Rembrandt,
La lección de anatomía del Dr. Joan Deijman.
Iván
Rodrigo García Palacios
Lector
Ludi No. 73
¿Por
qué un cerebro-centrismo? O, mejor decir, un cuerpo-centrismo
¿Puede
la psicología convertirse en una ciencia natural y exacta?
Si,
cuerpo-centrismo, porque lo único cierto es que somos un cuerpo con
un cerebro, todo lo demás es consecuencia de lo que hacen ese cuerpo
y ese cerebro. Somos materia/energía que siente y se siente sentir,
que imagina y se imagina, que piensa y se piensa, que anhela y que
actúa.
Materialismo
puro y duro, porque somos libres en el infinito de nuestro sentir, de
nuestro imaginar y de nuestro pensar y por ello somos la especie que
puede inventar un propio, individual y/o colectivo, significado o
sentido de su existencia, independiente de que tal sentido se
corresponda con la realidad de la Naturaleza.
Pero
también somos la especie capaz de "crear un mundo", "más
allá" de las leyes de la Naturaleza, y de regir la vida y la
existencia de la especie y de la materia por sus leyes. Y de inventar
mundos imaginarios para convertirlos en "la materia de sus
sueños" y de sus pesadillas.
Ahora
bien, otra cosa es que buena parte de lo que hacen ese cuerpo y ese
cerebro sean todavía cosas desconocidas y tan complejas que no las
podamos entender en su totalidad con los medios científicos
existentes. El que todavía no sepamos con certeza y en su totalidad
qué, cómo y por qué son, sienten, imaginan, piensan y hacen, el
cerebro, la mente, la conciencia y el cuerpo, no quiere decir que no
sean consecuencias de lo que son y lo que hacen sólo ese cuerpo y
ese cerebro. Al fin y al cabo, somos cuerpo, sólo cuerpo con un
cerebro y con otros órganos todos dedicados a cumplir con un
propósito ...
Además
del "misterio" de las relaciones de mente y cerebro, habría
que desvelar las de cuerpo y cerebro.
"Mi manera de enfocar el trabajo
del cerebro arraiga en una perspectiva evolucionista, que parte de la
base de que nuestra vida mental refleja las acciones de muchos, acaso
millares de dispositivos neurales instalados previamente en el
cerebro. Estos dispositivos ejecutan tareas cruciales para nosotros,
desde gobernar nuestra locomoción y respiración hasta ayudarnos a
resolver silogismos. Hay múltiples tipos y formas de dispositivos
nerurales, pero todos son inteligentes.
Al principio es difícil creer que la
mayoría de esos dispositivos cumple su tarea antes de que reparemos
en ello" (Michael S. Gazzaniga, ¿Qué nos hace humanos, p. 15).
[...]
"El cerebro humano es en verdad
un extraño mecanismo, diseñado por la selección natural con un
propósito principal: tomar decisiones que favorezcan el éxito
reproductor. Este simple hecho tiene muchas consecuencias y yace en
el corazón de la biología evolutiva. Una vez comprendido, ayuda al
neurocientífico a entender un fenómeno fundamental del
funcionamiento del cerebro humano: la especialización generalizada
de sus hemisferios laterales. En ninguna otra parte del reino animal
existe una especialización en funciones tan extendida. ¿Por qué y
cómo se generó semejante especialización?" (Michael S.
Gazzaniga, ¿Qué nos hace humanos, p. 43).
***
"¿Qué tipos de mentes hay? ¿Y
como lo sabemos? La primera pregunta se refiere a lo que existe: a la
ontología, en lenguaje filosófico. La segunda pregunta se
refiere a nuestro conocimiento: a la epistemología. El
propósito de este libro no es responder a estas dos preguntas de una
vez por todas, sino más bien mostrar por qué estas dos preguntas
han de responderse conjuntamente. Los filósofos suelen advertirnos
de que no confundamos cuestiones ontológicas con cuestiones
epistemológicas. Lo que existe, dicen, es una cosa, y otra distinta
es lo que podemos conocer. Puede que haya cosas que sean
absolutamente incognoscibles para nosotros, de manera que debemos ser
cuidadosos y no considerar los límites de nuestro conocimiento como
guías seguras acerca de los límites de lo que hay" (Daniel C.
