Hipatia
Carta
alejandrina No. 5
Medellín,
11 de septiembre 2014
Hipatía
"A
ti, querida señora, te saludo cariñosamente ...".
Sé
que tu escuela era tuya y que no es probable que recibieras otro
emolumento que los pagos de tus discípulos como en la tradición de
la Academia y el Liceo, precursores de la actual educación privada.
Pero, también es cierto que tu escuela puede considerarse como parte
de la original tradición educativa alejandrina del Museo, de la
Biblioteca y del Serapeo (templo en el que se alojaba la pequeña
biblioteca), esas legendarias instituciones en las que, además de
recolectar, preservar y divulgar el saber de la humanidad, se puede
decir que funcionó la primera universidad pública, es decir,
aquella que, como institución educativa, era subvencionada por el
Estado como un servicio de educación público.
Claro
que eso de universidad pública no se corresponde con lo que luego se
consideró a la universidad como institución educativa y lo que
todavía se considera: una institución burocrática (en el peor de
sus sentidos, la mayor parte de las veces) para la administración de
la enseñanza de saberes "correctamente adaptados" con la
ideología e intereses de los poderosos, de lo que los Ptolomeos,
fundadores y patrocinadores de esas instituciones, tampoco estaban
exentos y lo que, la Iglesia Católica y demás instituciones
religiosas y políticas, han sabido sacar provecho para su beneficio
político y económico.
Por
mi parte, considero que de la idea original de aquella universidad
pública alejandrina se puede rescatar y destacar la concepción
ideal de desarrollar un lugar de enseñanza universal, es más,
diría, cósmica, de la que algo se salvó de las intrigas,
venalidades, disputas e intereses particulares de los patrocinadores,
administradores y miembros del Museo y la Biblioteca, pues allí la
burocracia se encargaba de administrar los recursos y los Sabios se
encargaban de producir saberes y de enseñar a sus discípulos las
ciencias de la vida y de la naturaleza, sin otra condición, por
parte del maestro, que enseñar y, por parte del discípulo,
aprender. Claro que sin olvidar ese sabio precepto: "el que
pone la plata, pone las condiciones". Nunca existirá actividad
humana despojada de intereses y propósitos particulares.
Y,
tampoco, sin olvidar el satírico sentido de la anécdota que cuenta
Timón de Fliunte 1
en la que al Museo, que significa "templo de las Musas", se
le llama "jaula de las Musas", para satirizar las
conflictivas relaciones que siempre se presentan entre poetas,
filósofos, científicos, intelectuales de todas las disciplinas,
artistas y artesanos, en fin, todos esos personajes con egos
desproporcionados luchando por sobresalir y por ser siempre los más
importantes y reconocidos, compitiendo por obtener "la mayor
tajada" de los aportes y preferencias de los mecenas, en contra
de los otros competidores, aun a costa de su integridad moral o
intelectual o física.
De
la poca información histórica sobre el Museo, la Biblioteca y el
Serapeo y sobre la labor realizada por los Sabios allí acogidos y
reunidos, se puede deducir que allí se cumplía con dos funciones.
La una, la más conocida, la recolección, la preservación, el
estudio, la copia, la traducción, la distribución de los
manuscritos adquiridos, de los cuales y según la leyenda, se
llegaron a poseer cerca de medio millón de libros o rollos. La otra,
la de acoger a sabios para que, por una parte, realizaran allí sus
trabajos, investigaciones y desarrollos en sus respectivas
especializaciones científicas, filosóficas e intelectuales y, por
la otra, y más como actividades particulares, enseñar a aquellos
discípulos que se ponían a su disposición en pequeños grupos,
actividades para las cuales era indispensable contar con los
servicios de la Biblioteca.
Eso
es lo que debería ser una universidad: un espacio y un tiempo para
que los Maestros, por su méritos y con plena libertad, formen
discípulos y estos, a su vez, se trasformen en Maestros y así
sucesivamente. Es la mejor forma de desarrollar y acrecentar el
patrimonio del saber de la humanidad. Todo lo contrario al negocio en
el que se ha convertido la educación por efecto del triunfo de la
ley del mercado y de todas las ideologías de los poderosos y de los
poderes absolutos.
Pero,
es que también eso de ser Maestros y ser discípulos fue botín de
guerra de los sacerdotes del nuevo dios y de todos los poderes e
ideologías, que convirtieron aquellas "secretas enseñanzas"
en burocráticas y correctas enseñanzas, mejor dicho, mercancía
para el dominio, la alienación y la enajenación de la dignidad
humana.
