho, la
explicación de ello podría estar en cierta particularidad que
presentan todos los mamíferos, especialmente intensificada en el
caso humano: que gran parte de su desarrollo se lleva a cabo
mientras el individuo ya está interactuando con el entorno, ya que
existe un largo periodo de desarrollo extrauterino entre su
nacimiento y su total desarrollo o madurez.
Este periodo es muy
largo en los primates y excepcional en el ser humano, único género
que parece presentar una fase de "niñez" en su ontogenia.
Todos los demás géneros y especies parecen pasar de la infancia a
la madurez, pasando por la pubertad. En el caso humano, el periodo
que dista entre la infancia y la pubertad se ha hecho extremadamente
longevo, y a eso que llamamos niñez. Este periodo, como el de la
infancia, es extraordinariamente rico en estímulos para el
individuo; ambos juntos supen, por tanto, una "ganancia"
exponencial en el potencial de aprendizaje. Por tanto, cuanto más
largo sea el periodo de desarrollo extrauterino en un ámbito
social, más se incrementará el potencial de aprendizaje del
individuo. Los datos obtenidos del estudio de un cráneo de
Australopithecus afarensis de tres años de edad hallado
recientemente en Etiopía, sugiere que en esta especie se había
iniciado ya el alargamiento de la niñez, aunque solo con la
emergencia del género Homo se produjo un aumento significativo del
periodo de dependencia y la aparición de la infancia. El que la
complejidad cognitiva esté relacionada con el tiempo de desarrollo
ontogenético y con el desarrollo cerebral parece demostrarse por el
hecho de que el cerebro de los niños superdotados crece durante más
tiempo, siendo, además, un cerebro más moldeable o flexible que de
que el de los demás niños (Shaw et al., 2006).
La desventaja adaptativa
de este largo periodo de inmadurez es que requiere de un constante
cuidado y alimentación, pero la ventaja está en que permite al
organismo en desarrollo la incorporación de una gran cantidad de
conocimientos, el desarrollo de su cognición, sintonizada con el
medio ambiente social y natural circundante. Esta ventaja es
especialmente adaptativa para los humanos, género notablemente
flexible a escala ecológica, ya que somos capaces de adaptarnos a
hábitats muy diferentes o que varían con cierta rapidez.
Una vida larga implica
enfrentarse a un mayor número de situaciones imprevistas y
experimentar un mayor número de riesgos y fluctuaciones
ambientales, lo que requiere a su vez una mayor dependencia del
aprendizaje para sobrevivir. La larga infancia de los miembros del
género Homo hizo que dicho aprendizaje tuviera lugar mientra los
jóvenes se encontraban bajo la protección familiar. El periodo que
conocemos como adolescencia permitió un alargamiento adicional del
periodo de desarrollo cerebral y más tiempo para el aprendizaje de
las habilidades necesarias para un adulto. La adolescencia parece
haber aparecido relativamente tarde en la evolución humana".
2
Egoísmo: Excesivo aprecio que tiene una persona por sí misma, y
que le hace atender desmedidamente a su propio interés, sin
preocuparse del de los demás (RAE).
3
Solidaridad: es la unión voluntaria de las fuerzas individuales de
los miembros de un grupo o comunidad para enfrentar, unidos, al
miedo y al peligro y así satisfacer, con equidad, las necesidades,
físicas y anímicas, individuales y colectivas, de todos y cada
uno. La solidaridad puede estar acompañada por la fraternidad.
4
En cuanto a la Naturaleza, ya en el Tratado Corto (KV) establece
Spinoza una clara distinción:
"Antes de pasar a
otra cosa, dividiremos ahora brevemente toda la naturaleza, a saber,
en naturaleza naturante y naturaleza naturada. Por
naturaleza naturante entendemos un ser que captamos clara y
distintamente por sí mismo y sin tener que acudir a algo distinto
de él, como todos los atributos que hemos descrito hasta aquí, y
ese ser es Dios... La naturaleza naturada debemos dividirla
en dos: una universal y otra particular. La universal consta de
todos los modos que dependen inmediatamente de Dios (...) La
naturaleza particular consta de todas las cosas particulares que son
causadas por los modos universales. De suerte que la naturaleza
naturada necesita algunas substancias [i.e, los atributos de
la Ética] para ser correctamente concebida.55 (KV 1/8).
Y con total claridad se
expresa Spinoza en la Ética:
Por Naturaleza naturante
debemos entender lo que es en sí y se concibe por sí, o sea, los
atributos de la sustancia que expresan una esencia eterna e
infinita, esto es (por el Corolario 1 de la Proposición 14 y el
Corolario 2 de la Proposición 17), Dios, en cuanto considerado como
causa libre. Por Naturaleza naturada, en cambio, entiendo
todo aquello que se sigue de la necesidad de la naturaleza de Dios,
o sea, de cada uno de los atributos de Dios, esto es, todos los
modos de los atributos de Dios, en cuanto considerados como cosas
que son en Dios, y que sin Dios no pueden ser ni concebirse.56 (E,
I, P19, S).
1 comentario:
Mi querido Ivancho: como el lenguaje se transforma, habría que preguntarse acerca del sentido que las corrientes de la corrección política acabaron por darle a la palabra estricto. Mucho me temo que la convirtieron en sinónimo de arbitrario o autoritario, cuando uno de sus viejos sentidos apuntaba, por ejemplo, a la necesidad de cumplir con la palabra empeñada o respetar los pactos, lo cual, no lo olvidemos, también es un valor.
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