Dennett, Tipos de mente. Hacia una comprensión de la conciencia,
Debate, Barcelona, 2000, p. 12).
"[...] nuestras mentes no son
otra cosa que lo que hacen nuestros cerebros, sin ninguna
intervención milagrosa, y los talentos de nuestros cerebros son
necesariamente el fruto de la evolución, igual que cualquier otra
maravilla de la naturaleza" (Daniel C. Dennett, La evolución de
la libertad, 2003).
***
¿Puede la psicología convertirse en
una ciencia natural y exacta?
Si, siempre y cuando pueda explicar y
precisar con exactitud las causas y consecuencias del qué, cómo y
por qué las personas sienten, desean, imaginan, piensan y actúan.
Mejor dicho, la conciencia, la mente, la decisión y la acción: las
relaciones y las consecuencias de un sistema dinámico abierto entre
cuerpo, cerebro, ámbito y la historia de "¿quién soy yo?".
Además,
como todas las otras ciencias, debe poder llegar a conformar un saber
acumulativo que se conserva y avanza a medida que se investiga, se
estudia y se prueba y se comprueba todo nuevo conocimiento, bien de
manera propia o bien con la participación de otras ciencias.
***
El
gran mérito de Lev Vygotski fue haberse propuesto hacer de la
psicología una ciencia natural y exacta tal y como las demás
ciencias naturales y exactas de su tiempo, sólo que su tiempo de
vida y las circunstancias de su tiempo no se lo permitieron. Lo
primero, por su muerte temprana y lo segundo, porque el desarrollo de
las ciencias y tecnologías aun no habían alcanzado los avances
necesarios para lograrlo. Pero, aun así, los logros de Vygotski
fueron excepcionales, hasta el punto de que las circunstancias que
rodearon la divulgación y estudio de sus obras no han permitido que
se la conozca, reconozca y estudie en su total plenitud, pues todavía
sus intuiciones y anticipaciones ofrecen propuestas novedosas y
originales para el desarrollo de una ciencia psicológica, ahora que,
como en su tiempo él lo expusiera, la psicología todavía está en
crisis.
O
como lo dice Michael S. Gazzaniga:
"La psicología propiamente tal
ha muerto. Quizás sea mejor decir que hoy se halla en una situación
extraña" (Michael S. Gazzaniga, El pasado de la mente, Andrés
Bello, Santiago de Chile, 1999, p. 13).
Por
ello, lo grave ahora es que las ciencias y tecnologías han alcanzado
desarrollos tales que si Vygotski viviera le permitirían proponer un
modelo científico propio y particular para la psicología, por una
parte, a la par con los desarrollos de las neurociencias en el
estudio del cerebro, la conciencia y la mente, como los objetos de su
razón de ser. Y, por la otra, en proponer los fundamentos
científicos de un saber acumulativo sobre la naturaleza afectiva,
emotiva, cognitiva y activa, del Homo-Humano como el objeto de su
actividad. Mejor dicho, una nueva definición de una nueva ciencia
psicológica que a partir de conocer lo que ocurre en el cerebro, la
mente y la conciencia, pueda definir y predecir el funcionamiento y
las consecuencias de ese funcionamiento y actividad del cerebro, de
la mente y de la conciencia y sus manifestaciones y expresiones en
las sensaciones, los instintos, los apetitos, los deseos, las
emociones, los afectos, los sentimientos, el conocimiento, la
intencionalidad, la acción, la conducta de cada persona consigo
misma y en sus relaciones con los otros y en la comunidad.
***
Porque,
si algo nuevo puede decirse de la naturaleza psicológica del
Homo-Humano como ciencia natural y exacta, es en el asunto de las
emociones y de la cognición, en lo que Vygotski y su Teoría de las
emociones, también se anticipó, a pesar de las limitaciones de los
medios con que contaba para considerar al cerebro como "creador
del Homo-Humano". Es posible que por allí se encuentre la
puerta y la clave para entrar a los territorios del cerebro, la mente
y la conciencia como resultados de la selección natural.