Mejor
dicho, la ley del mercado y las ideologías convirtieron la educación
en fábricas de esclavos. Maestros y Discípulos como propiedades al
servicio de los intereses económicos de los poderosos, esa "mesa
del banquete del rico Epulón", en la cual los comensales son
pocos y el resto de la humanidad sólo come las migajas de las
viandas que ellos mismos han producido y de las que han sido
esquilmados por los ricos y poderosos, quienes, a su vez, mantienen y
patrocinan todas esas instituciones parásitas que se encargan de
formar y someter a los esclavos, en una esclavitud que evoluciona con
el mercado, las ideologías y la educación. Es así que, de
esclavitud absoluta, se ha llegado a la esclavitud ideológica, o
sea, esa que somete al cuerpo y al cerebro a la dominación de otros
por medio del miedo y del pensamiento "incorporado" a
través de la ideologización de la formación en el seno de la
familia y en el ámbito de la educación institucional, eso que, en
la visión de George Lakoff, el llama "marco" del modelo de
la moral patriarcal 2.
Te
cito y te remito a George Lakoff, porque él es uno de esos nuevos
científicos de la ciencia cognitiva, la misma desde la cual
se origina esa otra ciencia moderna: la neurociencia cognitiva,
denominada así por el psicólogo George Miller y el neurobiólogo
Michael S. Gazzaniga, ciencias estas que están realizando los
estudios más actuales sobre la naturaleza natural y cultural de los
Homo-Humanos, como un estudio científico interdisciplinar, más
acorde con los desarrollos de las ciencias y de las filosofías que
consideran a los Homo-Humanos resultado de la evolución, algo que
para tus maestros y tu, eran motivo de conocimiento y saber, sin por
ello dejar de asombrarse ante las maravillas de la Naturaleza capaz
de producir seres tan asombrosos.
Aun
cuando los sacerdotes del nuevo dios ya no son tan poderosos como
antaño, todavía siguen con sus manos metidas en todos los asuntos
de la existencia de los seres humanos o bien directamente o bien
indirectamente a través de creyentes y fanáticos que ostentan y se
apoderan del poder en las instituciones que gobiernan Estados y
países. Pero, no es eso lo más grave, sino el peso de casi dos mil
años de tradiciones que condicionan y dirigen la acción y el
pensamiento de individuos y sociedades, hasta el punto que todavía
muchos aspectos de las culturas continúan dominados por aquellas
creencias y creyentes que te quitaron la vida, todo porque esas
creencias e ideologías se imponen a los niños con la leche materna
en el seno de la familia patriarcal.
Es
así como todas esas instituciones religiosas persisten en mantener
como fundamento de su poder y dominación, la norma legal y jurídica,
la idea o concepto de familia que represente, reproduzca y perpetúe
ese modelo patriarcal de familia sometido a las leyes divinas de un
dios todopoderoso, en contra de un modelo igualitario, solidario, en
el cual las condiciones y relaciones estén regidas por el principio
natural de la crianza adecuada de los hijos como punto de partida
para el desarrollo saludable de la vida comunitaria, en la cual se
proyecten y realicen los mejores inventos y desarrollos de la cultura
para beneficio de todos y cada uno de los miembros de las comunidades
y no para el uso y beneficio de unos cuantos autodesignados como
superiores.
Pero
no, todavía persisten en que es obligatorio formar, desarrollar y
educar a los hijos e hijas en el modelo ideológico y religioso
imperante de sumisión a un dios y, en consecuencia, a un modelo
patriarcal que establece diferencias y categorías de todo tipo. Al
contrario de toda lógica natural, esa lógica que hoy, como lo fuera
en tu tiempo, considera como bien supremo el hacer que mujeres,
hombres y comunidades convivan de manera pacífica y solidaria, para
buscar la felicidad. Pero, ni para que te cuento historias, poderes,
ideologías y religiones, siempre han sido iguales o peores que las
de tu época.
Tampoco
ahora como en tu tiempo existe una solución adecuada. Todavía
persiste el modelo patriarcal enquistado en la conciencia de mujeres
y hombres porque se les ha inoculado en la mente con la leche
materna, porque ese es el modelo o "marco" que rige toda la
existencia individual y colectiva y que se trasmite de generación en
generación. Pero, hasta tanto no se erradique ese modelo patriarcal
de la cultura, mejor dicho, de la cuna y se le remplace por un modelo
en el que mujeres y hombres sean iguales ante la ley, pero diferentes
en su naturaleza natural y cultural y que, en consecuencia, la
existencia individual y colectiva esté enmarcada por esas ideas de
igualdad y solidaridad y, ojalá, de fraternidad, no será posible
que la humanidad pueda enfrentar el futuro como un futuro cósmico,
es decir, la supervivencia en el universo como solución a la más
que probable extinción de la especie en la tierra.
El
destino de la humanidad en la tierra está echado, más temprano que
tarde y mucho antes de que colapse el sol, la tierra será
inhabitable como consecuencia de la actividad humana y por tanto la
opciones serán o perecer o migrar; así que tanto para una u otra
opción, la humanidad del inmediato futuro tendrá que volver a
desarrollar la conciencia de que su existencia debe ser convivencia
entre todos y con la Naturaleza, si quiere sobrevivir en este mundo
natural. O, a menos que siga creyendo y se siga engañando con una
vida eterna y sobrenatural.
Una
educación para tal fin tiene mucho que aprender de tu espíritu de
Maestra, ese que se formó en la erótica platónica, esa pedagogía
propuesta por Platón en Banquete y Fedro para formar "conocedores"
y la que tu bien aprehendes y aprendes de él y de Plotino y
trasmites a tus discípulos, como bien lo expresa Sinesio de Cirene
como ya te había comentado en mis Cartas alejandrina anteriores.
Lo
trágico fue que los sacerdotes del nuevo dios tergiversaron y
manipularon las propuesta platónicas para ponerlas al servicio de
sus beneficios e intereses, utilizándolas para escindir, alienar y
enajenar en las personas la conciencia y la visión de sí mismos, de
los otros y del mundo, en lugar de su propósito original de formar
"conocedores", que era la propuesta de Platón y su máxima
preocupación como bien lo dice Giorgio Colli:
«Este
problema educativo es al mismo tiempo para él (Platón) el máximo
problema político, ya que la felicidad y la perfección del Estado
dependen de que exista en él la posibilidad de educar a conocedores»
(Giorgio Colli, Filósofos sobrehumanos).
Y
fue así como de los Estados teocráticos se pasó a los estados
laicos, pero las ideologías del poder patriarcal de escisión del
ser humano, de dominio y de sumisión impuestas por lo sacerdotes
del nuevo dios se mantuvo como fundamento de la cultura y la
continuaron inoculando en las conciencias de los seres humanos desde
la cuna y con la leche materna, para así mantener, conservar y
reproducir los seres humanos y las sociedades esquizofrénicas en las
que habitamos. Por eso es que los sacerdotes del nuevo dios transigen
en muchos de sus dogmas, doctrinas y leyes, pero, jamás, jamás,
dejarán que les saquen las manos o subviertan su poder en el seno de
la familia, al fin y al cabo, la familia es la gran formadora,
transmisora y reproductora de esa conciencia escindida, alienada y
enajenada: el dominio y la sumisión al gran dios padre ... Y esto en
nada se cambia porque la familia sea formada por parejas del mismo
sexo o de sexos diferentes.
Pocos
"conocedores" después de ti se comprometieron con aquella
pedagogía erótica y pocos fueron sus discípulos, porque los
poderes imperantes los censuraron, los persiguieron, los reprimieron
y los asesinaron. Sin embargo, esos pocos maestros y discípulos
mantienen vivas esas enseñanzas que sin ser trasmitidas y enseñadas
en escuelas hacen que pervivan "los conocedores", en unas
épocas más y en otras menos, pero siempre ahí, como Maestros y
discípulos de aquellas verdades que se conocen y se saben con el
cuerpo.
De
entre todos ellos, te destaco una línea de continuidad reconocida:
muchos siglos habrían de pasar luego de tu asesinato para que un
hombre arriesgara hasta su propia vida para volver a proponer aquella
erótica platónica y ese fue Giordano Bruno, en particular, con su
obra Los heroicos furores.
"El
heroico furor"
Y
para lograr esas "visiones", "el furioso" de
Giordano Bruno, debe estar poseído por "el furor heroico",
un claro sucesor de los dionisiacos y eróticos ensimismamientos de
Sócrates, del platónico "furor divino" y del
imperturbable entusiasmo vital epicúreo.
Giordano
Bruno, al igual que el Platón eleusino de Banquete y Fedro y el
Epicuro de las Sensaciones epicúreas, propone a los Homo-Humanos
"vivir la vida de los dioses":
"He aquí pues cómo Acteón,
convertido en presa de sus propios canes, perseguido por sus propios
pensamientos, corre y "dirige los nuevos pasos" -renovado
en cuanto procede divinamente y con mayor ligereza, es decir, con
mayor facilidad y con más eficaz vigor- "hacia la espesura",
hacia los desiertos, hacia la región de las cosas incomprensibles;
de hombre vulgar y común como era, se torna raro y heroico, tiene
costumbres y conceptos raros, y lleva una vida extraordinaria. Y en
este punto "le dan muerte sus muchos y grandes canes",
acabando aquí su vida según el mundo loco, sensual, ciego e
ilusorio, y comenzando a vivir intelectualmente; vive la vida de los
dioses, nútrese de ambrosía y de néctar se embriaga"
(Giordano Bruno, Los Heroicos Furores, I, 4).