***
Una
teoría de la conciencia y de la mente
De la reseña de Carlos Muñoz
Gutiérrez a: Gerald M. Edelman. Bright Air, Brilliant Fire. On the
Matter of the Mind. Basic Books, 1992 (fragmento):
[...] el sistema inmunitario no es un
mecanismo que aprenda o se le enseñe que anticuerpos fabricar, sino
que es un sistema selectivo acorde con los principios darwinistas de
la selección.
Este fue el punto de partida de
Edelman para concebir al cerebro como un sistema selectivo, en el que
la selección opera durante el tiempo de vida del sistema.
Efectivamente Edelman toma la actitud
metodológica de construir una teoría científica de la mente
basándose en la estructura y función del cerebro. Por científica
aquí debemos entender:
(1) Ofrecer una descripción de la
mente basada en la organización neural y fenotípica de un
individuo, formulada en términos de mecanismos físicos y químicos.
(2) Que el modelo de conciencia o
mente basado en tal descripción debe ser corroborable por
experimentación, o al menos consistente con modelos del cerebro que
sean verificables empíricamente.
Este punto de partida tiene que ver
con el rechazo que Edelman realiza al funcionalismo como método de
trabajo en el tema de la conciencia, al contrario intenta probar que
la conciencia es una propiedad de la materia. Y es que el
funcionalismo, en la medida en que es indiferente al sistema concreto
que realiza la función, en la medida en que es indiferente al
contenido concreto que se procesa y en la medida en que supone lo que
precisamente hay que explicar es inconsistente con los datos de
partida que una teoría psicológica debería explicar. En concreto.
(1) Los sistemas nerviosos
individuales muestran una enorme variación funcional y estructural
en muchos niveles: molecular, celular, anatómico, fisiológico y
conductual (yo agregaría: afectivo
y cognitivo). A pesar de las semejanzas en los individuos de
una especie, el grado de variación individual de cerebro en cerebro
excede lo que podía tolerarse en una ejecución fiable en cualquier
máquina construida de acuerdo a principios funcionales de
ingeniería. De tal manera, entonces, la variación no es un ruido
sobreimpreso sobre el conjunto de procedimientos programados sino que
es fundamental en el trabajo del sistema de variación.
(2) Para sobrevivir, un organismo debe
o heredar o crear criterios que le permitan clasificar el mundo en
categorías perceptivas de acuerdo con sus necesidades adaptativas.
Aun después de que esta clasificación se haya realizado en función
de la experiencia, el mundo mantiene lugares llenos de novedad que
todavía no han sido categorizados. Así la información de entrada
del mundo no encaja con los requisitos de una información
prexistente y estable de los sistemas de procesamiento de
información.
A partir de aquí Edelman enuncia su
tesis fundamental, a saber, que el cerebro es un sistema selectivo,
en el que la selección opera durante el tiempo de vida del
individuo. Para el desarrollo de esta tesis fundamental elabora lo
que él denomina la teoría de la selección del grupo de neuronas
(TNGS).
La TNGS es una teoría de poblaciones
que postula precisamente que la habilidad de los organismos para
categorizar un mundo no etiquetado y para comportarse en él de una
manera adaptativa surge no de la transferencia de instrucciones o de
información sino de procesos de selección bajo variación. La TNGS
considera que hay una generación continua de diversidad en el
cerebro. En el cerebro embrionario, hay variación y selección en la
migración de poblaciones celulares y durante la muerte de células.
También en la formación de las sinapsis. En el cerebro maduro, en
la amplificación diferencial de la eficacia de las sinapsis.
Esto tiene como consecuencia la
formación de grupos neuronales y que el proceso es modificado
continuamente por reentradas de señales.
***
Cita
en el Aquelarre No. 2:
"No hay duda de que la
pregunta que debemos contestar en el siglo veintiuno es de qué
manera el cerebro habilita la mente. La siguiente pregunta es cómo
pensar el asunto" (Michael S. Gazzaniga, El pasado de la mente,
Editorial Andrés Bello, Barcelona, 1999, p. 15).
Para
empezar, ¿cómo va a pensar la psicología el asunto?