Y,
si al igual que en los escritos de Platón y Epicuro, el Lector Ludi
hace la debida Lectura Lúdica, se encontrará a sí mismo, junto con
ellos, trasformado en un dios.
Ese
es el asunto. Ahora voy a mostrar ¿qué, cómo y porqué?, "el
furioso heroico" de Giordano Bruno, es también, con "el
daimónico" hombre platónico y el imperturbable epicúreo, que
no son los primeros ni únicos ni últimos, pero si son un punto de
partida del "camino" para trasformar al Lector Ludi en
"Mago", pero el mago bruniano:
"TANSILLO: Se suponen, y de hecho
existen, varias especies de furores, todas las cuales se reducen a
dos géneros: los unos manifiestan únicamente ceguera, estupidez e
ímpetu irracional, tendiendo a la insensatez ferina; consisten los
otros en cierta divina abstracción por la cual algunos alcanzan a
ser en verdad mejores que los hombres ordinarios. Y estos son a su
vez de dos especies, pues ciertos individuos, al haberse convertido
en habitáculo de dioses o espíritus divinos, dicen y obran cosas
admirables de las que ni ellos mismos ni otros entienden la razón
(...). Otros, por estar avezados o ser más capaces para la
contemplación y por estar naturalmente dotados de un espíritu
lúcido e intelectivo, a partir de un estímulo interno y del natural
fervor suscitado por el amor a la divinidad, a la justicia, a la
verdad, a la gloria, agudizan los sentidos por medio del fuego del
deseo y el hálito de la intención y, con el aliento de la
cogitativa facultad, encienden la luz racional, con la cual ven más
allá de lo ordinario: y estos no vienen al fin a hablar y obrar como
receptáculos e instrumentos, sino como principales artífices y
eficientes" (Giordano Bruno, Los heroicos furores, Tecnos,
Madrid, 1987, pp. 56-57).
Eso
que "sienten" "los furiosos heroicos" de Giordano
Bruno, es lo mismo que "sintieron" aquellos antes que él y
todos los que después se preguntan por el sentido del Uno y Todo sin
hallar otra respuesta que su propia sensación, su conciencia:
materia y energía organizadas para sentir y conocer. Lo sublime es
"el instante" de la vida en el infinito del tiempo y del
espacio. El universo infinito y los infinitos mundos cuya materia y
energía infinitas conocen y se conocen a sí mismas como totalidad:
eso es el Homo-Humano.
Spinoza:
El amor Dei intellectualis
Un
ciento de años después, más discreto y hermético, Baruch Spinoza,
lector, entre muchas otras obras, de la pirotécnica obra de Giordano
Bruno, fue quien propusiera, lo mismo que aquel, "un furioso
heroico", un poco menos pirotécnico que "el furioso"
de Bruno, pero no menos exaltado que el "furor divino" del
que habla Platón en Fedro (254 a) y en Ión (533 e-f).
Esa
propuesta de Spinoza aparece, primero, en una obra temprana e
inconclusa: el Tratado de la Reforma del Entendimiento y, luego, en
su gran obra: Ética demostrada según el orden geométrico, en la
Parte Quinta, la más hermética y exaltada, pero también, la más
enigmática, tal como lo explica Steven B. Smith:
"La mención, en el Tratado de la
Reforma del Entendimiento, de la suma perfección como consistente en
la unión de la mente con la naturaleza como un todo, es una
anticipación autorizada de lo que, en la quinta parte de la Ética,
será llamado el amor intelectual a Dios. Ambas obras indican que la
perfección humana es alcanzable sólo después de una purificación
de la mente respecto de las falsas creencia y valores previos; ambas
destacan que la filosofía es algo más que un método de
conocimiento: es también una norma de vida; y ambas asumen que el
enlace esencial que une la naturaleza con el entendimiento es el
amor. El recorrido de la Ética es nada menos que una fenomenología
del amor, desde la forma más baja del deseo hasta el amor espiritual
más elevado. Esta escalera del amor, para utilizar la imagen del
Banquete de Platón, refleja especularmente los diferentes estadios
de conocimiento que hemos visto: la imaginatio, la ratio,
la scientia. Cada forma de conocimiento tiene su
correspondiente tipo de amor, que culmina en la unión de la mente
con Dios o la naturaleza" (Steven B. Smith, Spinoza y el libro
de la vida. Libertad y Redención en la Ética, Biblioteca Nueva,
Madrid, 2007, p. 206).