Si
la materia de estudio y trabajo de la psicología son los procesos
mentales, es sobre la naturaleza de esos procesos mentales por donde
es necesario empezar a pensar la psicología y, si bien, ciencias y
tecnologías han avanzado mucho, tampoco es tanto como para tener
claro y definido lo de la mente y lo de los procesos mentales, mejor
dicho, las polémicas abundan en esos campos.
Sin
embargo, con lo que hay, hay bastante y suficiente como para
aventurarse a explorar los territorios primitivos de la mente y de
los procesos mentales y de ello ya hay suficiente información en las
neurociencias como para extraer algunos mapas confiables con los
cuales cartografiar algunos puntos fundamentales de la psicología,
claro que con mucho de esfuerzo, pero con mucho más de imaginación
científica.
***
La
mayor parte de las funciones y procesos del cuerpo y del cerebro son
innatos, ya vienen codificados (Steven Pinker, La tabla rasa, 2002).
La parte restante es aquella que si bien cuenta con el respaldo del
cerebro y su codificación, su desarrollo y su funcionamiento será
codificado a partir de la sensación que es el primer paso del
conocer, del hacer y del actuar. En otras palabras, seremos,
sentiremos, conoceremos, haremos y actuaremos de acuerdo a como
fuimos y somos codificados y, ética y psicológicamente, nos
expresaremos desde el buen sentir al bien
pensar.
De
esa manera, cuerpo y cerebro codifican y desarrollan el conocer, el
saber y el responder a los estímulos que afectan el sentir que es el
que provoca el moverse, el imaginar, el pensar, al ser condicionados
y "afectados" por las los instintos, los apetitos, los
deseos, las emociones, los sentimientos, de tal manera que ese
proceso de codificación será el que "marque" la actividad
mental que constituirán los procesos mentales que la ciencia
psicológica investigará para proponer sus teorías científicas
sobre las emociones, la conducta o comportamiento y la cognitividad.
En
consecuencia, el punto de partida de una ciencia psicológica será
el desarrollo del proceso de codificación neuronal (Edelman y
Tononi, El universo de la conciencia. Como la materia se convierte en
imaginación, 2000) y el desarrollo del proceso de codificación
mental (sensaciones, sensorial, etc. Antonio Damasio, Sentir lo que
sucede. Cuerpo y emoción en la fábrica de la conciencia, 1989).
***
El
Arte y el teatro de la memoria
La
memoria es asunto de múltiples caras a cuál más enigmática e
intrigante. La evolutiva, la mitológica, la darwiniana, la memoria
mágica de Giordano Bruno, para mencionar sólo esas que, con toda
seguridad, atraerán otras conexiones. Y, por supuesto, el Teatro de
la Memoria que, de alguna manera, parece un escenario común a los
muchos métodos mnemotécnicos desarrollados desde que en el siglo VI
a. C. el griego Simónides de Ceos, elaborara la primera mnemotecnia
registrada.
La
memoria mitológica:
Mnemosine
(hija de Gea y Urano, y madre de las Musas).
La
memoria, además de ser la madre de las Musas y parodiando esa
maternidad, es la madre de la conciencia y de las emociones, mejor
dicho, de lo que hace humanos a los humanos.
La
memoria evolutiva:
La
materia tiene memoria, la materia viva, recuerdos.
La
memoria es la cualidad de la materia mediante la cual esta conserva
la habilidad de reproducir un proceso físico-químico cada vez que
se presenta el estímulo correspondiente.
Y
en la materia viva, según un neurocientífico:
“Tome la forma que tome, la memoria
es siempre la habilidad de repetir una actuación (performance)”
(Gerald M. Edelman, Bright Air, Brilliant Fire: On the Matter of de
Mind, Basic Books, 1992), p. 102).
Y
según un filósofo:
"El conocimiento es memoria
solamente, nunca verdadera inmediatez. Las sensaciones, incluso las
impresiones sensoriales y, en general, todo aquello que los filósofos
han llamado conocimiento inmediato, no son otra cosa sino recuerdos.
Y el tejido entero de la conciencia -es decir el conocimiento
efectivo de un sujeto humano- lo que sentimos, representamos,
queremos, hacemos, nuestra alma o una estrella, es una simple
concatenación de recuerdos que se enlazan para constituir el mundo
de la representación, el mundo exterior" (Giorgio Colli,
Filosofía de la expresión, Siruela, Madrid, 1996, p. 63).
La
memoria de la mnemotecnia:
La
memoria mágica de Giordano Bruno que es más que aquello con la que
se le asocia, la mnemotecnia, y que más bien se corresponde con una
propuesta de método científico, así como con la anticipación del
complejo asunto de los afectos y las emociones y sus conexiones con
el pensamiento, como puede notarse en la reseña de Eduardo Vinatea a
una de las obras sobre el arte de la memoria de Bruno:
"De umbris idearum (1582) es la
primera de las obras de carácter mnemónico en la que Bruno expone
lo que metafóricamente llama escritura interna, pues del
mismo modo que se escribe con un cálamo sobre un pergamino, la
memoria y la facultad imaginativa pueden articular una escritura
interior, con su morfología, su sintaxis y su semántica propias. Y
ese lenguaje puede plasmar en el alma todos aquellos contenidos que
la memoria natural no alcanza, ampliando los límites del
entendimiento mediante el uso de imágenes y símbolos"
[...]
"El arte de la memoria, al que De
umbris idearum pertenece por derecho propio, nos enseña que frente a
una lógica de los conceptos, que se ha impuesto durante
siglos en la filosofía occidental, es posible una mnemónica de
los afectos, basada en representaciones y simbolismos
imaginarios, en la que el mundo y el alma se unen con el
entendimiento, para potenciar cognoscitiva y moralmente la
personalidad del sujeto, como así lo corrobora la fascinante
historia de esta antigua técnica". (Eduardo Vinatea, prólogo a
Las sombras de las ideas: una arquitectura discursiva del alma ,
Siruela, Madrid, 2009, p. 10).
Como
puede verse, Giordano Bruno ya propone una serie de conceptos que se
asemejan a los actualmente propuestos por las neurociencias en sus
investigaciones sobre "los misterios" de la naturaleza
humana: emoción y cognición, que él anticipa y que, si bien han
provocado violentas reacciones, también han sido fuente de
inspiración de muchos científicos.
***
Postulados
El
sentir, el imaginar, el pensar, el decidir, el actuar, el memorizar.
Imaginar
es formar imágenes con lo que se siente. Pensar es asignarle
sentido, sentimiento, a las imágenes mentales. Actuar es decidir
realizar aquello a lo que se le ha dado sentido, bien de manera
concreta o bien de manera abstracta. Y, por supuesto, memorizar y
recordar todo lo anterior para otras ocasiones.
El
pensar y el imaginar son lo mismo que el ver, oír, gustar, oler y
sentir el tacto, son imágenes mentales de objetos concretos o
abstractos que se manifiestan, se expresan en códigos y se memorizan
para su uso posterior, una memoria y un uso que en su dinámica se
trasforman y se cambian permanentemente por la intervención del
sentir (instintos, apetitos, deseos, emociones, afectos, pasiones,
sentimientos y anhelos), del imaginar, del pensar, del decidir y del
actuar.
El
pensamiento es la manifestación y expresión de los sistemas de
códigos inventados para dar nombre y medida a lo que se siente y a
lo que se le da sentido y sentimiento cada vez. Se piensa lo
codificado y se le re-codifica cada vez.
***
Cerebro,
mente y conciencia
Por
donde quiera que se busque, es en el cerebro en donde se originan la
mente y la conciencia. Ese es un ámbito en el cual el cerebro
funciona, como el resto del cuerpo, por códigos físicos y químicos,
más o menos conocidos, que se integran con los códigos y sistemas
simbólicos inventados por el Homo-Humano. De esa integración de
códigos y sistemas puede decirse lo mismo que de los códigos
físicos y químicos, que algunos ya se conocen, pero muchos otros
son todavía desconocidos. Por ejemplo, los códigos que provocan la
percepción, las sensaciones, el sentir, que son los que a nivel
consciente provocan las emociones, los sentimientos, los estados de
ánimo, los que, a su vez, se integran con los códigos y sistemas
simbólicos para dar sentido, manifestar, expresar y explicar las
diversas emociones, afectos, pasiones, sentimientos, estados de
ánimo, etc. Mucho de ello ya se conoce.