"Los
conocedores" de Nietzsche
Y,
por supuesto, pero en compleja y delirante exposición, Friedrich
Nietzsche, el último de los grandes en proponer una pedagogía para
"conocedores", su "superhombre:
"Aquí el hombre está superado
en todo momento, el concepto de «superhombre» se volvió aquí
realidad suprema, en una infinita lejanía, por debajo de él, yace
todo aquello que hasta ahora se llamó grande en el hombre. Lo
alciónico, los pies ligeros, la omnipresencia de maldad y
arrogancia, y todo lo demás que es típico del tipo Zaratustra,
jamás se soñó que eso fuera esencial a la grandeza. Justo en esa
amplitud de espacio, en esa capacidad de acceder a lo contrapuesto,
siente Zaratustra que él es la especie más alta de todo lo
existente, y cuando se oye cómo la define, hay que renunciar a
buscar algo semejante:
- el alma que posee la escala más
larga y que más profundo puede descender,
- el alma más vasta, la que más
lejos puede correr y errar y vagar dentro de sí,
- la más necesaria, que por placer se
precipita en el azar,
- el alma que es, y se sumerge en el
devenir, la que posee, y quiere sumergirse en el querer y desear,
- la que huye de sí misma, que a sí
misma se da alcance en los círculos más amplios,
- el alma más sabia, a quien más
dulcemente habla la necedad,
- la que más se ama a sí misma, en
la que todas las cosas tienen su corriente y su contracorriente, su
flujo y su reflujo.
Pero esto es el concepto mismo de
Dionisios [...]" (Friedrich Nietzsche, Ecce homo, Así habló
Zaratustra. Un libro de todos y para nadie, 6).
Esta
conexión del superhombre y Dionisios ha dado motivo para múltiples
interpretaciones y a ellas remito.
***
No
son estas las propuestas que un sistema educativo pueda asumir y
realizar sin antes, como proponía Nietzsche, hacer la trasvaloración
de todos los valores. Para empezar, por valorar aquellos valores, los
mismos que sustentaban tu hacer pedagógico: considerarse ciudadanos
del cosmos, en un cosmos en el que se busca "el conocimiento"
y se desarrollan los saberes y en el que somos arte y parte de lo que
ese cosmos es y hace: realidad espacio-temporal de energía-materia.
En
otras palabras: ser como los dioses.
Pero
nadie quiere ya ser como los dioses, mejor dicho, como aquellos
dioses de los que venimos hablando. No, las gentes, narcotizadas por
ideologías y consumismos, sólo desean ser como el rey Midas que
todo lo que toquen se trasforme en placer puro y duro, sin matices,
sin esas escalas que eran tan apreciadas desde Platón, en la cual
eso de Ser y Estar era un escalar desde la mera materia a la
conquista del Espíritu, ese Gran Anhelo de la carne por perseverar,
el "conatus" spinoziano y, desde allí, lanzarse a
explorar, descubrir y habitar el cosmos, el universo, eso que para ti
era algo tan cierto y común como que la luz del sol es la energía
de la vida.
...
esa es una mística que nada que ver con esas beaterías y novelerías
de pseudo-espiritualidad con las que engañan a las gentes que ya han
perdido la fe hasta en su propia fe.
En
fin, eso es algo que es necesario rescatar, así que, en tu memoria,
en mi próxima carta intentaré decir algo de todo esto.
Salud
y alegría,
Iván
Rodrigo.
NOTAS
1Hipólito
Escolar Sobrino, La biblioteca de Alejandría, Gredos, Madrid, 2001.
2George
Lakoff, No pienses en un elefante. Lenguaje y debate político,
2004.
1 comentario:
Querido Ivancho: bien sabía tu querida Hipatia que el fin último - y acaso único- de la educación es liberar a los individuos de toda forma de opresión, lo que de entrada es algo bastante peligroso , tanto para la persona ( la deja ante la obligación de forjarse su propio camino) como para el poder ( lo despoja de sus herramientas de control).
Ese ejercicio de liberación se da en un escenario de diálogo y confrontación entre lo privado y lo público. Entre los griegos ese escenario era la escuela pública, entendida como foro de convergencia entre las distintas fuentes y métodos de conocimiento, no como el aparato multiplicador de información instrumental que conocemos en la actualidad.
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