Ahora
bien, de esa integración de códigos físicos y químicos con los
códigos y sistemas simbólicos, culturales, resultan la conciencia
y la intencionalidad, entre otras cosas, que son los estados que
localizan el cuerpo en el espacio-tiempo, en si mismo, en el mundo y
que le dan intención a sus acciones.
***
Una
teoría de la mente incorporada
Reseña: Carlos Muñoz Gutiérrez,
Philosophy in the Flesh. The embodied mind and its challenge to
western thought. George Lakoff y Mark Johnson. Basic Books, New York,
1999 (fragmento):
"Principales resultados de la
Ciencia Cognitiva
• La mente es inherentemente
in-corporada.
• El pensamiento es mayormente
inconsciente.
• Los conceptos abstractos son
fundamentalmente metafóricos.
Cuando confrontamos estos resultados
con los conceptos centrales de la filosofía encontramos importantes
inconsistencias. Ante esto caben dos posturas: pensar la filosofía
como tradicionalmente ha sido pensada o, como hacen Lakoff y Johnson,
repensar la filosofía teniendo en cuenta estos resultados y producir
una filosofía empíricamente responsable. Este enfoque obligará a
reconsiderar los principales conceptos filosóficos.
Exige un cambio radical, por ejemplo,
en el propio concepto de Razón:
• La razón surge de la naturaleza
de nuestro cerebro, del cuerpo y de la experiencia corporal. Los
mismos mecanismos neurales y cognitivos que nos permiten percibir y
movernos también crean nuestro sistema conceptual y nuestros métodos
racionales. La razón, pues, no es un rasgo transcendental del
universo o de una mente descarnada.
• La razón es evolutiva, en el
sentido de que la razón abstracta se construye sobre y hace uso de
las formas de la percepción y de la inferencia motora que están
presentes también en los animales "inferiores". Así la
razón no es una esencia que nos separa del resto de los seres vivos,
sino, al contrario, que nos sitúa en un continuum con ellos.
• La razón no es universal en el
sentido transcendente, no es parte de la estructura del universo. Es
universal, a lo sumo, en tanto que es una capacidad que compartan
todos los seres humanos. Con lo que encontramos afinidades en cómo
la mente está incorporada en todos los hombres y mujeres.
• La razón no es completamente
consciente, sino principalmente inconsciente. Esta idea es la
consecuencia del concepto que Lakoff y Johnson ponen en escena de la
inconciencia cognitiva. El pensamiento es fundamentalmente
inconsciente, no en el sentido freudiano, sino en el sentido en que
opera detrás del nivel consciente, inaccesible a él y tan rápido
que no podemos contemplarlo de un modo directo.
• La razón no es literal, sino
metafórica e imaginativa.
• La razón no es desapasionada sino
enlazada emocionalmente".
***
Comportamiento
y conocimiento
"Aunque es legítimo e
interesante estudiar el interface entre neurociencia y ciencia
psicológica, las cuestión por lo que aquí importa destacar es que
lo que compete a la psicología es entender el funcionamiento
psicológico, no lo que ocurre en el cerebro. La psicología estudia
cómo funciona la mente, si se prefiere a decir la conducta, no dónde
funciona el cerebro. Como dice Mike Page (2006), después de gran
inversión de tiempo y dinero, los hallazgos neurocientíficos no
suponen un avance en el conocimiento psicológico" (Marino Pérez
Álvarez, El magnetismo de las neuroimágenes: Moda, mito e
ideología del cerebro, Papeles del Psicólogo, 2011. Vol. 32 (2),
pp. 98-112
http://www.cop.es/papeles).
***
Pero,
y ¿qué es la mente?
1 comentario:
Querido Ivancho : el cuerpo como casa de la mente o, si se quiere del ser. " Esta cosa que soy yo/ me hará vivir", según las palabras del poeta.
Sobre esa idea se han soportado los más lúcidos y dolorosos intentos de autonomía desde que la mente se atrevió a pensarse, a hacerse preguntas acerca de su "naturaleza".
No hay más allá: solo el más acá de este cuerpo presente es siempre la conclusión final.
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